Siempre se ha dicho que la necesidad agudiza el ingenio; y en estos tiempos difíciles que nos está tocando vivir (en casa), la cultura es más necesaria que nunca. Por eso a alguien se le encendió la bombilla y organizó un festival con conciertos en streaming, por eso hay autores subiendo sus libros gratis a Internet y, por eso, hay plataformas de vídeo que han facilitado durante este días el acceso libre a todos sus contenidos. Porque el arte también está en cuarentena, pero ni mucho menos sabático.

Músicos, escritores, pintores, actores, cineastas..., todos ellos siguen trabajando; en sus hogares, sí, pero con el mono puesto. También los galeristas, los productores, los promotores... y los gestores culturales en general. En este último grupo se encuadra Ángel Cruz, director de la Filmoteca Regional, que aunque cerrada con motivo de las medidas de prevención del coronavirus, sigue carburando pese a que los proyectores se mantengan apagados y las salas permanezcan vacías.

Porque la Filmoteca, como apunta su máximo responsable, es mucho más que sus ciclos o estrenos. «La inmensa mayoría de la gente se queda en la programación; eso es lo que llega al gran público: el estreno de obras independientes, la proyección de clásicos en pantalla grande... Pero hay una labor que es 'invisible' y que, en el fondo, es el objetivo principal de esta institución: la recuperación, conservación y difusión de nuestro patrimonio fílmico», apunta Cruz. «Educar la mirada audiovisual de los murcianos también es importante, claro, pero lo que va a quedar para el futuro no es que hoy hagamos un ciclo de Fellini ?eso tiene poca relevancia o ninguna?, sino todo ese material que podamos recuperar de nuestra historia fílmica», añade. Un trabajo que, dadas las circunstancias, puede ser un buen momento para potenciar; sobre todo en cuanto a su difusión se refiere.

Porque, más allá de proyecciones que periódicamente pueden programar, la Filmoteca Regional tiene a disposición de los usuarios de su página web (www.filmotecamurcia.es) un pequeño catálogo con algunos documentos visuales particularmente significativos. «Desgraciadamente, la nuestra no ha sido históricamente una región potente en lo que se refiere a la industria cinematográfica, pero puede decir orgullosa que fue pionera en el cine amateur. En Murcia gozamos de una generación fantástica de cineístas ?que es como se llamaban a sí mismos para diferenciarse de los cineastas? que fue protagonista de los certámenes internacionales de los años cincuenta y sesenta junto a los directores barceloneses. Y el más importante de ellos fue, probablemente, Antonio Medina Bardón, productor y director, de hecho, de la primera película que se hizo de estas características, Una aventura vulgar, de 1953», señala Cruz, que, apunta que, por todo ello, no tuvieron dudas en cuanto a por dónde comenzar este proyecto.

Así, en la web de la Filmoteca se puede disfrutar de piezas como Fantasía en el puerto, de 1958 y rodada en 16 milímetros. También de Pinceles locos, del '56, una cinta «divertidísima» que también cuenta con la firma de Medina Bardón. No obstante, con la intención de «darle un impulso» a este apartado y «reivindicar la a veces ingrata labor del personal de archivo», cada día irán recomendando en las redes sociales de la institución una de estas películas, aderezando el visionado con alguna curiosidad o, simplemente, información de contexto.

Y aunque, de momento, solo cuentan con poco más de una docena de clips, la intención es ir ampliando el catálogo según lo permitan las circunstancias, «porque desde casa no podemos acceder a todo», lamenta Cruz. No obstante, la idea es, por ejemplo, subir ?si no en su totalidad (por cuestiones de copyright), algunos cortes? películas como La alegría de la huerta (1940), de Ramón Quadreny, o la francesa Los jardines de Murcia (1936), de Max Joly y Marcel Gras, que la Filmoteca recuperó el año pasado con motivo de su decimoquinto aniversario. También todas las filmaciones que el NO-DO hizo en Murcia, desde 1941 hasta 1981: «Los usuarios podrán ver inauguraciones de barrios como el de Vistabella o el de Vistalegre, imágenes del Entierro de la Sardina y el Bando..., lo que la España costumbrista del momento grababa en la Región», aclara Cruz.

El director de la Filmoteca tiene clara su misión. «Yo siempre digo que este es un centro de lucha contra el Alzheimer audiovisual; como nosotros no recuperemos los que nuestros antepasados han ido produciendo, no lo va a hacer nadie», asegura. Y, por ello, insta a los murcianos a que, en estos días de enclaustramiento, «cojan un libro, vean una película o accedan al archivo de la Filmoteca Regional, ya que, dado que vamos a estar tantos días encerrados, puede ser un buen momento para intentar conocernos un poco más a nosotros mismos, a nuestra historia y a nuestro pasado».

Las proyecciones continúan de la mano de la plataforma eFilm

Aunque Ángel Cruz, director de la Filmoteca Regional, reconoce que la crisis del coronavirus va a afectar en mayor medida a las salas comerciales, asegura que la situación del centro no es «fácil, en absoluto». «Todo esto te parte el trabajo de un año, porque la mayoría de las proyecciones que se suspenden va a ser imposible reubicarlas en la programación. Es verdad que hay gente que lo está pasando mucho peor, y que nosotros solo tenemos que cancelar eventos, pero es muy frustrante» asegura.

En concreto, Cruz estima que se perderán en torno a un 70% de los pases previstos para estos días, y no es optimista en cuanto a que puedan volver a funcionar con normalidad a partir del 1 de abril. Así que han buscado un remedio, una tirita, para paliar en la medida de lo posible los daños de una programación que «se desangra». De la mano de la Biblioteca Regional y su plataforma de streaming gratuita eFilm, la Filmoteca recomendará cada día el visionado de una de las películas que debería tener esa jornada en cartelera. Ayer, por ejemplo, dentro del ciclo 'Leo McCarey: sonrisas y lágrimas', la elegida fue El buen samaritano (1948), protagonizada por Gary Cooper.