El noir es un género que en ocasiones tiende demasiado a los estereotipos. A estructuras prefijadas y personajes extraídos de un molde ya muy dado de sí después de décadas sirviendo a hordas de fanáticos autores. Por eso, cuando un soplo de aire fresco entra por la ventana, todo el sector se remueve. Lectores, editores, críticos, jurados... De ahí que los responsables de las jornadas de literatura policíaca y de misterio Cartagena Negra no hayan podido resistirse a elegir a La cordura del idiota (Versátil, 2019) como finalista de su premio de novela. Basta con conocer a su protagonista para saber que su autor, Marto Pariente (Madrid, 1980), ha escapado de los cánones del noir: hablamos de Toni Trinidad, un atípico policía de pueblo. Un tipo solitario e imperturbable pero que se desmaya si ve una sola gota de sangre, sobre todo si es suya. Vamos, a años luz de aquellos intrépidos detectives de sombrero, gabardina y whisky on the rocks. Eso sí, el escritor madrileño aclara que, pese a los dispar de Trinidad, su libro -el segundo- «mantiene los códigos del género».

La novela negra está de moda

El género negro puede jactarse de mantener el tipo ante las adversidades. Transciende la moda puntual de tal o cual género. Histórico, erótico, ciencia ficción o, como hace algunos años, el thriller tecnológico..., da igual, el noir mantiene y mantendrá su tinglado en marcha. Son muchos los compinches y secuaces que buscan las novedades negras y policíacas entre las estanterías de las librerías. ¿Qué tiene? Entre otras, que radiografía a la sociedad: sus tumores, quistes y cuerpos extraños.

¿Y usted, cómo llegó a este género? ¿Era aficionado antes que escritor de novela negra?

Ese, desde luego, es el orden lógico. Primero lees todo lo que cae en tus manos y un día te levantas y te das cuenta de que tienes algo interesante que contar. Y en esas estamos. Sin embargo, el proceso creativo tarda más en cristalizar. Pasa por diversas fases, diferentes tipos de lectura, películas y series. Sin darte cuenta y disfrutando del viaje, uno crea su imaginario particular.

¿Un autor o libro que le haya marcado, que le hiciera seguir este camino literario?

Me han influido diversos autores y novelas. Thompson y su Asesino dentro de mí (1952), Crumley con su Último buen beso (1978), Bruen con su serie R&B, Alvite y sus Historias del Savoy (2007), Sallis y Drive (2005), Gutiérrez Maluenda y su Detective Atila... Y si me tengo que quedar con alguien, me quedo con Joe (se pronuncia 'You') Álamo, autor de Tom Z Stone (2016), y lo hago no solo por la novela, también me quedo con él por su amistad, por sus consejos y por aguantar mis locuras.

En la actualidad, ¿qué está tramando? ¿Anda todavía centrado en la presentación y difusión de su último trabajo (ahora le preguntaré por él) o tiene algún proyecto en el horno?

Bueno, ando haciendo encaje de bolillos. Continúo bajo la estela de La cordura del idiota; entrevistas, charlas, clubes de lectura..., todo on line debido a las circunstancias. Más de un año después de su publicación, sigue dándome alegrías. Ahora ando enfrascado en la escritura de mi tercera novela, un noir crepuscular. Y hasta ahí puedo leer.

Se lo preguntaba porque hay muchos escritores que se han tirado al teclado aprovechando estos meses de cuarentena. ¿Es su caso?

No, en lo personal y familiar ha sido una temporada muy complicada. He retomado la escritura hace relativamente poco tiempo.

Hablando del confinamiento y, por extensión, de la covid-19

De terror. Sufrimos la pérdida de un ser querido. Mi suegro. Manolo se llamaba el hombre... Más de un mes en coma luchando a brazo partido contra el coronovirus. Sin velatorio, con un ataúd de madera sin lacar, sellado y sin poder verle. Una historia de terror que no se la deseo ni a mi peor enemigo.

Volvamos a centrar el foco: Cartagena Negra. ¿Qué espera de estas jornadas?

Disfrutar, aprender de mis compañeros, organizadores, asistentes y demás ponentes. Pasar unos días charlando sobre libros, tramas y personajes. Reencontrarme con sospechosos habituales y conocer nuevos caretos del hampa. La ciudad ya la conozco y me encanta. ¿Qué más se puede pedir?

Llega como finalista del premio de novela de estas jornadas con La cordura del idiota. ¿Qué se va a encontrar el lector en este título?

Una novela diferente. Mantiene los códigos del género, pero insufla algo de frescura en cuanto a personajes y trama se refiere. Esto, claro está, según lectores y opiniones recogidas aquí y allá. Yo intenté contar una historia que orbitase entorno a los traumas que arrastramos desde la niñez, la corrupción urbanística y el amor incondicional entre hermanos. Una montaña rusa donde el dramatismo no excluye los ramalazos de humor negro.

Por último: ¿Le recomienda a nuestros lectores una novela con la que enamorarse del género?

Con su permiso, voy a recomendar cuatro: El último barco (2019), de Domingo Villar; Los señores del humo (2019), de Claudio Cerdán; Antes mueren los que no aman (2019), de Inés Plana, y La melodía de la oscuridad (2019), de Daniel Fopiani. Mis compañeros finalistas.