España quería espectáculo en Eurovisión 2020. Contaba con el presupuesto, una escenografía a la medida con un volcán como epicentro y el intérprete para hacerlo entrar en erupción, Blas Cantó. Pero el universo, esta vez, no respondió como se esperaba.

No han sido semanas fáciles para el artista murciano desde que se comunicó la suspensión del festival, la primera cancelación en sus 65 años de historia, y en las últimas horas, con el fallecimiento de su padre a los 49 años de edad, el clima se ha vuelto peor.

"Me vi un poco abrumado", confesaba en una charla con Efe realizada antes de conocer esta noticia y motivada por su participación ya grabada en el programa especial que se emitirá mañana en sustitución de Eurovisión.

Su mala racha se hizo evidente a principios de abril. El que debía ser el candidato de España en esta edición participaba por internet en la fiesta virtual "PrePartyEs At Home" junto a otros representantes eurovisivos, pero a pesar de ejercer de anfitrión, no cantó. Solo pudo hilar dos frases.

Insomnio, mal humor, tristeza, ronchas en la piel, afonía... "Mi corazón se rompió en mil pedazos y volví al punto de inicio. Empezar todo desde cero. Y por más que trato de pensar en que sucederá en 2021, es tanta la angustia que siento ahora que no puedo pensar con claridad", escribía en su perfil de Instagram el pasado 18 de abril a modo de disculpa pública.

Cantó (Ricote, 1991) había cerrado su perfil de Twitter en esos días por las críticas que arreciaban en su contra y también pidió detener la promoción del sencillo que había publicado junto a Pastora Soler, "Mi luz". "Necesitaba parar", señalaba entonces.

A principios de esta semana el cantante se presentaba ante los medios aparentemente recuperado. No exudaba aún el optimismo de meses atrás, cuando veía tan cerca el sueño por el que había pujado hasta en tres ocasiones, pero empezaba a planear su regreso a Madrid después de dos meses de confinamiento en casa de su madre en Murcia.

"Hay que relativizar todo un poco. O bastante. Nada es tan importante. Hay mucha gente pasándolo mal, perdiendo su trabajo, entre los que me incluyo. Pero creo que estamos desarrollando la empatía de una manera real", afirmaba, sin conocer aún la dimensión de esas palabras.

Este sábado, en la fecha en la que debía haberse celebrado la final de Eurovisión 2020, participará en "Europe Shine a Light", el programa especial que los organizadores emitirán para infundir esperanza al viejo continente en plena pandemia de COVID-19.

Lástima que no se podrá ver allí la "emotiva" puesta en escena que preparó junto a la escenógrafa Nicoline Refsing.

"Era algo mágico que respiraba mucha autenticidad en cuanto a cómo íbamos a ir vestidos y la interpretación. Estábamos metidos como en un volcán y había una explosión literal. La primera vez que vi la propuesta me quedé impactado. Nicoline tenía grandes ideas y era una propuesta en la que TVE se implicó como nunca lo había hecho a nivel de presupuesto", revelaba.

Para Eurovisión 2020 llegó a manejar hasta 40 canciones. Declinó un tema que le había enviado el sueco Mans Zelmerlow, ganador de Eurovisión 2015, por su parecido con su mayor éxito hasta la fecha, "Él no soy yo".

Y no fue el único excampeón que se puso en contacto con él. También Duncan Laurence le ofreció una composición, "pero la propuesta llegó fuera de plazo", informaba a Efe.

Ninguna canción le emocionó como "Universo". "No sé si era por la letra, por la melodía o por el momento que yo vivía", decía antes de salir en defensa de uno de los aspectos más señalados por los "eurofans" españoles.

"El 'uni-uni-universo' del estribillo se quedaba. Es un recurso habitual, como en el 'Umbrella-ella-ella' de Rihanna. Fue un experimento que gustó más fuera, pero también son los que nos votan", argumentaba.

Su favorita de entre todas las canciones a concurso era la de las suecas The Mamas frente al tirón popular de las propuesta de Islandia o de Rusia, que parecía poder vencer este vez las antipatías de un amplio sector del público por su política regresiva en el ámbito LGTB+.

Para Cantó, pese a todo, estos países deben estar en el concurso. "Hay mucha gente que necesita la cultura, las canciones y la visibilidad para darse cuenta de que la represión y esa manera de hacer política, de atentar contra los derechos, es un escándalo. Hay gente que necesita sentir que su país participa de algo tan importante en cuanto a libertad", reflexiona.

Proyectos futuros no le faltan. Al reciente tema "I Dare You", que une su voz a la de la estadounidense Kelly Clarkson, se sumará el 9 de junio el libro "Historia de una estrella sin nombre", en el que ha depositado anécdotas, pensamientos y su manera de ver el mundo.

Cantó tiene además un año por delante para preparar quizás un disco y desde luego su nueva candidatura al festival, más tiempo del que haya gozado nunca un artista.

"Tengo muchas ideas, demasiadas. Necesito tiempo para asimilar todo esto primero y luego para crear una propuesta totalmente diferente a 'Universo', porque no tendría sentido ir con algo similar", anunciaba días antes de conocer el más trágico acontecimiento de todos.

De él daba cuenta en las últimas horas en sus redes: "Eras bueno, y todos lo sabíamos. Pero a veces tú no eras tú. Vuela alto, porque te vamos a recordar en tu mejor versión, la que a todos enamoró cuando llegaste a sus vidas. Es lo justo. Yo también te quiero, papá".