Es, según su comisario, el profesor Michelangelo Giovinale, «un diálogo del autor con su memoria», un proceso necesario «para dar paso a su inconsciente y para liberar las imágenes que parecen, pero sólo aparentemente, paradójicas e incoherentes». Hablamos de Paradossale reale, el último trabajo del pintor cartagenero Salvador Torres, que verá la luz el próximo 7 de septiembre en la galería Spazio Vitale de Aversa, Italia, un país que ya es para el artista regional como su segunda patria.

Allí expondrá una serie de piezas al borde del surrealismo que funcionan como un ejercicio mental al servicio de la pintura. «En las intenciones de Torres esta el romper, escapar del asedio y la aprobación narcótica de los tiempos modernos, que dan la bienvenida a la idea generalizada e indefensa de una sociedad que acepta que el todo es igual a lo contrario de todo», señala Giovinale.

En este sentido, el del cartagenero es un estilo que recuerda esta vez a la iconografía cinematográfica y la publicidad americana de los cincuenta, expresión de cierta vanguardia de América -fundamentalmente el arte pop- que han alimentado el imaginario colectivo de la propaganda, a medio camino entre España y América Latina. «Estos son los años de su infancia, que reapareció con fuerza en estos trabajos con una política de análisis personal e histórico. En otros, en cambio, sigue habiendo dudas nostálgicas e íntimas para las que -tal vez deliberadamente- no hay respuesta», apunta el italiano.