Closet, primer trabajo de la compañía Mutable, es una pieza para tres bailarines y un cantaor en la que la danza española ahueca la rigidez de la tradición para introducir elementos de danza contemporánea. Así, se trata de un espectáculo que amalgama dos estilos (el contemporáneo y el español), en la idea de desarrollar un trabajo más abierto en la forma y más expresivo en la narrativa audiovisual.

Closet tiene momentos de gran inspiración como el solo de palillo de Carmen Coy, que si lo hubiera desarrollado más extensamente la pieza hubiera ganado en aplomo. La escena del cantaor caminando a la largo de una diagonal de luz barroca con los bailarines atrapándolo y agasajándolo fue también seductora. Y estupendas las escenas de zapato con Coy y Jesús Perona, pero excesivos los minutos de contact entre los bailarines masculinos.

Carmen Coy es una gran bailarina murciana que viene de la danza española con sus maletas repletas de experiencias. Junto a su talento innato, inteligencia y disciplina encontramos a una bailarina potente y muy completa con deseos de crear su propio universo. Sus compañeros, Jesus Perona, bailarín español, e Iván Amaya, bailarín contemporáneo, trabajan con ella y con las dos disciplinas para buscar nuevas fórmulas expresivas. Y es que estamos contemplando de primera mano -a veces con sobresalto, a veces con admiración- como los bailarines y coreógrafos emergentes de la danza española murciana llegan con muchas ganas de proponer ideas nuevas y con mucho atrevimiento, planteándose preguntas como: ¿Por qué bailo como bailo? ¿Por qué tengo que hacer las cosas como siempre se han hecho? ¿Qué hay más allá de una escobilla?

Closet sería una de las respuestas. Se necesita una caja cerrada para que la energía se explore a sí misma, se condense y en algún momento salte y se rompa en mil pedazos. Entre la improvisación y el contact, los elementos más orgánicos de la danza, los bailarines exploran su corporalidad, su gestualidad, introduciéndose en la piel del otro, para que las tensiones y distensiones estallen y entre estos desencuentros surjan las frases y los párrafos del movimiento. El cante de Antonio Chacón ayuda a la construcción de este escenario sacándonos de esta especie de ensoñación y devolviendo la atmósfera etérica que se crea a la terrenalidad de las tres dimensiones. Bonita voz.

La Cía. Mutable, por último, programada dentro del ´IV Ciclo de Danza Española y Flamenco´ organizado por la red de auditorios municipales de Murcia, ha llegado con más ganas que nunca de romper moldes al igual que el resto de las compañías invitadas. Los coreógrafos emergentes llegan con mucha frescura, muchas inquietudes, ganas de aventuras y curiosidad por las disciplinas hermanas. Estas cualidades hacen que los escenarios últimamente, a pesar del virus incontrolable, bullan de entusiasmo.