Gane se hizo famoso con su poesía en las redes sociales./ Miriam Cos

Su acento es bastante madrileño, lo que no saben muchos es que la historia de Miguel Gane comenzó en Rumanía. El joven poeta, famoso a través de sus versos y las redes sociales, se ha lanzado al mundo de la novela con 'Cuando seas mayor', una historia autobiográfica donde cuenta el periplo de una familia desde el país valcánico a España y el porqué de esa decisión.

- La novela se titula 'Cuando seas mayor', ¿ya eres mayor?

- Después de la aventura literaria de la novela y la historia que conté, si echas la vista atrás, ves por las cosas por las que has pasado y entiendes por qué la madre, en el libro, le dice esto al niño... así que yo diría que sí.

- ¿Hasta qué punto la novela es autobiográfica?

- Por ponerlo en una escala numérica, un 70-80% es autobiográfica, sobre todo las cosas más duras y complicadas que ocurren en la novela me han pasado a mí y el resto le han sucedido a gente de mi alrededor, familia, amigos de mi familia, conocidos... por eso también digo que es una historia real, porque todo lo que hay dentro de 'Cuando seas mayor' ha ocurrido.

- Si tuvieras que elegir el momento más impactante de tu viaje de Rumanía a España, ¿cuál sería?

- Hay dos cosas... para mí la llegada y el cambio de un pueblo a una ciudad como Madrid, el contraste en cuanto a todo. Me llamaban la atención los supermercados porque nunca había estado en uno, los carritos de la compra, las plazas, los locutorios... desde ahí hasta tener que aprender a jugar de nuevo, porque yo no sabía jugar como jugaban los niños españoles en el cole, el personaje del libro tampoco. Tienes que adaptarte, intentar hacer lo que hacen ellos, teniendo en cuenta la dificultad del idioma, que ya de por sí yo no sabía. Desde cosas simples hasta más complicadas.

- Si te pones en los ojos del niño que fuiste cuando llegaste a España, ¿cómo recuerdas tu pueblo?

- Para escribir el libro tuve que hacer esta retrospectiva al pasado y lo recuerdo como un sitio idílico en muchos aspectos, sobre todo en el cambio de una estación a otra, que se marca mucho y me llama mucho la atención. Lo recuerdo como un lugar en el que aprendí muchas cosas, en el que viví muchas cosas, en el que hice muy buenos amigos que sigo teniendo ahora. Me ha servido de inspiración para escribir gran parte del libro, y casi que lo recuerdo con melancolía, ya que retrocedes al pasado y ves al niño corretear entre las basuras de las calles... el recuerdo es muy humano y vivo y se siente mucho y, por un lado, te sientes agradecido y orgulloso por haber salido adelante y haber evolucionado.

- Desde que llegaste hasta ahora, ¿alguna vez has vivido alguna mala situación por tu origen?

- Sí, he sufrido racismo, no he tenido situaciones muy fuertes, pero sí la vergüenza de decir que soy rumano, porque cuando en este país dices esto -aunque ahora ya no tanto-, directamente la gente te cataloga con ciertos adjetivos. Desde esto hasta intentar ligar con una chica que me gustara y no atreverme a decir mi origen, porque yo sabía que había mucho prejuicio hasta burlas de gente por equivocarme en una palabra o por no pronunciar bien, o siempre te llaman 'el rumano' o nunca por tu nombre. Te impacta más al ser adolescente, pro nunca he sufrido una paliza o insultos como otros amigos.

- Si tuvieras que definir tu infancia y adolescencia con una sola palabra, ¿cuál sería?

- Lucha, tuve que pelear mucho por muchísimas cosas en mi vida y esto es un poco el alma de esta novela. Me encontré con situaciones muy complicadas, desde el aislamiento y ser carne de 'bullying' hasta tener que hacer amigos nuevos, adaptarme a la comida... aunque parezca una nimiedad.

Otro rumano más

- Ahora mismo, con millones de refugiados sirios en campos, ¿qué sientes al respecto?

- Pena y rabia e impotencia por no poder hacer mucho más que dar un donativo o dar voz por redes sociales a las causas. Muchas veces casi que no me siento parte activa, me gustaría hacer mucho más, pero no sé cómo contribuir, porque yo creo que yo he pasado por algo parecido, no huí de una guerra pero sí de la miseria, también buscamos una oportunidad, que es un derecho humano universal, sin que nadie te diga dónde puedes o no.

"El racismo en su gran parte es una falta de empatía enorme. Incluso hay muchos inmigrantes que son racistas", dice el escritor

Cuando ves la clase política que hay, sobre todo por Europa y en España también, tenemos aquí a VOX y al PP, que ha usado este tipo de inmigración para ganar votos, te indigna mucho más, casi que te duele. Estáis usando el drama de millones de personas, de gente que ha perdido a familias, de gente que se ha hipotecado de por vida para no morir... también tenemos a Salvini en Italia, las declaraciones que hace son lamentables, y creo que de esas cosas mucha gente no se da cuenta. El discurso racista va a ser la enfermedad de nuestro siglo y lo vamos a ver en unos años. La pena es qué hemos hecho mal como seres humanos para llegar aquí, porque es culpa de todos. Parece muy decimonónico esto de pelear por territorios.

- ¿Crees que un síntoma de que existan personas como Salvini o Abascal es la falta de empatía?

- Sí, el racismo en su gran parte es una falta de empatía enorme. Incluso hay muchos inmigrantes que son racistas, y me los he encontrado y han sido racistas conmigo y me han excluido de muchas cosas porque era rumano, porque me ven como competencia. Aparte, cuando nosotros llegamos aquí, en España a principio de los 2.000 era algo nuevo, y la gente no entendía que detrás de una persona hay una historia y se normalizaba. ¡Bueno, otro rumano más! Nadie se ponía en el lugar y se preguntaba por qué había llegado a España esa persona, que es lo que yo intento responder en la primera parte del libro.

Al final se acabó aceptando y acabamos entendiendo que España es un país que recibe a mucha a gente y hay multiculturas, pero se ha vuelto a abrir el discurso racista otra vez porque la falta de empatía sigue ahí, solo se había guardado en un cajón. Entiendo que es complicado ponerse en lugar de otro, pero es un deber de muchísima gente.

- ¿Haber vivido lo que viviste en tu infancia en qué te ha convertido?

- En una persona con mucha conciencia social y ahí está mi trabajo, intento que la mayor parte sea en pro de la sociedad. Entiendo que la vida pasa por muchas fases, yo ahora esto descubriendo lo que soy o qué he acabado siendo, quiero ver un poco de qué color era la lluvia o cosas así... pero la conciencia social es algo que yo tengo y la empatía es un sentimiento que he ido desarrollando. También me he convertido en una persona muy agradecida, yo y otros millones de rumanos tenemos que agradecer a España y a la gente, al conjunto de país, por habernos dado la oportunidad y por darnos una vida.

- Por lo que más se te conoce es por la poesía, ¿qué te da esta y que te da la novela?

- Escribir poesía es como hacer un 'sprint' y una novela es como una maratón. La novela o que exige es constancia y te da como resultado una sensación diferente, acabas agotado y tienes una sensación como de placer interno, de no poder creerte que has terminado un libro. Mi novela me ha servido también para haber curado muchas heridas que tenía guardadas en un cajón.

Gane se ha hecho famoso por sus poesías a través de las redes./ Youtube

- ¿Escribirás alguna vez algo más impersonal, ficción...?

- Nunca digas no, pero es algo que no me planteo. Si algo tiene la poesía es que casi nunca escribes sobre cosas que no sientes. Yo no sé escribir sobre algo que no he sentido yo o he sentido a través de la persona que tengo al lado. Supongo que tendrá que ver con la práctica y con el paso del tiempo.

- ¿La poesía está de moda?

- Está de moda y ojalá que lo esté siempre, me parece fascinante que esté de moda, que la gente presuma de leerla, que los chavales lo escriban y que vengan a recitales. Ojalá que la poesía esté de moda durante muchos años, no veo la moda literaria como algo malo, es algo bueno porque se fomenta la lectura. Se está leyendo y vendiendo mucha más poesía que en toda la historia.