Es consciente, aunque después de más de medio siglo haciendo magia no logra asimilarlo, de que en todo el mundo hay parejas que se han enamorado con alguna de sus canciones. Sin saberlo, Pablo Milanés ha fabricado el pegamento eterno del amor. Y son esas, sus canciones esenciales, las que presentará esta noche en el Teatro Capitol de Cieza.

Uno de los grandes de la historia de la canción de autor en castellano, fundador de la nueva trova cubana y autor de himnos como Yolanda y El breve espacio en que no estás, llega con su gira Esencia, que comenzó a mediados del año pasado.

Es el Milanés más íntimo, el que prefiere recintos pequeños para dialogar con el público; lo hace con su música, con sus letras, pero también explicando cada una de las canciones que suenan durante el espectáculo. En la gira está acompañado por Ivonne Téllez al piano y Caridad R. Varona al violonchelo.

El proyecto está planteado como lo esencial de Milanés, pero desde dos puntos de vista. El cubano interpreta los clásicos que siempre le ha reclamado el público. Así, sonarán Para vivir, Ya ves, Yolanda, Si ella me faltara alguna vez y El breve espacio en que no estás. Pero también habrá otras composiciones, recientes o antiguas, que el autor tiene en gran estima y que en algunos casos han quedado sepultadas ante la inmensidad y contundencia de su repertorio.

Pablo Milanés volverá a demostrar, a sus 76 años, que su madre acertó cuando le puso a estudiar música a los seis años de edad. Será un repaso a los sonidos que le han acompañado toda la vida y a unas canciones que son historia de la música.

P ¿Qué Pablo Milanés suena en esta gira, Esencia?

Esencia es una gira en la que he querido rescatar aquellos temas justamente, y valga la redundancia, más esenciales de mi repertorio. Tanto para mí en particular como aquellos que el público guarda en su memoria, por lo que sonarán tanto canciones de siempre y que todos esperan, como otros que, de la mano de las anteriores, conforman la naturaleza de mi obra. Además, en esta ocasión me haré acompañar por un formato más íntimo (una pianista y una chelista), que ayuda a exaltar ese concepto.

P Con una discografía tan amplia como la suya, no se pueden incluir todos los temas en un concierto. ¿Es difícil decidir cuáles se quedan fuera del repertorio del recital?

Sí, es siempre una elección complicada, aunque mi repertorio es amplio y flexible en cada concierto. Según el ambiente que se produzca, según perciba al público, voy modificándolo. Aunque tenga un repertorio pautado, rara vez lo cumplo, porque siempre hay algún tema que se impone sin haberlo escogido antes.

P ¿Qué hace que una canción trascienda los límites de un repertorio y se convierta en un éxito?

Pues realmente no lo sé. Es una magia que se produce en la música en un contexto o en un tiempo concreto.

P ¿Un músico tiene sus temas preferidos o todos son como hijos a los que se quiere por igual?

Exactamente, mis creaciones son como hijas e hijos y forman una familia indivisible. No podría decantarme más por unas o por otras...

P ¿Cree en la inspiración o es de quienes piensan que esta le llega a uno trabajando?

Admito que hay momentos de inspiración o visión, pero éstos no pueden plasmarse en algo digno si no hay un trabajo detrás. El estudio es fundamental, y en una canción se incluyen la parte armónica, melódica, etcétera, pero también la gramatical, el cuidado del lenguaje.

P ¿Cuál es la fórmula para crear temas como Yolanda?

Pues no sé, el término ‘fórmula’ parece algo muy matemático o esquemático. Creo que es algo más emocional, la necesidad de crear y la búsqueda de un lenguaje con el que uno se sienta cómodo para expresarse.

P ¿A qué le canta ahora, en estos días, Pablo Milanés?

Ésta es una pregunta que siempre me hacen. Uno le canta a todo, porque las canciones son pequeñas cápsulas de vida, universos breves donde todo puede expresarse: el amor, la injusticia, la esperanza, etcétera.

P Ver que distintas generaciones cantan los mismos temas tiene que ser emocionante. ¿Es éste el mayor premio de un cantante, por encima de premios como los Grammy?

Por supuesto. Los premios se han creado como una forma de reconocimiento que tiene un cierto valor, pero también un interés comercial. Pero sin duda, el mayor premio es la gente que te escucha y ha dado el testigo a nuevas generaciones.

P Hace más de cincuenta años que Silvio Rodríguez, Noel Nicola y usted irrumpieron desde la Cuba revolucionaria con la Nova Trova Cubana como uno de los fenómenos con más fuerza de la música latinoamericana. ¿Qué recuerdos tiene de esos tiempos?

Son tiempos lejanos, pero en los que teníamos muchas ansias de aprender, de cambiarlo todo, y, en nuestro caso, lo hicimos explorando nuevas formas de hacer canciones, nuevas formas de escribir. Creo que esa irreverencia, ese atrevimiento a la hora de crear, es algo innato a la juventud, o debiera serlo.

P ¿Cómo ve la música de ahora? ¿Le gustan movimientos como el hip-hop o el reguetón, por ejemplo, tan controvertidos a veces por sus letras, acusadas de sexistas?

Hay dos clasificaciones: una para cantar, que es la tradicional, y otra para hablar, que es la mayoría de las actuales. Como comprenderá, a la segunda hay que clasificarla definitivamente como un monólogo y no como canciones. A veces, como en todo, se dicen cosas interesantes y otras no, cosas groseras y otras no, pero así van tirando y entre una cosa y otra llevan 30 años con unas compañías detrás que los crean y eliminan, como una fábrica de globos que se desinflan con el tiempo.

P ¿Y la proliferación de concursos de talentos con formatos como Operación Triunfo o La Voz?

Creo que desgraciadamente es un error formar jóvenes talentos de esa manera tan precipitada. En primer lugar, el talento nace con la persona y luego se desarrolla con estudio, no en un programa de dos meses. Hay talentos excepcionales, autodidactas que nacen con la magia de la comunicación y el buen hacer, pero son raras excepciones.

P La industria vive momentos difíciles, que achaca a la irrupción de Internet. ¿Se veía venir?

La música, al igual que la educación y las dinámicas sociales, forman parte de los cambios que el uso de Internet ha traído. Creo que son nuevos desafíos que todavía hay que estudiar y controlar. Desde luego, en el plano de la música, todo ha cambiado: la forma de acceder a ella, de consumirla, de conservarla... Algo que para mí es todavía extraño porque yo grabo mis composiciones con una grabadora de casete de las de siempre. Mientras existan cintas...

P Tras más de medio siglo sobre los escenarios, ¿cuál es su sueño ahora mismo, señor Milanés?

Cantar.