Daimon y la jodida lógica, la última creación de la compañía gallega Matarile Teatro ?dirigida por Ana Vallés y, en palabras del Ayuntamiento de Murcia, «pionera en la puesta en escena de un teatro innovador y referente indiscutible de la escena contemporánea durante sus tres décadas de existencia»?, llega este sábado al TCM (20.00 horas) con nueve intérpretes: cinco artistas habituales de la compañía y cuatro colaboradores; un equipo ambicioso que marca el regreso de la formación a los espectáculos con música en directo.

El título de la obra ?a medio camino entre la danza y el teatro, y muy cerca del terreno de la performance? está basado en un concepto mitológico que puede tener, según el contexto, varios significados: ´destino´, ´voz de la conciencia´, ´intuición´, ´impulso creativo´...

En definitiva, «presencia oculta, imprevisible, que determina actos y decisiones que no podemos explicar racionalmente», explica su autora. «Podemos darle una corporeidad ?continúa Vallés?, una presencia oscura o colaboradora, imaginarnos una figura que nos acompaña y que no es yo, y nuestro yo quedaría intacto, íntegro. Pero a mí me interesa más el daimon que también es yo, nuestro yo incomprensible, una parte de nosotros que conecta con lo irracional, con el misterio, con lo fantástico; una puerta a lo extraordinario, a lo que nos salva, a lo sublime oa la locura».

En este sentido, según explica Ana Vallés, el trabajo con los intérpretes de Daimon y la jodida lógica se centra en «buscar un equilibrio entre lo verdadero y lo verosímil» y, de esta manera, reflejar «el misterio, lo inexplicable que hay detrás de las personas, lo que mueve, impulsa y emociona».

Ese es el objetivo de la obra, para lo cual la directora artística ha contado en esta ocasión con, más que intérpretes, artistas. Así, además de los habituales de la compañía (Celeste González, Ricardo Santana, Nuria Sotelo, Nacho Sanz y Alba Loureiro), hay cuatro nuevas incorporaciones: Ana Cotoré, Neus Villà Jürgens, Cristina Hernández Cruz y Jorge de Arcos, dos de ellas fruto de dos convocatorias públicas a las que se presentaron más de 150 personas.

En cuanto al resto de elementos artísticos, vuelve a ser primordial la música original con presencia de los creadores sobre las tablas: Nacho Sanz, Alba Loureiro, Cristina Hernández y Baltasar Patiño, que además es el esmerado productor musical de la obra. Asimismo, la iluminación funciona también como una «atmósfera» que crea lo que se han llamado ´espacio elocuente´.