En uno de los primeros encuentros de la presente edición del Premio Mandarache, la autora argentina Samanta Schweblin desvelaba a los jóvenes lectores de Cartagena el lado «más inquietante» de las nuevas tecnologías con motivo de la presentación de Kentukis, obra con la que ejerce como finalista de esta certamen. Pues bien, hoy y mañana es el turno del zaragozano David Lozano, que en esta ocasión es uno de los tres aspirantes al Premio Hache, dedicado a la facción más joven de su multitudinario jurado. Y lo es gracias a Desconocidos, una novela de misterio que tampoco es precisamente complaciente con, en este caso, las redes sociales.

«En la inmensidad de las redes hay muy buenas personas, pero de vez en cuando hay gente que no lo es tanto», señala Lozano, que hoy pasará por el Paraninfo de la UPCT (10.30 horas), por el Centro Intercultural Casto Antiguo (17.30 horas) y por el Museo Arqvua (19.00 horas), actividades todas ellas reservadas a los participantes de este Proyecto Mandarache. Y sobre esa gente «que no lo es tanto va este libro». En concreto, Desconocidos (Premio Edebé y Gran Angular, entre otros) presenta ante el lector a Lara y Gerard, dos jóvenes que se han conocido en la Red y que han quedado para verse, cara a cara, durante una cena en Barcelona, una ciudad que le gusta mucho y en la que no había ambientado nunca ninguna de sus tramas. Paralelamente a esta cita, quienes continúen la historia sabrán de una inspectora de policía que tiene dudas porque al revisar el cadáver de un presunto suicidio en la Costa Brava descubre que lleva la foto de una tal Lara en el bolsillo.