El escritor caravaqueño Luis Leante se hizo ayer con el Premio Edebé de Literatura Juvenil, «uno de los dos o tres más prestigiosos del país» en esta categoría, recordaba este miércoles el galardonado en una conversación telefónica con LA OPINIÓN desde la sede de la editorial barcelonesa. Sabedor del fallo del jurado desde hacía unos días, el autor de obras como Mira si yo te querré -que le valió el Alfaguara de 2007 y el Mandarache de 2009- y Huye sin mirar atrás -con el que se impuso hace cuatro años en el mismo certamen que hoy le vuelve a lanzar a la primera plana-, ha conquistado a los jueces con Maneras de vivir, un original que «habla de superación, de la capacidad de redimirse y reinventarse y del valor de los lazos familiares», según Edebé, pero que también es «un homenaje a la música rock de los ochenta, a aquellos músicos que con sus luces y sombras embelesaron a tantos jóvenes» durante una de las épocas más apasionantes de nuestra historia reciente.

Leante, cuyo texto brilló a ojos del jurado por encima de otras 118 novelas, se mostraba ayer tremendamente feliz (y sorprendido) de poder reeditar su logro de 2016; un doblete que, hasta ahora, solo han conseguido Care Santos ( Laluna.com y Mentira), Elia Barceló (con El caso del artista cruel y Cordeluna; el año pasado hizo triplete con El efecto Frankestein) y César Mallorquí, que tiene cuatro gracias a El último trabajo del señor Luna, La cruz de El Dorado, L as lágrimas de Shiva y L a isla de Bowen. «Es una enorme satisfacción. ¡Y una gran sorpresa! Es que se presenta tanta gente que escribe tan bien que nunca piensas que te pueda tocar a ti...», confesaba, emocionado, el caravaqueño, cuyo último trabajo publicado, la obra de teatro Los resistentes, fue lanzado el año pasado.

Para el galardonado, «ganar este certamen te coloca en la Primera División -asegura-, en un círculo muy importante y de mucha calidad junto a autores geniales a los que admiro y leo mucho; porque leo tanta literatura juvenil como de adultos», añade. Porque el caravaqueño es de los que piensa que esa etiqueta ('juvenil'), más que restrictiva (como de tal a tal edad), es inclusiva (apta, por lenguaje y contenido, de la adolescencia en adelante). «Además, me parece un genero complicadísimo -asegura-; yo tengo que trabajar mucho la literatura de adultos para poder pisar terreno firme en la juvenil. Por ello me gusta conocer lo que hay, disfruto mucho con algunos de estos títulos. De hecho, creo que consumir este tipo de textos es muy importante para los adultos -tengan o no hijos-, porque es una manera de no perder el contacto con el mundo de los jóvenes. A veces, con la edad, nos desconectamos de un mundo [el de los jóvenes] que puede ser realmente sorprendente», señala Leante.

Vida y música

Y es curioso porque, en cierto modo, Maneras de vivir -que saldrá a la venta el 1 de marzo- navega entre las aguas de estos dos mundos (el adolescente y el adulto), aunque invirtiendo los papeles. «Este libro trata de reflejar las distintas visiones de cada uno de ellos; pero, esta vez, los jóvenes son los maduros, mientras que los adultos demuestran que no siempre han tomado los caminos más sensatos...», explica. Para ser más exactos, Leante repasa en esta novela la vida de un viejo rockero que, tras llegar a lo más alto, ha descendido a los infiernos inmerso en una espiral de drogas, cárcel y olvido; y lo hace a través de una serie de entrevistas -a modo periodístico- que terminan por entrelazarse desvelando el perfil de una «familia de supervivientes -según Edebé- en la que cada cual vive a su manera».

Bajo esta premisa, el título, Maneras de vivir -como aquel himno de Leño-, le viene como anillo al dedo a un trabajo que apuesta por el respeto a las diferentes formas de encarar la vida -«incluso a las más extravagantes»- y por aprovechar las segundas oportunidades; aunque, también, claro está, por «mostrar, más que reivindicar», a aquellas bandas del emergente 'rock urbano' de los años ochenta, con Rosendo Mercado a la cabeza. «Recuerdo mi primer concierto: yo tenía 16 años y esa noche tocaban Mermelada, Coz, los propios Leño... Pero, hoy día, las modas musicales van tan deprisa que lo viejo parece que se va quedando caduco y dejando de tener validez; y fueron bandas muy importantes en su momento -apunta Leante-. Así que, igual que ocurre con la literatura (con algunos autores a los que las nuevas generaciones ya no les hacen caso), creo que conocer ese capítulo de la historia de nuestra música es interesante para los jóvenes, que -igual que me pasó a mí en su momento-, pueden tender a pensar que el mundo empezó cuando ellos nacieron», reconoce el autor, melómano empedernido, que aprovecha a los personajes de esta obra para recuperar a las bandas de su juventud y «desdoblarse». «Yo he tocado la guitarra, pero también la flauta, y he hecho solfeo. He escuchado a Beethoven y a Mozart, de la misma manera que a Rosendo y los Rolling», explica sobre su 'manera de vivir la música', de la que beben los protagonistas de un libro que, sin estar todavía en el mercado, ya le ha dado una primera gran alegría.