La propuesta de El cerro de los dioses (Daniel Caneiro) nos plantea una interesante cuestión: ¿y si la fama y el éxito pudieran obtenerse evitando esfuerzo, penurias y trabajo? ¿Y si cambiamos el sacrificio del esfuerzo por otro tipo de sacrificio?

Con el formato cada vez más popular del mockumentary, acompañamos a los autores de un (falso) documental que pretende indagar los entresijos de una celebración conocida como La Siega, que se celebra periódicamente en un remoto y pequeño pueblo de Castilla-La Mancha y a la que acuden algunas celebridades del mundo del cine, la televisión y el espectáculo. Allí no puede faltar nadie.

Interpretándose a sí mismos, Itziar Castro, Will Sephard y Pau Escobar son este año los homenajeados en La Siega, y el equipo pretende recoger imágenes del evento. Sin embargo, conforme van penetrando en los entresijos de esta extraña 'comunidad' de celebridades, los documentalistas iran adquieriendo un rol más cercano al de la investigación. Conforme avanza El cerro de los dioses, las intenciones van cambiando y también el tono general de la película.

La celebración a la que acuden algunas de las personas más conocidas de este país irá adquieriendo progresivamente unos tintes inesperadamente oscuros. Al fin y al cabo, nuestro puñado de celebridades no son los únicos que han destacado a lo largo de la historia y no todos lo han hecho para bien.

El misterioso símbolo de un uroboros (serpiente que, representada gráficamente en círculo, se muerde su propia cola, expresando el esfuerzo eterno), comenzará a ofrecer pistas para algo mucho más grande, mucho más ominoso y mucho más peligroso de lo que parece. Y el equipo que graba el documental se encontrará en medio de todo.

El cerro de los dioses es al final un falso documental que nos habla de las frivolidades de algunos y las falsedades de otros. Su particular carta es que lo hace desde la óptica del falso documental para terminar sumergiéndose en el terreno del fantástico más abierto y sin complejos.

Sin duda es una película que no dejará a nadie indiferente, y esta es una gran noticia. Aburridos de que nos cueten siempre lo mismo y de la misma manera que una película que se atreve a contarnos, quizá no nada demasiado nuevo, pero sí de una forma fresca y diferente, siempre es de agradecer. Y si además no se toma así misma demasiado en serio y todo lo hace sin prejuicios para con el espectador, mejor.