La pintora Perla Fuertes inaugura el próximo viernes en Lorca su nueva exposición, Palimpsestos, que podrá visitarse en el MASS (Museo Azul de la Semana Santa) hasta el 30 de octubre. Y no es casualidad que sea ese el lugar elegido por la creadora murciana para presentar sus últimos trabajos, ya que en esta ocasión la Ciudad del Sol ha sido el epicentro de su propuesta artística.

Palimpsestos muestra más de una veintena de cuadros cargados de referencias a un municipio, «que al igual que el nombre de la exposición, lleva reinventándose desde la prehistoria, pasando por la romanización y la ciudad islámica y cristiana que terminaron de dar forma a la Lorca actual», señala la artista en una nota de prensa. Obras que homenajean al puente neoclásico de la Alberca, a la bella pasarela de Manterola y un reconocimiento a los mantos bordados que alberga el Museo Azul son protagonistas en esta muestra, que se completa con piezas centradas en figuras humanas «cuyo objetivo último es hacernos sentir, vibrar, emocionarnos».

Y es que el lugar que acoge la muestra, el MASS, tiene su sede en el antiguo Convento de San Francisco (Siglos XVI-XVII) y contiene un taller de bordados y una exposición de los principales mantos y tesoros que integran el patrimonio de la cofradía del Paso Azul, la Hermandad de Labradores. Se trata de un espacio expositivo que desde su construcción ha experimentado varias funciones y se convierte en el «lugar perfecto» para la obra de Perla Fuertes, que hace partícipe al observador «de una rica superposición de discursos que luchan unos sobre otros como si de un antiguo palimpsesto se tratara».

«En esta ocasión -señala la nota- la pintora alhameña ha querido plasmar en algunos de sus cuadros el regalo para los sentidos que inunda al visitante de esta antigua localidad, que huele a claveles azules con sus viejas calles empedradas y sus innumerables recodos», rememora.

Dice de esta muestra el historiador de arte, crítico y diseñador, Pedro Manzano, que «son las ideas las que se superponen, las experiencias vividas por la propia pintora las que afloran en los lienzos que abren las puertas a elucubrar distintas lecturas de cada una de sus piezas, según el momento o el estado anímico del espectador». Asegura Manzano en el prólogo del catálogo de la exposición que los modelos de sus cuadros se convierten en actores «cuyo rol es servir de excusa a través de la que hacernos llegar sensaciones, ideas y, sobre todo, sentimientos».