La encargada de abrir la segunda jornada de la próxima edición de Cartagena Negra será la andaluza Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981), una voz autorizada en el panorama noir español con nada menos que ocho novelas publicadas. La última, que vio la luz este mismo año de la mano de un gigante editorial como Alfaguara, es Progenie (2020), primera aventura de Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios de Sevilla y candidata a convertirse en una de las protagonistas de cabecera de la autora; es más, la escritora hispalense desvela en la siguiente entrevista que el segundo round para esta peculiar agente ya tiene programado su lanzamiento para comienzos de 2021, lo que seguro será una grata noticia para los miembros del Club de Lectura de las jornadas de literatura policíaca y de misterio de la ciudad portuaria, que podrán charlar con ella sobre Progenie el 11 de septiembre en El Batel.

La novela negra está de moda. ¿Qué tiene el noir que engancha tanto a los lectores?

Muchos elementos. Desde el suspense, el juego escritor/lector en el que el primero ha de dar las pistas al segundo para averiguar quién es el culpable (pero no demasiado pronto), hasta el trasfondo social que impera en la mayoría de obras a través de la visibilización de muchas injusticias.

¿Y usted, cómo llegó a este genéro? ¿Era aficionada antes que escritora de novela negra?

Sí, desde muy joven. Me leía todas las novelas de Agatha Christie que compraban mi madre y mi abuela. Hercules Poirot, Miss Marple..., pero también Sherlock Holmes o el padre Brown fueron algunos de mis compañeros de aventuras durante muchos años.

En la actualidad, ¿qué está tramando? ¿Anda todavía centrada en la presentación y difusión de su último trabajo o tiene ya algún proyecto en el horno?

A comienzos de 2021 se publica Especie, la segunda novela con Camino Vargas como protagonista. En estos momentos me encuentro ultimando los detalles con la editorial.

Se lo preguntaba porque hay muchos escritores que se han tirado al teclado aprovechando estos meses de cuarentena. ¿Es su caso?

Especie ya estaba escrita, pero al verse frenada toda la promoción de Progenie y quedarme en casa, no podía estar de brazos cruzados, de modo que sí, me lancé a escribir otras historias. Muchas veces lo que nos falta es tiempo, así que cuando la vida nos lo pone delante, hay que aprovecharlo.

Hablando del confinamiento y, por extensión, de la covid-19 (el gran villano de este año), ¿da este 2020 para una novela negra o más bien inspiraría un libro de terror?

Ojalá pudiéramos clasificarlo dentro del género distópico, porque eso significaría que no se ha hecho real... En todo caso, creo que aún nos faltan datos para saber dónde encajarlo.

Volvamos a centrar el foco: Cartagena Negra. ¿Qué espera de estas jornadas?

Compartir buenos ratos con gente muy querida, tanto de la propia organización como del plantel de escritores que estarán por allí. Desde Inés Plana o Daniel Fopiani a Paco Gómez Escribano y Domingo Villar; hay muchas personas con las que tengo ganas de reencontrarme. También conocer a otros como Claudio Cerdán o Marto Pariente. Y, por supuesto, estoy deseando encontrarme con el club de lectura sobre Progenie y escuchar sus opiniones, que son siempre un material de primera categoría para seguir aprendiendo.

Hablando de Progenie , ¿es en parte una obra de denuncia social?

Sí, de alguna forma todas mis obras lo son. En este caso en concreto, Progenie nace del deseo de contar una historia de suspense al tiempo que de poner el foco en un tema que me preocupa. Como en el resto de novelas, escojo un tema de fondo y a partir de ahí, hilo el relato. En Progenie elegí los modelos de familia, las maternidades y no maternidades, así como determinadas imposiciones sociales que aún perduran para las mujeres.

Muchos de sus lectores ya destacan que uno de los puntos fuertes de esta novela son sus propios personajes y su modo de interactuar? ¿Qué nos puede contar de ellos?

Camino Vargas es la jefa accidental del Grupo de Homicidios en Sevilla, una mujer extravagante de cuarenta y tantos con algo de sobrepeso, mucho de desparpajo y un poco tosca. Soltera empedernida, bailarina en su tiempo libre y con una colonia de hormigas como mascotas. Me encanta cómo la define Ilaria Martinelli, una de mis editoras en Alfaguara: «Un personaje extraordinario y contradictorio, con la intuición de Sherlock Holmes, pero la torpeza natural e indiferente de un elefante en una cacharrería». Junto a Camino, tenemos a todo su equipo: el oficial Pascual Molina, gigantón y buenazo; el subinspector Fito Alcalá, musculitos, chulo y engreído, pero de buen corazón, o las policías Lupe Quintana y Teresa, esta última veterana en el cuerpo con nada menos que ocho nietos que mimar al tiempo que ha de perseguir a un asesino en serie.

Por último: ¿Le recomienda a nuestros lectores una novela con la que enamorarse del género?

Betibú (2010), de Claudia Piñeiro, o la Cometierra (2019), de Dolores Reyes, me parecen dos opciones con toda garantía.