Desde que publicó su primer single, Sola, hace 15 años, Diana Navarro no ha parado de triunfar. Ahora, la malagueña se encuentra presentando Inesperado, su octavo álbum, un trabajo en el que hay desde copla a trap y que consolida a la andaluza como de las voces más reconocibles, pero a la vez más inquietas, de la canción en español. Artista en constante investigación, sigue fusionado el flamenco y la zarzuela con estilos tan dispares como el pop sinfónico y la electrónica, sin miedo y con su corazón como única brújala. En uno de los mejores momentos de su trayectoria -Navarro se está mostrando más conmovedora que nunca-, visita Cartagena este fin de semana (sábado, en el Nuevo Teatro Circo, a partir de las 21.30 horas) armada con sus nuevas canciones y algunas de las más reseñadas de su repertorio.

Inesperado es el título de su octavo trabajo discográfico. ¿Qué es lo inesperado?Inesperado

Lo que el oyente va a oír. Cada canción tiene una sonoridad absolutamente diferente, pero la unión común es la emoción y la música tradicional en la que siempre me he inspirado. Por eso se titula el disco Inesperado, porque no te esperas lo que vas a escuchar y porque incluso a la hora de formar el repertorio todo surgió de manera inesperada.

En este nuevo álbum prevalece su esencia, pero con un estilo más renovado. ¿Cree que era el momento de probar un nuevo sonido?

Yo siempre he hecho lo que mi corazón me ha dictado, y he arriesgado muchas veces, pero es verdad que en este trabajo esta filosofía ha sido todavía más acusada. Afortunadamente, mi público siempre me ha permitido que investigue, porque es verdad que desde que salió Sola, que es una media granadina, pero fusionada con un concepto más de pop electrónico, ya vieron que ésa era mi estética, el fusionar el estilo de raíz con todas las músicas que me llegan. En este caso, la propuesta más arriesgada es el tema Encrucijada, que es una una copla clásica fusionada con trap. Quería que mis sobrinos escuchasen trap más poético, porque las letras de este género no me gustan mucho...

La copla no es un palo

No sé si hay un secreto. Mi línea a seguir ha sido mi verdad, eso sí. Nunca he hecho nada que para mí no fuera real, que no fuese una verdad de mi corazón ni una necesidad de ofrecer algo que enriqueciera mi estilo y los estilos clásicos, siempre desde el respeto y desde el estudio. Me preparo mucho para abarcar cualquier tema. Esa verdad es lo que a la gente le ha gustado o enganchado de mi historia; saben que no me uno a ninguna moda, simplemente sigo con mi reivindicación de recuperar y mantener la copla, el flamenco, la saeta o la zarzuela; en definitiva, la música tradicional española, que es cultura muy rica que nuestro país no puede perder.

¿En qué ha cambiado Diana Navarro desde su primer disco?

Ahora soy un poquito menos ingenua [Risas] , aunque sigo creyendo en las personas y tengo el convencimiento de que con el amor todo se puede. En el camino te vas dando cuenta de que esto es una selva y de que siempre hay que estar alerta. Pero yo sigo abogando y creyendo en que hay más personas buenas que malas.

Participó en Tu cara me suena

Muchísimo. Yo realicé un máster de Interpretación para cine y televisión en 2010 en la Escuela de Artes Escénicas de Madrid y, desde entonces, he ido desarrollando mi faceta como actriz, y participar en el programa era una forma de explorar esa faceta pero uniéndola a la de cantante. En Tu cara me suena lo logré porque interpreté a veinte personajes diferentes. Fue muy enriquecedor y lo recuerdo con muchísimo cariño. Eso sí, tuve que trabajar muy duro.

Viajando al pasado, a sus inicios, empezó en un coro con el que recorrió España y con el que se financió dos discos. ¿Cómo fue aquella época?

Fue una época muy bonita. Empecé en la agrupación folclórica Renacer, con la que viajamos a Canadá. Fue un tiempo de mucha ingenuidad e inconsciencia, pero muy feliz. Lo recuerdo con mucho cariño porque fue como mi universidad: de aquello aprení que nadie regala nada y que todo se consigue trabajando.

Si tuviera que quedarse con un momento de su trayectoria profesional, ¿cuál sería?

Hay muchos, pero recuerdo cuando me dijeron que habíamos vendido alrededor de 13.000 copias del primer disco en poco tiempo. Ahí me di cuenta, no solo que de que se había hecho realidad mi sueño de publicar un álbum propio, sino de que la gente quería que yo estuviese ahí. También recuerdo con mucho cariño el pregón de la Feria de Málaga o cuando recibí el premio Ondas.