Un 50 por ciento ha aumentado la venta de libros digitales desde que comenzó el confinamiento, una cifra que se está "acelerando" y que ha provocado que libreros, grandes cadenas de librerias latinoamericanas y editores hayan empezado su proceso de digitalización.

En tiempos de coronavirus la cultura está encontrando nuevos canales para llegar al público y, como de lo que se trata es de que los negocios no tengan que echar el cartel de cierre definitivo, muchos de ellos están encontrando en el universo digital una salida para seguir vendiendo.

Y en concreto el sector del libro está siendo uno de los que lo están viendo más claro y están poniéndose a ello con más rapidez.

Así lo cuenta a Efe Arantza Larrauri, directora de Libranda, la principal distribuidora de libros digitales que, con más del 70% del negocio digital de libros, afirma que conforme van pasando las semanas están viendo que la venta online de libros "va aumentando" por lo que puede subir "considerablemente" hasta un 80 %.

Una buena noticia que llega, y son conscientes, en la peor situación que vive el mundo debido al coronavirus, pero que, como de hacer lecturas positivas se trata, está animando al sector de la venta de libros a subirse a un carro que lleva ya bastantes años caminando.

"Estamos recibiendo muchas solicitudes de librerias que no habían empezado su proceso de digitalización, muchas de España y Latinoamérica. Esta semana se está precipitando y hay mucha contratación para que empiecen a digitalizarse", cuenta Larrauri, quien por una cuestión de confidencialidad no puede aportar los nombres de estos profesionales.

Pero no sólo ellos, sino que grandes cadenas de librerias latinoamericanas, sobre todo de Colombia, Perú y Ecuador, tampoco quieren dejar escapar esta vía de negocio y están trabajando para combinar su venta física (la única que llevaban a cabo hasta el momento) con la digital.

"Se han dado cuenta de que es fundamental tener una versión digital de sus tiendas. Y es normal", expresa la directora de Libranda, que destaca también cómo en otros países latinos como México el negocio de venta digital está "muy avanzado desde hace años".

Además, según añade, son "muchos" los editores de libros que están llamando a sus puertas para hacer una primera consulta sobre cómo digitalizar su catálogo. "Esto obviamente sucede por una desgracia, pero tenemos que enfrentarnos a ella y nuestro consuelo es que hay compañías y profesionales que no se pueden conformar con su situación", matiza.

Aunque hablar de futuro en estos momentos es hablar de incertidumbre, Larrauri cree que esta tendencia al alza no se va a "paralizar", sino que va a dar "continuidad" ya que muchos negocios tradicionales, grandes y pequeños, se están dando cuenta cómo el mundo digital "genera alternativas e ingresos". Por eso augura que éste "no quedará relegado".

"Esperemos que le den continuidad y sigan alimentando esta línea de negocio porque las inversiones que van a hacer van a ser importantes para ellos", apunta pese a que esta "avalancha" cuando la situación vaya volviendo a la normalidad "no será lo mismo, pero quedará el espíritu".

Y así lo considera también con los lectores que en estas semanas de confinamiento están descubriendo esta forma de leer: "Habremos creado un pequeño aumento que se quedará".

Una expectativa que se fundamenta en otro dato, según se refleja también en el informe que ha publicado esta plataforma, ya que en nuestro país ha aumentado un 30 % el tiempo de los lectores en plataformas de suscripción de libros digitales.