Confiesa que tenía ganas de volver. Que aunque el ensayo y la Historia le habían atrapado en los últimos años, la ficción seguía y seguirá siendo una cuenta pendiente para él. Es lo que tiene ser un todoterreno literario; un hombre capaz de manejarse con soltura con textos académicos como La tradición en Platón (2015), novelas como La extraña victoria (2013) y hasta dramaturgias como El exilio de Dante (2016). Y es que ahora, tras publicar con Ediciones Irreverentes la segunda entrega de su colección El rojo y el gris ( La plegaria de Eos, 2018), el escritor y crítico literario Pedro Amorós (Murcia, 1966) regresa a las librerías con una colección de relatos titulada Un aire de extrañeza (Cuadernos del laberinto, 2020), un viaje por el particular imaginario del autor que sumerge al lector en un mundo a medio camino entre una realidad ficticia y la más profunda ensoñación. Colaborador habitual de LA OPINIÓN, charlamos con él para conocer un poco mejor su nuevo trabajo y adelantarnos, incluso, a su próxima zancada literaria.

Vuelves al relato. Bueno, creo que nunca se ha ido, que siempre ha estado escribiéndolos, pero es ahora cuando ha decidido coger unos cuantosy editarlos bajo un mismo título. ¿Por qué?

Bueno, precisamente por eso: porque tenía ya unos cuantos y creo que había llegado ya el momento de hacer un recopilación. Llevaba escribiendo estos relatos desde hace doce o trece años, y en este tiempo yo ya había ido relacionando personajes e historias de unos y otros. Al final, me vi con una serie de ellos que compartían cierta unidad y que podían encajar juntos en un solo libro. Aparté los relatos de género negro, y los ordené, no en orden cronológico, sino 'temático' -por llamarlo de alguna manera-, por personajes e historias que están relacionadas, para que el lector pueda leerlos casi como si fuera una novela.

Habla de más de una década escribiendo y de historias y personajes recurrentes. ¿Cómo ha sido el proceso de 'escritura' de este libro? ¿Unos relatos le llevaban a otros?

Sí. Creo que esto es algo que forma parte de mi manera de escribir; y no solo en los relatos, sino que también en las novelas creo personajes o historias que luego, en el futuro, voy retomando. Sin ir más lejos, para escribir los relatos de Un aire de extrañeza lo que he hecho es recuperar elementos de otros cuentos. Es, en cierto modo, como ir completando la visión que tenía de esos personajes y de sus historias ofreciendo, al mismo tiempo, una mirada diferente o acumulativa de ellos. Y, bueno, como te decía, conforme fue avanzando el tiempo me di cuenta de que todos tenían un aire o un tono muy similar.

¿Cuál es el punto clave que les ha unido? ¿Hay una línea tangible que atraviese a todos ellos?

Tangible no. Digamos que hay un 'tono' que es el mismo en casi todos los relatos; de ahí el título, de hecho: Un aire de extrañeza. Los personajes de este libro parece que están como suspendidos en una realidad 'diferente', y nunca sabemos -y es la idea- si lo que sucede en esta realidad literaria es realmente real. Estos relatos tienen lugar en un campo que está a medio camino entre la realidad y la ensoñación; un campo con un cierto 'aire' que difumina todas las historias. Y luego, bueno, el título también hace referencia a los propios personajes, ya que si lo pensamos todos tienen algo 'extraño'. Por ejemplo, el protagonista de los cinco primeros relatos, Ricardo Tolá, es un hombre que vive una vida totalmente anodina en una ciudad completamente geométrica y aburrida, y la única cosa que le estimula, es, por las noches, observar la luna y soñar con ella. Este personaje, por cierto, acaba en un sanatorio mental... Luego hay otro del que nunca se dice el nombre pero que sabemos que es escritor y guionista. En varios cuentos, él camina por diversas ciudades europeas, pero nosotros no sabemos bien lo que hace, si un guion o una historia o..., eso sí, siempre anda al borde del suicidio. Y luego, en los últimos relatos, tenemos a un profesor que acaba en el río y no sabemos si es porque se ha suicidado, o porque le han tirado... Sin embargo, al poco resucita ante la mirada atónita de todos los presentes y cuenta una historia extrañísima para luego volver a cerrar los ojos y morir. Como ves, todos tienen ese punto de 'extrañeza', algo que nos saca de los común.

Los personajes, la historias, ese 'aire' o 'tono' tan particular, también los viajes... ¿Estos relatos son un ejercicio de estilo o hay algo más tras ellos, una intención que excede al mero disfrute literario?

Hay ciertamente un ejercicio de estilo, pero a mí no me acaba de gustar utilizar esta palabra, 'estilo'. Creo que los escritores estamos algo obsesionados con este tema; yo prefiero hablar del 'tono' de los relatos, y en este punto la primera frase es vital. Decía Cesare Pavese que la primera frase de una historia marca el tono, el estilo e incluso el giro de los acontecimientos, es un poco excesivo, pero a mí me viene al pelo [Ríe]. Ese comienzo es muy importante, y en este sentido creo que todos los relatos de Un aire de extrañeza, independientemente de que traten unos temas u otros, tienen un tono similar.

Por cierto, ahora que lo menciona: en esta recopilación de relatos trata desde temas tan esotéricos como el amor o la muerte, hasta cuestiones más relacionadas con la Historia o la política. ¿Cómo conjugan temáticas tan dispares en Un aire de extrañeza ?

En realidad, dentro de esta colección de dieciséis relatos hay dos que son centrales y que son algo especiales, uno de ellos dedicado a Hiroshima y Nagasaki y, el otro, al tema de la traición política. Pero exceptuando estos dos relatos, que son los que más se aproximan a la Historia y a la política, respectivamente, el resto son más... intimistas. Es decir, la mayor parte del libro tiene un tono decadente, intimista..., y es cierto que, evidentemente, como historiador que soy, tengo la manía de situar las tramas en el espacio y en el tiempo, pero ya te digo que, quitando estos dos, la mayoría de los relatos diría que van en otro sentido.

Por último, ha tratado todo tipo de géneros a lo largo de su ya dilatada trayectoria literaria, pero es verdad que hacía tiempo que no apostaba por la ficción. ¿Tenías ganas?

Sí, has dado en la diana. Efectivamente, llevaba un tiempo dedicado principalmente al ensayo histórico, aunque de una manera un tanto particular... En la colección El rojo y el gris, por ejemplo, mezclo pequeñas historias, narraciones autobiográficas, notas personales? Pero si que es cierto que, estrictamente ficción, llevaba bastante años sin publicar, y tenía ganas. De hecho, posiblemente lo próximo que publique también siga esta línea; en este caso, más concretamente, la del género negro. Y con un mismo protagonista: el doctor Mabuse, que Fritz Lang trasladó al cine y que ahora yo quiero llevar a la literatura con un personaje que se imagina que es, efectivamente, el doctor Mabuse. Como tengo la unidad temática muy definitiva, es muy posible que este sea mi próximo libro.