El escenógrafo y diseñador de iluminación Paco Leal (Murcia, 1957) dejaba por unas horas la trastienda de la escena para subirse a las tablas del Palacio de los Oviedos, uno de los escenarios del Festival de Teatro Clásico de Almagro, donde recibió el reconocimiento del mundo del teatro.

Leal, que cumple un cuarto de siglo al frente de la dirección técnica de la cita teatral manchega, recibía un caluroso homenaje por parte de todos aquellos que cada día hacen posible que el teatro sea una realidad.

El homenajeado, en unas breves palabras, no ocultaba su satisfacción por recibir este reconocimiento, que hacía extensivo a todos sus compañeros.

El responsable de la fundación del Teatro Universitario de Murcia y primer director del Festival de Teatro Clásico de Almagro, César Oliva, fue el encargado de pronunciar la laudatio en la que se ha recordado los méritos de Paco Leal para recibir esta distinción.

Oliva recordó el dicho popular que dice que 'quien tiene un amigo tiene un tesoro', para congratularse de contar con la amistad del escenógrafo homenajeado. Para el director teatral murciano, «el merecido homenajea de este año, lo merece una persona que es un gran hombre de teatro y que conoce como pocos los secretos de la técnica escénica»

Además, para él es un justo homenaje «porque su vinculación con Almagro es enorme» y dijo que «no creo que haya persona que más ha servido a este festival».

«Lo merece porque representa al trabajador anónimo, que sale en los programas de mano, sí, pero sin el protagonismo de actores, directores y ahora productores», subrayó. Paco Leal, considera Oliva, «simboliza a todos aquellos héroes del teatro diario, aquel que no tiene horas, el que no le importa que los halagos recaigan sobre sus jefes, del que sabe que es la sal de ese viejo arte que llamamos teatro».

A las palabras de reconocimiento se sumó el actual director de la cita teatral, Ignacio García, quien recordó la cita de Cervantes «al buen hacer nunca le falta premio» para justificar la decisión del patronato de premiar «el espléndido trabajo» de su compañero.