Ya sea desde su labor al frente de Los Flechazos o más actualmente con su proyecto Cooper, Álex Díez ha sido un músico respetado e influyente en el pop español. Por ello, que se vaya a bajar definitivamente de los escenarios es todo un acontecimiento. «Una retirada a tiempo siempre es una victoria. Y ha llegado el momento de decir adiós, después de 35 años dedicados a la música pop», empezaba la carta enviada en mayo a sus seguidores y con la que el leonés confirmaba que se retiraba. Por la entrevista anterior que le hicimos en esta casa, nos parece ahora una despedida anunciada.

Ha decidido centrarse en otras actividades, como la edición o la constitución de una fundación que trabaje por preservar el legado de la cultura pop. Y se despide con una gira que tendrá su culminación el próximo 9 de noviembre, cuando ofrezca su último concierto en la sala But de Madrid. Una semana antes, el 2 de noviembre se despedirá del público de su tierra, León, y esta noche, en el Rockola Summer Club de La Azohía, del público de Murcia, donde cuenta con numerosos seguidores tras haber pasado asiduamente por el Lemon Pop, festival al que dedicó uno de sus discos. Cooper dice adiós definitivamente.

¿Qué ocurrió, cuándo y por qué tomar la decisión de marcharte?

Pues más o menos un año después de publicar el último disco de Cooper. Fue un momento especial en el que todos los factores me hablaban claramente y me decían que era la hora de dejarlo. En parte porque he perdido la empatía con el público de la escena musical en particular y con la gente de la calle en general. También porque estoy un poco cansado y no veo la manera de hacer lo que hago mejor de lo que ya lo he hecho. Creo que mi capacidad de creación es limitada, además, y ya he dado lo mejor de mí mismo. Y, sobre todo, porque tengo otros proyectos y otra vida que requieren mi atención ahora. No fue como cuando Los Flechazos, que hubo una especie de epifanía en aquel concierto en Toledo del que he hablado tantas veces, en el que vi que nuestra aventura se había terminado. Ha sido un proceso más gradual.

Me da la impresión, releyendo la última entrevista que hicimos, de que esta ha sido la crónica de una despedida anunciada.

Seguramente andaba por mi cabeza la idea de despedirme antes de que me hubiera convertido en un personaje absolutamente irrelevante en la escena pop. Todos podemos parecer necesarios y sólo Vetusta Morla y Love of Lesbian son contingentes?, pero si ya no eres ni necesario, mejor decir adiós.

¿Es definitivo? ¿Se puede uno retirar del todo de la música?

Es definitivo. No voy a grabar más discos, ni voy a montar otra banda, ni a girar. No sé si algún día volveré a subirme a un escenario, seguramente sí. Por una buena razón. A tocar dos o tres temas. Pero mi dedicación a la música desde esta frontera ha terminado.

Sorprende tu decisión teniendo en cuenta que estabas en un gran momento. ¿Te has sentido fuera de lugar?

Sí que pienso que es un buen momento para Cooper, tal vez eclipsado por el sonido del último disco, que no hemos sabido hacer como yo lo tenía en la cabeza. Porque la colección de canciones es de lo mejor que he compuesto nunca y la prueba es que a los seguidores del grupo les ha encantado a pesar de no ser como somos nosotros en directo. Pero es la mejor forma de decir adiós: dar un último concierto en el que todo el mundo diga: «Pero, ¿por qué? Si está muy bien este grupo?».

¿No has encontrado en todo este tiempo la respuesta que buscabas? Sobre el escenario siempre te he visto ilusionado, dándolo todo.

La verdad es que no. Pienso que Cooper se merecía haber jugado otro papel distinto en la pequeña historia del pop nacional. Lo lamento también mucho por Mario y Dani, y por el resto de amigos que han tocado conmigo. Me hubiera gustado poder ofrecerles otra estabilidad, más acorde con el generoso compromiso que han demostrado conmigo. Seguramente aquella decisión de no volver a grabar elepés en 2002 pasó una factura demasiado alta.

Quedan unos pocos conciertos hasta que llegue la fecha definitiva de noviembre en Madrid. ¿Estas últimas actuaciones van a ser diferentes ahora que todos sabemos que te marchas?

Para mí no, y no creo que para los seguidores de Cooper lo sean tampoco. Vamos a seguir haciendo el mismo repertorio que hasta ahora, lleno de canciones nuevas y con algunos guiños al pasado, pero regateando la nostalgia. Cada actuación de Cooper se vivía desde dentro del grupo como una oportunidad de vaciarse; ahora seguiremos igual. Cada actuación es la última, para algunos del público con toda seguridad, así que no queda otra que darlo todo y disfrutar como si no hubiera mañana.

Viviendo en la era pop fue el primer disco de Los Flechazos, y Tiempo, temperatura, agitación , el último de Cooper. ¿Cómo ha cambiado la música que has hecho?

No mucho, si te fijas en estos dos discos. Bastante más si comparas En el club con Aeropuerto, por ejemplo.

¿Te arrepientes de algo de lo que has hecho como autor? ¿Cambiarías algo?

La verdad es que no, casi no hay canciones de mi repertorio que no me gusten. Bueno, sin el 'casi', en realidad. Me gusta mucho lo que he hecho, estoy muy orgulloso de haber tocado en mis grupos favoritos.

¿Mantienes tu decisión de marcharte por coherencia?

Creo que es divertido hacer algo que no hace nadie, demostrar una vez más que no soy como los demás. Los Rolling Stones, los Who, Van Morrison, Paul McCartney, Iggy Pop, Lemmy?, todos formaban parte de generaciones que asumían que nada que viniera de alguien que tuviera más de 30 años debía ser escuchado. Y mira cómo han seguido acaparando la atención. Es un contrasentido, en mi opinión. Es la propia madurez la que mató el espíritu del pop. Yo les entiendo, igual si yo estuviera en su lugar habría hecho lo mismo. Aunque creo que no.

¿Cuál ha sido el momento más duro que has vivido como músico?

Prefiero recordar los buenos momentos. Y pensar en los que quedan por venir, desde otra perspectiva. Tengo una colección de momentos preciosos para dar mucha envidia. He sido muy afortunado.

¿Lo consultaste con alguien antes de tomar la decisión? ¿Cómo se lo tomaron en Elefant? ¿Y los fans?

Bueno... [Ríe], es que nadie se lo ha creído todavía. Piensan que dentro de tres o cuatro años voy a volver. Es triste para todos. Entiendo que verme abandonar les hace a todos un poco más viejos; un poco más huérfanos también. Entiendo que para unos cuantos amigos es el fin de una era. Pero es que el 10 de noviembre voy a ser igual que el 9, no pienso que cambie gran cosa en mí.

¿Cooper o Los Flechazos? ¿Qué proyecto o grupo te ha aportado más personalmente y por qué?

Me siento más cercano a Cooper, precisamente porque la mayoría de la gente se identifica más con Los Flechazos y Cooper ha sido mi intento idealista de hacerles cambiar de opinión.

¿Cómo te planteas el futuro ahora que la música ya no formará parte de tu vida? He leído que piensas crear una Fundación...

Mi futuro está bien diseñado, con Ediciones Chelsea y la Fundación Club 45, de la que espero daros pronto grandes noticias.

¿De cuál de tus discos te sientes más orgulloso?

De Mi universo.

¿Te has sentido fiel a ti mismo?

Sí, totalmente.

Tenías el respeto y la admiración de crítica y público. ¿Cómo lo llevas estos días cuando se aproxima el final?

No creo que tenga el respeto y la admiración de la crítica. He sido transparente para la crítica, o para gran parte de la crítica, durante toda mi carrera. No estoy en las listas de 'lo mejor del año' desde ni recuerdo cuándo; no estoy en los libros sobre el revival mod ( Revival, Ahora, no mañana?); no estoy en los libros sobre el indie ( Pequeño circo?), ni en los artículos sobre los grandes hitos del pop nacional. He sido transparente, a pesar de haber estado en todos los sitios en los que había que estar desde hace treinta años. Pero nunca he dado codazos, ni he levantado el tono de voz. Yo estoy muy agradecido a todos los que me han apoyado, pero también soy realista y sé cómo celebré mis treinta años de carrera o cómo me sentí de solo en la presentación de Tiempo, temperatura, agitación en Madrid, a pesar de tener la sala llena de amigos. En cuanto al público, pasa un poco lo mismo. Mi público ha sido fiel, y lo adoro, pero no puedo seguir manteniendo un proyecto al que van a ver actuar 80 personas en cada ciudad. Hace nada estuvimos tocando en el Contempopranea después de Viva Suecia: un vistazo al patio, una mínima comparativa de la reacción ante las dos bandas, es suficiente para darte cuenta de que mi decisión es la acertada. El mundo ha cambiado y yo no quiero cambiar con él. Lo mío es la 'alta fidelidad' a mi aventura. «No voy a cambiar».

¿Cómo podrías resumir el balance de estos 35 años?

Muy positivo. Alucinante. Tengo un repertorio de canciones chulísimas para disfrutar de los recuerdos. Y el orgullo de no haberme rendido.

«Me gusta la idea de ser el cantante de la sonrisa del verano eterno» , me dijiste en una entrevista. ¿Cómo te ves ahora?

Estoy al borde del mar, mirando las olas y a mis chicas jugando a pala. Me veo imaginando la nueva explosión. Me brillan los ojos, no te quepa duda.

¿Te has sentido alguna vez atrapado en tu propio rol? ¿Qué dejas tras de ti?

Yo he sido muy libre, aunque sí que he tenido cuidado, sí que he intentado no decepcionar. Pero han sido los demás los que me han encerrado en un pequeño cajoncito, sin acertar a ver lo que yo tenía que ofrecer. He perdido la cuenta de los artículos sobre mí que comenzaban con la maldita frase de «seguramente el mod más representativo de la escena nacional». Creo que podría haber sido mucho más que eso, que mi obra habla por sí sola de que hay algo más que actitud y estilo en lo que yo he hecho. Ojalá los que descubran mis canciones dentro de unos años lo vean así, cuando la variable de tiempo/moda/vanguardia no interfiera en la transmisión de la música. Yo sigo conservando la esperanza.