Marwan, uno de los cantautores de referencia en nuestro país, publicó hace unos meses su nuevo álbum de estudio, El viejo boxeador. Las canciones que incluye fueron grabadas y producidas en Sheffield por Colin Elliot, productor de artistas de la talla de Richard Hawley y Kylie Minogue, y en algunas de ellas comparte autoría con Luis Ramiro, íntimo amigo y «sospechoso habitual» en sus canciones. Pero mucho ha llovido hasta llegar aquí. Y es que la suya es una carrera de fondo. Poco a poco, Marwan ha ido sumando seguidores y llenando recintos cada vez más grandes, pero para salir adelante ha tenido que superar muchos obstáculos. Y esa idea es la que ha impregnado todo el álbum; eso el boxeo, que ha inspirado todo el arte de un disco que en su título y portada rinde homenaje al padre del cantautor, Salman, un refugiado palestino que encontró la paz en nuestro país.

En lo puramente musical, El viejo boxeador contiene diez canciones al puro estilo Marwan, con letras profundas y melódicas. Destaca su primer single, 5 gramos de resentimiento, en el que colabora el rapero Nach, y el track de cierre, Seguiremos, donde a ritmo de chacarera Marwan canta: «Hay millones de seres corrientes que nunca se rendirán. Es el hilo invisible que mueve a la gente a seguir en pie. Es el hilo invisible que une y empuja a la humanidad. (...) Seguiremos el camino». Y, con esa idea, Marwan será esta tarde el padrino en la final del certamen Crearte de Molina de Segura, en la que participan Joy Lang, Farfett, Ainhoa García y Evve.

Actúas en la final del Crearte, un concurso de jóvenes valores. ¿Tienes alguna sensación especial?

Sí, porque fue precisamente enMurcia, en Ceutí, la primera vez que estuve en un concurso.

Cierto, en Cantigas de Mayo.

Me acuerdo de ese momento, de la intensidad con que lo vivía, las ganas que tenía de llevarme un premio… Pienso en los participantes y sé lo que estarán viviendo, sé la ilusión que tendrán, sé lo difícil que es al principio, en los inicios, abrirse un camino en la música, y uno espera cierto reconocimiento, como es normal, para salir adelante. Te sirve de incentivo, para motivarte. Pienso en ellos y me parece bonico haber recorrido este camino y ser su padrino unos años después.

No sé si han pensado en ti a la hora de ser el artista invitado por lo que se supone que contiene El viejo boxeador.

Sí, es verdad que habla de una persona que no se rinde, que sigue adelante creyendo en lo que hace. Si yo hubiese hecho mucho caso a lo que me ha pasado en los concursos -no me he llevado premios en ninguno-, igual no hubiera seguido. Pero seguí adelante porque confiaba mucho en lo que hacía, y es una buena filosofía de vida que aplicarse. Los premios… Todos quieren llevarse un premio, claro, pero no dejan de ser valoraciones subjetivas de un jurado. Hay que seguir luchando por lo que uno ama, por lo que uno quiere, y seguir apostando.

¿Hasta qué punto era un premio para ti lanzar este nuevo disco? ¿Era el momento?

Desde el punto de vista comercial, evidentemente no es buen momento, pero desde el punto de vista emocional, creo que tanto yo como todos los oyentes, toda la gente que me sigue y me apoya, estábamos ávidos de buenas noticias, y sacar un disco es una buena noticia. Yo creo que le ha aportado a mucha gente felicidad. Quizá no se haya vendido tanto como quisiéramos, porque la gente no va a los centros comerciales a comprar el disco, y evidentemente la gira no se ha podido hacer de momento, quitando este concierto y dos o tres cositas -teníamos cuarenta bolos preparados y se han suspendido-, pero, aun así, para mí ha merecido totalmente la pena sacar el disco.

Parece que todo va unido a la situación que estamos viviendo ahora; el concepto de seguir adelante, superar los obstáculos.

Sí, totalmente. Muchas canciones hablan de seguir adelante, no solo El viejo boxeador, sino seis o siete en diferentes ámbitos; incluso hay una, Seguiremos, que anima a seguir adelante a la propia humanidad. Parece que es un disco post-confinamiento, y no pre-confinamiento.

¿No fue post-confinamiento?

No, compusimos las canciones antes. De hecho, lo terminé de grabar la semana antes de que nos confinaran. Pura coincidencia.

Te fuiste hasta Sheffield para grabarlo. ¿Qué buscabas, qué sonido querías encontrar?

Buscaba un sonido más auténtico, más internacional principalmente, y acercarme a los grandes discos anglosajones que escucho a veces. Hay un artista, un crooner llamado Richard Hawley que a mí me vuelve loco, y contacté con su productor, y fue así como hicimos el disco. Buscaba un sonido renovado, estaba todavía buscando mi sonido, o por lo menos uno con el que yo me sintiera muy identificado, y sentía que, a pesar de que me gustaban mucho mis discos, todavía no había logrado el tipo de sonido con el que yo soñaba como artista. Y con Collin Elliot lo encontré.

Por cierto, ¿quién es ‘el viejo boxeador’?

Pues es mi padre. En realidad, El viejo boxeador no habla de él; habla de seguir adelante principalmente, y de seguir apostando por tus valores, tus sueños, por lo que uno es, independientemente de lo que venda más en la sociedad. Pero mi padre, como refugiado palestino, representaba muy bien ese concepto de seguir adelante, de resiliencia, de continuar a pesar de todo, porque él ha tenido una vida muy dura, en la que le han sucedido cosas que para nosotros serían absolutamente inimaginables. Nació en una tienda de campaña en un campamento de refugiados, recibió ayuda humanitaria... Le pasaron cosas realmente duras para un niño y un adolescente, y me apetecía brindarle el disco porque su figura, su ejemplo, se reflejaba muy bien en el espíritu de este álbum.

¿Este disco es, como suelen decir los músicos de su disco más reciente, tu mejor trabajo?

Yo creo que sí. Principalmente hay un sonido muy especial, lleno de cuerdas, de instrumentaciones muy delicadas... Por ejemplo, mi anterior disco me gusta mucho, pero tiene un sonido más pop, más comprimido, más procesado, con más máquinas, y este es totalmente orgánico; son todo instrumentos tocados, no hay bases, no hay ritmos programados, y eso le da un aire de calidez. Además de haber sido hecho en Sheffield y grabado en analógico, que eso también se nota: le da un aroma a nivel sonoro muy especial. Y luego, en cuanto a las letras, creo que son textos de mayor calidad. Hay muchas temáticas diferentes a pesar de que pivote un poco alrededor de la idea de resiliencia, de salir adelante; el disco, temáticamente es muy variado. Y hay canciones que hablan sobre la humanidad, de amor, de desamor, hay una canción sobre el derecho a enfadarse, hay canciones que miran hacia las redes sociales y hacia este mundo con estupor...

Algunas de ellas comparten autoría con Luis Ramiro.

Sí, hice varias con él porque estaba en un momento de mi vida en el que sentía que me estaba repitiendo ya y necesitaba compañía. Siempre he hecho todo solo en todos mis discos, pero me apeteció reunirme con uno de los mejores, porque Luis es uno de los mejores compositores que hay en este país. Además, somos superamigos, y fluyó increíble.

¿Hablar de política en las redes o incluso en los conciertos te ha traído consecuencias?

Alguna vez habrá quien se haya revuelto, pero en general no tengo yo la sensación de que haya pasado nada grave.

Y Miguel Bosé, por estar en contra del uso de las mascarillas o por sus ideas acerca de las vacunas, ¿merecía que le respondieras como lo hiciste?

Debo decir que Miguel Bosé siempre me ha caído muy bien, siempre me ha gustado como artista; es la pura verdad. Pero en un momento en el que estamos pasándolo tan mal, en medio de una pandemia, a mí me parecía bastante irresponsable hacer un llamamiento de ese tipo y que gente que no tiene ni idea vaya de científico e intente dar la impresión de que sabe lo que hay que hacer. Es cuando menos sorprendente. Por eso nos revolvimos muchos y protestamos, sin tener nada contra él. Además, le veía un poquito perjudicado de salud, y sinceramente me producía ternura y me daba penita, pero me parecía que había que contestar y tratar de alejar este tipo de posturas.

¿La cultura se siente maltratada por las medidas anticovid? ¿El Gobierno apoya o facilita el regreso a los escenarios?

Yo creo que ahora es más sensible. Se ha dado cuenta de que el mundo de la cultura no ha favorecido los contagios, sino que ha seguido muy a rajatabla los protocolos para proteger a la gente, y creo que se están haciendo las cosas más o menos bien. En muchos sitios se está permitiendo un 60% de aforo, y la gente está muy tranquila con sus mascarillas, entran y salen con orden... Ahora, en ese sentido, sí parece que por lo menos para la música en directo empieza a haber un poco de apoyo, pero principalmente en teatros. Para las salas pequeñas todavía no hay un plan, y está siendo absolutamente dramático, la verdad.

Tú además has tenido mucho éxito como poeta. Últimamente estás alternando disco con libro. ¿Te has sentido en algún momento despreciado como poeta? ¿Cómo se defiende uno de eso?

Sí me he sentido despreciado. Defenderme, más allá de hacer una canción como 5 gramos de resentimiento o contestar a alguien en una red o en un periódico, generalmente no me he defendido. Nada. En general he tragado y ya está, y a veces les he dedicado algún poema. Últimamente me da igual que me critiquen, soy superfeliz con lo que hago.