El fotógrafo Pedro Navarro Laforet inaugura hoy en la Casa de Exposiciones Calle Mayor de Calasparra su último trabajo, Entre arrozales, un proyecto en el que el murciano repasa por medio de cuarenta imágenes tomadas en la localidad el proceso del cultivo y siega del arroz. El autor ha capturado con su cámara instantáneas de distintos momentos de la siembra, recogida y producción del cereal estrella de los campos calasparreños, así como diversas fotografías de «paisajes únicos que invitan a disfrutar de nuestra tierra, además del gran trabajo que realizan los agricultores» de la localidad del Noroeste.

Esta exposición nos muestra todo el proceso de producción del arroz en Calasparra, desde la siembra hasta la recogida. ¿Cómo ha estructurado la muestra?

Principalmente he querido mostrar el proceso que lleva el cultivo del arroz, ya que es bastante largo (empieza durante el mes de mayo y dura hasta finales de octubre). Esta exposición recoge desde la preparación de la tierra para sembrar hasta la siega del arroz.

Un proceso largo y que, imagino, le ha obligado a hacer muchas visitas a los arrozales a fin de encontrar la imagen y la iluminación adecuada.

Es un trabajo de varios años haciendo fotos. El coto arrocero de Calasparra es muy grande, ya que comparte territorio con Moratalla aquí en la Región de Murcia y con Hellín en Castilla- La Mancha, con lo que es un proyecto que conlleva mucho trabajo y una importante inversión de tiempo. Y sí, procuraba hacer las visitas en diferentes horarios para jugar con la luz, por lo que hay imágenes de por la mañana, de por la tarde e incluso de la puesta de sol.

Y detrás de las horas de campo, otras tantas perfilando esas instantáneas.

Claro, una vez tienes las imágenes comienza la siguiente fase de este proyecto; un trabajo muy arduo, si se me permite, ya que cuando uno empieza a ver las fotos, muchas veces se da cuenta de que lo que veías allí, a través del objetivo, no es lo que te has traído a casa [Ríe]. Así que te toca volver el otro día, sobre todo cuando estas detrás de una idea concreta.En este trabajo también se pone de manifiesto la dureza y también la soledad del agricultor, así como sus desvelos. Porque esta labor -la producción del arroz- requiere casi un año trabajando para conseguir un ‘fruto’ que, en realidad, puede salir mejor o peor... Esa ha sido una de las cosas que más me ha sorprendido haciendo este trabajo. Te das cuenta del esfuerzo que realizan estos agricultores, que están ahí días y días, sin saber lo que es un sábado o un domingo, sin ceder, al pie del cañón siempre, con el único fin de conseguir el mejor producto. Es una gente muy dedicada y que cargan con muchísimas horas de trabajo sin tener claro cual va a ser el resultado, efectivamente. Esta vez, por suerte, ha sido un año muy bueno y la cosecha ha sido excelente. Hay que alabar y reconocer el esfuerzo de todos los agricultores dedicados al arroz.

¿Cómo se le ocurrió realizar este proyecto? Porque creo que no se había hecho ninguna exposición de estas características antes...

Sí. Pero yo me enteré después de que esta iba a ser primera exposición que se hace sobre el arroz. La verdad es que no nace de forma premeditada. Hace tres años empecé a hacer fotos del proceso pero no fue hasta hace unos cuantos meses cuando me di cuenta de que tenía material suficiente para hacer algo. La exposición incluye 40 fotografías, pero podría tener -sin miedo a exagerar- miles y miles. El problema ha sido elegir: hacer la selección para ilustrar todo el proceso es lo que más trabajo me ha costado. Pero lo dicho: al principio fui haciendo acopio de material sin ninguna intención.

Si tuviera que quedarse con una imagen de los arrozales, ¿cuál sería?

La más espectacular, la que más llama la atención, es el momento en el que las cajas están llenas de agua y se acaba de sembrar el arroz, porque entonces hace una función de espejo y es muy espectacular ver el cielo reflejado en los arrozales, con la silueta de toda la vega... Diría que es la imagen más vistosa para el espectador. No obstante, yo los momentos que más he disfrutado con cuando me iba temprano por la mañana y esperaba a que saliera el sol; es una maravilla ver las gotas de rocío sobre las espigas formadas...

Esta no es su primera exposición, pero hasta ahora sobre todo ha estado vinculado al mundo del toro.

Sí, esta es la primera exposición que hago y que no es taurino. También eso ha influido en esta muestra, porque como este año la covid nos ha mantenido a los taurinos en el dique seco, al no haber demasiados festejos he tenido más tiempo para dedicarle a otras cosas, y al final me decanté por el tema de los arrozales.

¿Cómo nace su pasión por la fotografía?

Todo empezó como un simple hobby, la verdad; el tiempo libre que me permitía mi trabajo lo paseaba con mi cámara. Pero lo que empieza como una afición más, a veces te acaba enganchando y te enseña, en este caso, a mirar las cosas desde otro punto de vista; hasta el punto de que en tu día a día parece que todo lo miras a través del objetivo de una cámara. Ocurre que, por ejemplo, vas paseando por la calle y donde nadie ve nada, tú encuentras algo diferente.