Vicente Navarro, actor y músico a caballo entre el folclore español y latinoamericano, la urban music y la electrónica, fue una de las grandes sorpresas del pasado 2019. El madrileño se encontraba en la Gran Manzana perfeccionando su inglés cuando, cual poeta en Nueva York, encontró su voz.

Llevaba varios años preparando un disco, Casi tierra, título inspirado en una frase del escritor Francisco Ayala, que por fin vio la luz editado por El Tragaluz y ayudado por un proceso de crowfunding en el que participaron sus (por entonces pocos) seguidores. Una base de fans que se ha venido multiplicando y que, seguro, le acompañará mañana en el Teatro Bernal de El Palmar (20.00 horas). Formado en el conservatorio Rodolfo Halffter de Móstoles, Vicente Navarro comenzó su andadura en la música popular quedando finalista en el Certamen de Jóvenes Creadores de la Comunidad de Madrid en el año 2007.

Unos años después, en 2010, formó el dúo Pájaro con su amigo Xoel Yáñez, con quien lanzó el EP Tiempo vs Dinero, pero Casi Tierra no vio la luz hasta junio del año pasado. En el río, que lleva ya más de 100.000 reproducciones en Spotify , es un buen ejemplo del contenido: voz, guitarra y arreglos muy sutiles bastan para conformar una canción atemporal.

También hay influencias morunas que coexisten con el flamenco en La orquesta y El puente. Otra sorpresa es Toro: nadie se espera ese estribillo cuando suenan los suaves acordes del inicio. Además, el talento de Navarro para las letras es digno de mención, y se refleja también en el delicado ritmo de Esternón, sobre el genocidio LGBT en Chechenia. Por haber, hasta hay un dueto en la mezcla de urban y flamenco -al estilo de un Dellafuente más melódico- que tiene lugar en El luto, donde se acompaña de Karmento, compañera del sello Tragaluz y con un camino parecido al de Vicente Navarro, que es sinónimo de tradición y de folclore. Pero también lo es de música moderna y sonidos urbanos. El mundo de la música necesita voces propias y personales como esta, que no suenen a lo de siempre.