Murió sin saber qué era un ´influencer´, pero Camarón de la Isla, moderno y bohemio, se convirtió en un icono, creó tendencia con sus camisas de lunares, chándal y cadenas de oro, un estilo que hoy es vanguardia y se puede ver en alfombras rojas como la de los Grammy.

Como los grandes músicos del rock o del rap, «Camarón es un mito que marcó tendencia por su estilo de vida, su forma de ser y su manera de vestir», dice la diseñadora Juana Martín.

José Monje Cruz, nombre inmortal del flamenco que ahora celebraría el 70 aniversario de su nacimiento, se crió al calor de las fraguas y al compás de la calle cantando en fiestas y en la mítica Venta de Vargas, donde forjó su propio estilo.

A los 16 años ya era profesional. Su cante y su forma de vestir despertó una locura que, aún hoy, veintiocho años después de su muerte, sigue vigente. En el escenario, la presencia de Camarón levantaba pasiones, en la calle la gente le gritaba «¡Camarón, guapo!».

Supo como nadie hacer de la cultura gitana, vanguardia. «Vestir chándal con cadenas de oro lo inventó él», dice la diseñadora cordobesa, que reconoce que «esa mezcla, antes se veía como ´cani´, era sinónimo de gitano».

Para Juan Duyos, Camarón era un «moderno», lo más para aquella época, un «visionario y transgresor» que rompió moldes en el vestir y se convirtió en un «icono» a nivel mundial.

«Su imagen bohemia siempre ha funcionado, él era especial», añade Martín que destaca el armario del artista su mítico gabán de napa negra anudado a la cintura o la gabardina de cuero marrón.

No imitaba a nadie, creó su propio estilo con camisas con topos, pantalones milrayas o abrigos de piel de zorro. «Se atrevía con todo, mezclaba conceptos nuevos de manera natural», apunta Juana Martín. Sus estilismos era únicos, «hoy podrían estar en cualquier gala de los Grammy».

Camarón comienza a vestir trajes de chaqueta setenteros con solapa ancha y pantalón de campana, «un traje clásico que él hizo suyo desabrochando varios botones de la camisa o anudando lazadas al cuello», explica el diseñador Leandro Cano. «Cuando llegué a Madrid la gente se extrañaba porque iba vestido con traje. Al final, todos han querido vestir como yo», dijo en varias ocasiones Camarón de la Isla (San Fernando, Cádiz, 1950-Badalona, Barcelona, 1992).

Acaparaba las miradas allá por donde fuera, «era un hombre especial, elegante y presumido dentro y fuera del escenario», añade, el jienense Leandro Cano.

Rompió todos los moldes. Se le imitaban «porque era un tío de barrio que vestía muy acorde con lo que cantaba y con lo que vivía», añade Duyos. Delgado, tímido y de aspecto frágil, a José Monje Cruz le apodaron Camarón por el color rubio de su pelo, pese a tener la piel oscura y ser gitano, un rasgo físico que le ayudó a marcar su propio estilo.

«Si Camarón se dejaba barba, todos le seguían, si se cortaba el pelo, también», apunta Leandro Cano al tiempo que recuerda que solía calzar botines únicos, casi indescriptibles o camisas estampadas, con aire folclórico muy atrevidas. Camarón mostró la cultura y «el vestir español al mundo», basta recordar los estampados de lunares, volantes, sombreros españoles y ese estilo campero de tierras andaluzas cuando iba al Rocío, recuerda la diseñadora cordobesa. Como su música, su estilo será «una leyenda del tiempo», concluye Martín. «Camarón supo emocionar con su vestir de esencia flamenca y bohemia»