Aunque se lo pusieron difícil, Rockola Summer Club ha conseguido salir adelante. Esta es la 14ª edición, con un programa veraniego de música en directo y sesiones de Djs (las famosas sesiones rockoleras) junto al mar en La Azohía, que harán más llevadera la canícula.

En esta edición destacan Cooper -de gira de despedida- en el apartado nacional, y, en el plano internacional, Mattiel, artista americana en larga gira europea que aterrizará este domingo. La programación del local cartagenero está incluida en las actividades culturales de la Asociación de Vecinos de La Azohía, con la colaboración del Ayuntamiento de Cartagena. Nombres como Nunatak , Aurora & The Betrayers o Los Estanques, que arrancan este sábado, entre otros, pasarán por el escenario de Rockola Summer Club.

Mattiel, protegida de Jack White (White Stripes), nacida en Georgia, Atlanta, Estados Unidos, presenta Satis Factory (Heavenly/Pias), su segundo disco, de sabor retro, irónico y provocador, repleto de rock ochentero, garaje, rockabilly, spaguetti-western y ecos de los grupos femeninos de los 60. Lleva ya semanas de gira por Europa, y el público está recibiendo su directo con gran entusiasmo.

Tras la publicación de Satis Factory, que no para de recibir buenas críticas, y la presentación de 3 singles con sus respectivos videoclips de cuidadísima estética, llega a España bien acompañada por su poderosa banda, que incluye a Jonah Swilley, parte fundamental del proceso creativo de sus álbumes.

En su música se perciben influencias que van desde White Stripes o Black Keys a Julie Driscoll, Marc Bolan, Courtney Barnett o Les Butcherettes, pasando por Sleater-Kenney, todo regado con su poderosísima y peculiar voz. Su rock deslenguado, melódico y rebosante de actitud se zambullirá este verano en Rockola.

La historia de Los Estanques parece sacada de una película de principios de los 70. Tras llamar la atención de los más avezados buscadores de bandas vintage de la península con sus dos proyectos anteriores (Crayolaser y Lions in the Purple Shade), estos muchachos de Santander emigraron a Madrid en busca de fortuna y gloria. No tardaron en dar con ella. A su escala, pero la encontraron.

Ficharon con el sello The John Colby Sect y, tras debutar en directo en una fiesta celebrada en El Intruso, su estrella no paró de ascender. I, II y III, los tres discos que han firmado en apenas un par de años, han sido aplaudidísimos por la crítica. El último, de hecho, bien podría ocupar las plazas más altas de lo mejor de este 2019, en el que Los Estanques están acometiendo una de las tareas a priori más complicadas: meter cabeza en los festivales indies.

El grupo cántabro afincado en Madrid suena como indica su autoimpuesta etiqueta: «pop psicodélico progresivo», pero no exactamente como lo puedan hacer Tame Impala, Pond, Foxygen o The Lemon Twigs (que también), sino que son una amalgama colorida (aunque su artwork diga lo contrario) e iconoclasta, que lo mismo nos trae a la mente a nombres históricos de la música patria -Brincos, Solera o Pekenikes- que a Frank Zappa, Randy Newman, Brian Wilson, Sun Ra o George Clinton.