Juan Diego Arroyo (Marid, 1972) es un escritor con una relación particular con la Región. Desde hace décadas pasa sus veranos en Mazarrón, donde, entre otras cosas, aprovecha para escribir. Tras la publicación, el año pasado, de El puente de sal, recientemente ha visto la luz El tiempo evitado. Se trata de la segunda parte de su saga de ficción histórica.

Háblenos de El tiempo evitado , de sus personajes y sus carencias, sus virtudes.

Es una novela muy coral, en la que infinidad de vidas se cruzan, discurren en paralelo, confluyen, divergen? todo ello en un entorno histórico debidamente contextualizado. Sus personajes principales encarnan el prototípico antihéroe: son personas como usted y como yo, a quienes les suceden cosas extraordinarias, en continua búsqueda vital y en constante transformación. Diría que el punto fuerte de la novela es precisamente que el lector podría identificarse con facilidad con cualquiera de ellos, y sumergirse en su mundo como si se tratara de su propia vida.

¿Cuál es su personaje favorito de El tiempo evitado ?

Tengo varios, pero quizá destacaría a Daniel, el personaje principal, por su capacidad para sortear los embates de la vida, apenas sin darse cuenta. Es un tipo con suerte que, sin embargo, no es consciente de ello y vive en una zozobra constante, reinventándose una y otra vez. Su alter ego, Beltrán, que vivió quinientos años antes, sería mi segundo personaje favorito, por su valentía y su madurez y rebeldía en un tiempo en que cualquier disensión era perseguida y duramente castigada.

¿Con qué personaje se identifica más?

Con Facundo: un vagabundo que se cruza en la vida del protagonista en El puente de sal y cambia su forma de ver la vida y entender la sociedad. En El tiempo evitado, Facundo tiene su correlato en Marylin, una niña hindú de quince años que vuelve a transformar la vida de Daniel de forma radical. Diría que nos parecemos en nuestro inconformismo, en el continuo afán por aprender.

¿Qué mentira ha dicho alguna vez para no herir a alguien?

Supongo que muchas. A veces es preferible detenerse y elaborar una buena historia que no cause dolor, aunque no sea cierta, que volcar sobre los demás lo primero que se nos viene a la mente sin calibrar las consecuencias.

¿Qué encuentra en Murcia cuando viene a visitarnos?

Sobre todo tranquilidad y tiempo. La vida que llevo cuando vengo a Murcia no tiene mucho que ver con mi rutina diaria, y aquí encuentro el sosiego que me ayuda a reconducir algunos aspectos personales y profesionales. El ritmo se ralentiza, y eso es muy saludable para cuerpo y mente. Y la luz; esa luminosidad única que invita a pensamientos positivos.

¿Qué echa de menos cuando regresa a Madrid?

Precisamente, esa calma para reflexionar, para reordenar mis ideas. Y quizá también la actitud de sus gentes; esa forma peculiar de ver la vida, sin artificio, sin dejarse estragar por las prisas; sabiendo vivir.

¿Qué le une a nuestra región?

Me unen lazos muy fuertes desde niño. Durante muchos años, pasé mis vacaciones en esta tierra, y muchos de los recuerdos de mi infancia están ligados a ella. Además, aquí vive parte de mi familia y conservo algunos de mis mejores amigos.

¿Qué sintió durante el proceso de creación de la novela?

El camino creativo de esta trilogía fue largo „más de dos años, sin contar la fase de documentación„, y supongo que cuando la acabé ya no era la misma persona que comenzó a escribirla, por lo que, sobre todo, lo viví como un aprendizaje, como un viaje hacia mi interior. Pienso que cada obra tiene un poder transformador hacia el exterior, sobre los lectores, pero también hacia el interior, sobre el propio autor.

El año pasado presentó El puente de sal en nuestra región, ¿va a repetir con El tiempo evitado ?

Cuando rememoro aquellos días de promoción lo hago con nostalgia, porque tuve la oportunidad de encontrarme con mis lectores, departir con ellos? y ahora, cuando tengo que conformarme con enviar ejemplares dedicados o grabar dedicatorias en vídeo, valoro mucho más ese contacto, esa fugaz pero intensa interacción que hoy por hoy aún no es posible. En cuanto la situación lo permita, repetiremos; de hecho, si finalmente se celebra la feria del libro de Murcia, será la primera cita, y estaré allí sin falta, firmando ejemplares de mi última novela.