El grafiero caravaqueño Sam 3 ha denunciado en redes sociales que en el municipio madrileño de Rivas-Vaciamadrid han censurado su pintura homenaje al cuadro 'El origen del mundo', de Courbet.

La obra del murciano, colocada en una valla publicitaria, muestra de lejos el lienzo de Courbet, una pintura de una entrepierna femenina con vello púbico. Pero, cuando te acercas, te das cuenta que en realidad no es sólo eso lo que el grafitero ha plasmado. "El juego de lectura de esta obra es bien simple. Desde la lejanía se aprecia el lienzo de Courbet por la forma y la composición, pero cuando uno se acerca a contemplarlo con más detenimiento solo encuentra un inocente paisaje de hormigas, pinos, briznas, arena...".

Aún así, parece que hay a quienes no les ha gustado la idea de que un desnudo se muestre ante los vecinos del municipio y han decidido taparlo. "Ha durado sólo un día antes de que los señores de lo políticamente correcto le colocaran la bufanda a la valla, primero una rafia verde; hoy la valla está completamente cubierta con una rafia negra", denuncia Sam 3.

El grafitero ha señalado que la obra "está pendiente de ser reubicada".

Ha aprovechado lo ocurrido para dejar una reflexión a sus seguidores, preguntándose por qué se censuran este tipo de obras que pueden verse en museos y no otras "que usan herramientas más sutiles y dañinas" y vemos día a día en las calles.

Puedes leer su reflexión a continuación:

Con este proyecto me gustaría subrayar la relatividad de la cosa pública, y lo subjetivo que puede llegar a ser lo que uno puede considerar o no obsceno en sus dominios. Obsceno es la censura provocada por el miedo al diálogo. Obsceno es la publicidad que usa herramientas más sutiles y dañinas para sus fines que cualquier forma explícita de pornografía. Obsceno es aquello que no debería presentarse en escena, aquello que no pertenece al escenario", ha escrito.En este caso el escenario es nuestra vida, nuestro paisaje cotidiano, aquello que nos pertenece por estar en el mundo. La Publicidad es la Obscenidad en estado puro, porque ocupa y se impone en nuestros paisajes sin que ni siquiera podamos interpelarlos, juzgarlos o liberarlos.El debate es sencillo. Las autoridades en este caso subestiman nuestras capacidades sensibles e interpretativas para ocultarnos esta obscenidad del siglo XIX que hoy está dentro de la Historia del Arte y de una institución museística. El museo de Orsay en París recibe cientos de miles de visitas cada año, visitas guiadas de colegios y colectivos de todos los colores. ¿Porque? aquello que se presenta en el museo no puede presentarse en el espacio público?