«El año pasado grabamos nuestro primer disco en directo, y en este 2020, más allá de lo que hacemos en la sala, nos habían llamado del Ayuntamiento para poner en marcha de nuevo el Festival de Jazz de Murcia. Después de quince años luchando, trayendo a Algezares a grandes figuras internacionales, por fin estábamos logrando cierto reconocimiento. Se aventuraba una temporada muy bonita..., hasta que tuvimos que cancelar el festival tras apenas poder celebrar un concierto», recuerda Jota Baeza, gerente de Jazzazza Jazz Club, local de referencia para los amantes del género en la Región. Sin embargo, desde el pasado mes de marzo nadie ha vuelto a subirse a su escenario; el maldito virus ha acabado con la principal fuente de ingresos de la sala -«Reabrir en julio fue una tontería», dice- y la situación comienza a ser «crítica» para un espacio tan emblemático para los amantes de la música en esta comunidad.

Es por ello que Jota ha querido pedir la colaboración de su fiel clientela; que, por otra parte, es la que le ha animado a lanzar el proyecto ‘Yo apoyo a Jazzazza’. «No queríamos llegar a esta situación, no queremos ‘pedir limosna’, pero la verdad es que la gente se ha volcado con nosotros», señala el programador, que con la ayuda de Ana Lavella y Antonio Sánchez ha puesto en marcha un sistema de mecenazgo consistente en la ‘venta’ de las teclas del piano. «Para simbolizar ese apoyo, se han hecho grabados con cada una de las teclas del piano; piezas que van numeradas, de la 1 a la 88, y que se han hecho en varias series: blanca (100 euros), negra (50 euros), bronce (25 euros) y caoba (15 euros). Y estoy sorprendido -añade Baeza-: ya hay algunos que se han hecho con varias teclas». En cualquier caso, Jota asegura que se trata de una «ayuda a fondo perdido»: «Es una forma de participar de manera simbólica en la supervivencia de Jazzazza».

Las teclas se pueden adquirir escribiendo un correo electrónico a yoapoyo@jazzazza.com; una dirección en la que también se puede reservar una copia del directo grabado en febrero de 2019 en el local por Enric Peidro Swingtet y Glenn Crytzer. «Todavía nos quedan unas 200», aclara el gerente del club, que ni en sus «mejores sueños» espera «poder abrir en febrero o marzo con un 60 o 70% de aforo».

Entretanto, Jota Baeza seguirá luchando por la música y por Jazzazza. Por lo pronto, ya trabaja en adaptar la próxima edición del Festival de Jazz de Murcia y, en cuanto a su local, se encuentra a la caza de ayudas con la que evitar el cierre a la espera de que la tormenta amaine. «El problema es que todas están relacionadas con la hostelería. Yo estoy dado de alta como autónomo, como programador cultural, pero a los locales como el mío se nos sigue considerando como bares de copas, con lo que las únicas ayudas que obtenemos son para sufragar gastos de agua y luz», asegura el murciano, que junto a otras salas de España han creado una asociación para reclamar al Ministerio el estatus que les corresponde, «como ocurre en otros países; Francia, sin ir más lejos».