"La kinkidelia es nuestro potaje", dice Scott Gringo, guitarrista de Derby Motoreta's Burrito Kachimba, el gran fenómeno rock español con su reivindicación de la psicodelia y de lo quinqui; una banda cuyos miembros proceden de The Milkyway Express, Quentin Gas y Los Zíngaros, Furia Trinidad o Jambalayaband. Con solo un disco en el mercado de título epónimo (El Segell, 2019), su singular nombre y una estética retro setentera, los sevillanos parecen pupilos de Led Zeppelin y el rock progresivo andaluz. Su imagen y su entrega en directo remiten a ese carisma de las grandes formaciones de rock de los setenta y Danny Piranha, su cantante, tiene un timbre que incluso recuerda al Jesús de la Rosa, de Triana. Y desde ahí, hasta la psicodelia moderna de King Gizzard & The Lizard Wizard. Una mezcla potente, nada condescendiente y desbordante en decibelios que está causando sensación.

¿Qué es eso de la 'kinkidelia'?

¡Es nuestro potaje! Es como una excusa para no adherirnos a ningún estilo y darnos la libertad creativa de adaptar cualquier estilo.

La primera vez que oí hablar de vosotros fue a través de Kiko Veneno, pero parece que en Sevilla ya se hablaba mucho antes de Derby Motoreta's. ¿Cómo surgió la cosa?

La banda nace de un proyecto que se vino abajo y en el que estábamos tres de los integrantes. Aquello se esfumó, y un par de años más tarde volvimos a retomar la historia. Se incorporaron el resto de los miembros y empezamos a funcionar; el grupo tiene dos veranos. Esa es la historia resumida.

Muy resumida, porque en ese tiempo Derby Motoreta's Burrito Kachimba había sido grupo Demoscópicos y actuado -entre muchos otros festivales- en el Monkey Week de Sevilla. Cuando os vi en Un país para escucharlo os conocían por allí, pero fuera...

Cuando nos juntamos en verano del 2017 la gente decía: «¿Qué estarán haciendo estos locos?». Pero tuvimos suerte: la salida del disco coincidió con nuestra aparición en el programa y hubo un montón de feedback. Pensábamos que la tele, a estas alturas de la película, ya no la veía nadie...

Habéis pasado por el Primavera Sound y el Bilbao BBK gracias a ese disco.¿Cómo habéis experimentado todo esto?¿Cómo lo habéis asimilado después del poco éxito que obtuvisteis con vuestros respectivos grupos?

Buenos, al principio tuvimos un éxito relativo, pero este año ha sido una auténtica fantasía. Hemos tocado en el Primavera, el BBK, en un montón de festivales, hemos hecho sold outs en salas... Es una locura. La gente ya nos recibe con un calor especial, se conoce las canciones. Estamos flipando; se ha creado como una sensación de 'comunidad'.

Participasteis en la gran fiesta previa a los European Music Awards de MTV, que reunió el viernes a bandas como Love of Lesbian, Viva Suecia y Carolina Durante. Sevilla estaría por todo lo alto.

Sí, fue una experiencia increíble; creo que había más de diez mil personas... Nunca habíamos tocado para tanta gente, y fue brutal, lo disfrutamos mucho, y la gente se vino arriba con nosotros, y eso que muchos habían ido a ver a Love Of Lesbian y esta gente... Pero fue una experiencia increíble, y además, en casa.

¿Es sobre un escenario donde Derby Motoreta's Burrito Kachimba demuestran todo su poderío?

Sí, y eso que todavía no llevamos los fuegos artificiales... [Ríe]. Los directos están siendo muy importantes para el boca a boca: «He ido a ver a los colgados esos del nombre largo, tenéis que ir a verlos». Porque en el directo nos dejamos la piel -perdemos como dos, tres kilos cada vez que tocamos-, y lo vivimos como un show, no como un recital. Pensamos que tiene que ser un espectáculo, y terminamos rompiéndonos la camisa casi como en una boda gitana.

«Los del nombre largo que casi no cabe en un cartel».

Queríamos provocarle un poco de sufrimiento a los diseñadores que hacen los carteles. Cuando empezamos teníamos un nombre más simple, pero no terminaba de cuajar con la música que estábamos haciendo. Poco a poco, en una tormenta de ideas, salió lo de Derby Motoreta's Burrito Kachimba, y nos miramos y sentimos que era el nombre que tenía que tener el proyecto, algo loco. Nos parece el nombre perfecto.

¿El objetivo es recuperar la herencia del rock andaluz setentero, de Triana Y Alameda, recocinándolo con psicodelia y descaro?

Ni era ni es hacer rock ni reivindicar rock andaluz, aunque a nosotros nos pueda apasionar. La idea del grupo desde el inicio fue intentar hacer una banda de 2019. Ese era el objetivo. Ya habíamos tenido otras bandas donde pudimos haber tributado otras épocas en el tiempo, y ahora nos apetecía hacer lo que hacían los Beatles y otros grupos, que era hacer la música de su momento, no hacer ningún revival.

Pero el timbre de Danny Piranha, vuestro cantante, nos trae a la memoria a Jesús de la Rosa, de Triana.

Claro, claro, pero eso es ya parte de las herramientas, del color con el que pintas el cuadro. Y, de hecho, hasta los mismos Triana hacían la música de su momento. Se trata de vivir el momento actual.

Lo de la 'kinkidelia' que comentabas antes parece que lo hayáis querido dejar expreso en el vídeo de El salto del gitano, donde sale una pandilla que roba una moto, influido por el cine quinqui de Eloy de la Iglesia.

Todo viene a raíz de cuando la banda se estaba gestando en el local de ensayo, en pleno verano, a las cuatro de la tarde. Íbamos grabando lo que hacíamos, y llegamos a la conclusión de que era hipercafre y quinqui, como una música que te está atracando, y de broma empezamos a mezclar lo quinqui con la psicodelia, y entre bromas nos inventamos esa etiqueta para salirnos de lo de rock, heavy, flamenco€

Siguiendo con De la Iglesia, vosotros aludís a vuestra música como 'navajazos'. ¿Por lo de 'navajeros' de Eloy?

Para nosotros lo quinqui no es irte a atracar a una señora y robar una motillo, sino sacarle una navaja a la vida antes de que la vida te la saque a ti.

¿Qué nos puedes contar de este primer disco? ¿De qué van las letras?

Las letras las hizo Miguelito y la mayoría son oníricas. Jugamos a no dar un mensaje completamente explícito, sino algo más psicodélico, narrando paisajes oníricos, encuentros en universos paralelos... Tú terminas de completar el contenido de la letra, de darle significado a la obra. Eso es parte del arte, y la obra se completa cuando a alguien le emociona o le causa indiferencia.

¿Pensáis que quizás no se ha valorado lo suficiente al rock andaluz? ¿O incluso que no se ha sabido explotar ?

Si el que a nosotros nos comparen con el rock andaluz sirve para que gente joven que no conoce esa música la conozca, eso nos parece maravilloso. Con la Movida y ese rollo nihilista de «maquíllate, maquíllate» aquello se diluyó, pero si de repente nosotros hacemos una versión del Camarón y eso hace que la gente escuche a Camarón, pues maravilloso. Yo creo que, más que una vuelta del rock andaluz, es como volver a las raíces de aquí. Siempre hemos estado manejando un lenguaje anglosajón a la hora de hacer música rock, y grupos como Triana lo que hacían era mezclar eso con las raíces propias, el rock con la raíz flamenca. Es lo que hace El Niño de Elche, Los Planetas últimamente o Rosalía, que está logrando que el oído español le esté prestando un poco más de atención a esa raíz armónica, que es diferente de todo lo que se venía utilizando en el indie.

Citabas a Camarón, y acabáis de sacar dos versiones de La leyenda del tiempo: una con Rocío Márquez, Viejo mundo, y otra solo de Derby, Nana del caballo grande. ¿Qué tal ha sido trabajar con Rocío ? ¿De dónde viene lo de este homenaje e Camarón?

Lo de Camarón fue una propuesta de Tali Carreto, organizador del Monkey Week, al coincidir con el cuarenta aniversario de La leyenda del tiempo. Se le ocurrió juntar a Soléa Morente, Napoleón Solo y Rocío Márquez para que colaboraran en el homenaje y tocaran el disco en el Monkey. Nosotros teníamos que hacer cuatro versiones, una con Rocío y otras con Ciberman y Pájaro, y la verdad es que Nana del caballo grande la terminamos sintiendo como un nuestra, la hemos kinkillizado. Y con Rocío el trabajo fue maravillo. Es un ser humano bellísimo, una artista increíble, y cuando acabó el concierto pensamos en todo el curro que nos habíamos pegado, así que se nos ocurrió hacer un single, y como cara B la que más nos apetecía era la colaboración con Rocío. Era un regalito para nuestra gente y para todo el que quiera escucharlo.

Habéis adquirido un sello particular con estas canciones y vuestro primer álbum, pero ¿estáis ya planteando el segundo disco? ¿Por dónde van a ir los tiros?

Estamos a tope de composición ahora mismo. Tocamos los fines de semana y el resto del tiempos estamos con el disco, perfilando y perfilando. La idea es sacarlo el año que viene, ya veremos cuando. En principio vamos un poco más cafres. Enseguida estamos ahí, vais a ver la kinkidelia en estado puro, vamos a dejarnos el pellejo para que te lo pases de puta madre.