Julio Navarro, comisario de la exposición y arqueólogo, fue el anfitrión de la inauguración de la muestra Castillejo de Monteagudo. Poder y producción en la almunia del Rey Lobo, que se encuentra en la iglesia y el Palacio de San Esteban de la capital murciana.

"La exposición es una gran introducción al Castillejo de Monteagudo, que será la parte final", explicó Navarro al comienzo del periplo por la muestra. Aludió a la importancia de fusionar "imágenes, sensaciones, sentidos" a la hora de disfrutar esta muestra, una iniciativa de la Escuela de Estudios Árabes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic), en colaboración con el Consistorio y la Comunidad.

"Que puedan ustedes escuchar el agua, que puedan oler, que puedan sentir", insistió el Comisario, que destacó que "fuera sí se ha recreado un jardín, con cuatro bailarinas que en principio están plantadas y tienen vocación de permanencia".

En la puerta de la sede del Gobierno regional se han instalado varías bailarinas que recrean los jardines andalusíes. Ha sido una iniciativa del Ayuntamiento de Murcia, para completar la iniciativa. Es más, ha venido José Tito Rojo, el conservador del Jardín Botánico de la Universidad de Granada, a instalarlas. "Sientan ustedes lo que son los jardines de Al-Andalus desde la propia puerta", hizo hincapié Navarro.

"La exposición se inicia con una explicación muy fundamental de qué es una almunia. Fueron unas fincas de recreo, fundamentalmente explotaciones agrícolas", comentó . Los dueños de las fincas, recordó Navarro, "eran los inversores del momento, invertían en agricultura. Estas élites, obviamente, en torno de las ciudades las utilizaban (las almunias) como elementos de placer".

En este sentido, precisó que, para su uso y disfrute, "tenían el zoológico, espacios de coto de caza, todas las excelencias para que el emir de turno tuviera ese espacio de recreo, de banquetes, de disfrute".

"La exposición incluye todas las grandes fincas de las que tenemos información", destacó Navarro, que citó la Aljafería de Zaragoza, la Buhayra de Sevilla, el Agdal de Marrakech y la finca del Generalife en Granada", "la única almunia viva que ha llegado de lo que fue la España musulmana", aseveró.

Una de las joyas de la muestra es el Tratado de Agricultura del almeriense Ibn Luyun (1282-1349), un libro didáctico en verso dedicado a las técnicas agrícolas utilizadas en Al-Andalus. De esta obra solo se conservan cinco copias: tres en Rabat, una en Nuakchot y la custodiada en la Biblioteca de la Escuela de Estudios Árabes de Granada. Esta última, fechada en 1348, contiene valiosas notas, probablemente del propio autor, que amplían y completan el texto, según se lee en la leyenda que acompaña al volumen.

La muestra se podrá visitar hasta el 30 de septiembre.