Cuando los filmes de metraje encontrado era tan inusuales como atractivos y los zombis aún no habían saturado nuestras pantallas, REC (2007) fue una explosión cuyos efectos se siguen notando en la industria. Manuela Velasco diciendo aquello de: «No dejes de grabar», marcó un antes y un después en el cine español y, doce años después, Jaume Balagueró (uno de los directores de la cinta) sigue recogiendo la cosecha de su trabajo: el Festival de Cine Fantástico Europeo de Murcia (C-Fem) le otorgó ayer el premio Serial Killer por una carrera prolífica en la que ha creado títulos como Los sin nombre, Mientras duermes y, más recientemente, Musa.

Ha sido invitado al C-Fem para recibir el premio Serial Killer por su contribución al cine de terror, ¿cómo valora este galardón?

Los premios siempre se valoran bien y con ilusión. No se puede valorar mal un premio.

¿Conocía el festival?

Sí. Nunca había estado, pero lo conocía. De hecho, hace unos meses conocí al director [Javier García] y fue él quien me invitó personalmente, así como un amigo que también está aquí y que siempre ha estado muy vinculado al festival.

Dentro del homenaje, se han seleccionado tres de sus títulos para que sean proyectados durante el festival: Darkness , Los sin nombre y REC . ¿Cree que son sus trabajos más representativos?

No, no creo que haya un trabajo más representativo que otro, la verdad. Son tres películas, pero he hecho muchas otras que también pueden serlo. Son como los hijos: ¿cómo voy a querer más a uno que a otro? ¡Es contranatura! Piensa que en todas las películas he pasado un año de mi vida, dedicándome exclusivamente a ello. Se quedan como parte de tu vida y de lo que has hecho, todas.

¿No hay alguna a la que le tenga especial cariño?

No. Algunas han funcionado mejor, sí, pero eso es distinto a sentirse más o menos orgulloso de ellas; yo creo en todas por igual.

¿Cuál cree que ha sido su contribución al cine español?

Mi humilde opinión es que he contribuido con las películas que buenamente he sabido hacer, pero más allá de eso no te sabría decir... Estas cosas se ven desde fuera.

¿No ve con perspectiva el resultado final de sus cintas?

Mis películas, por ejemplo, no me dan miedo porque las veo desde dentro. Es como si me dices: «¿Te gustan las chicas?». Pues sí, pero si las ves por dentro verías sangre, vísceras y todo el organismo..., y eso no me parecería atractivo. Pues con mis películas me pasa lo mismo: eso es lo que veo porque las he fabricado yo pieza a pieza. No veo el resultado final, no sé si la película entretiene o da miedo, aunque a veces lo vislumbras.

¿Y cómo es Jaume Balagueró como espectador?

Cuando voy al cine lo veo desde fuera. Ahí sí. Si estoy disfrutando, me olvido de que es una película; ese es el milagro del cine. Por eso lloras, te inquietas y empatizas, porque te lo estás creyendo, y así soy como espectador. Yo soy de los de ir al cine, comprar palomitas y cumplir con toda la ceremonia.

Hablamos del Festival de Cine Europeo de Murcia (C-Fem), así que... ¿cómo cree que se encuentra actualmente el género en el viejo continente?

Es difícil hacer una valoración, sobre todo por cómo está cambiando la industria y la exhibición. Tenemos plataformas como Movistar, pero en otros países tienen muchas otras, además de Netflix o Amazon. La oferta es increíble, y eso significa que todas estas empresas están necesitadas de producto y se está produciendo mucho. Esto hace que el panorama sea convulso; se está produciendo mucho y muy variado y eso, por otro lado, es fascinante.

¿Cree que ello implica un exceso de oferta que pudiera ser, en cierto modo, negativo?

Yo es que creo que eso es positivo. Yo tengo una manera de entender el mundo según la cual nada es... 'aplastante'. De lo que más hay en este mundo es de personas que deciden qué es positivo y qué es negativo. Nada es así. Todo es positivo y todo es negativo al mismo tiempo. Un medicamento no puede ser malo, pero si abusas de él o lo combinas con otra cosa, puede resultar perjudicial.

Pero sí puede modificar la forma de consumo.

Las plataformas están consiguiendo que tengamos un gran catálogo antes inimaginable. Por ejemplo, ahora voy a comenzar a rodar una película y no te imaginas lo difícil que es encontrar técnicos o platós disponibles... Todo está ocupado por la cantidad de cosas que se están creando, y eso es positivo. Cuando yo era adolescente era muy difícil encontrar ciertas películas, y cuando llegaban era como un tesoro; ahora tenemos todo y tanto que no sabemos qué escoger: es positivo y es negativo.

La cantidad de catálogo de plataformas on line puede dar pie a un consumo rápido y caduco, ¿esto puede acabar explotando?

Las plataformas de streaming son como escaparates de una tienda: no es tanto cuánto voy a vender, sino cuán vistoso es mi escaparate, porque así conseguiré que la gente se abone. Necesitan muchos abonos y, luego, cuando están dentro, no importa tanto lo que vean o dejen de ver. Buscan el exceso para que el escaparate sea de tal volumen que te deslumbre. ¿Cuál es el futuro de esto? Habrá que ver cómo convivirán las plataformas. Es delicado, pero también es fascinante.

Entonces, ¿le interesaría crear algo para alguna plataforma?

Como estoy ahora mismo con una película no puedo comenzar nada, pero estoy ahí metido. Quizás en tres años o así...

Cambiando un poco de tema, recientemente Indiewire publicó un artículo en el que argumentaba que se debería hablar de «terror elevado» para referirse a cintas como Hereditary o Déjame salir , ¿hasta qué punto cree que hay prejuicios con el género?

Hablar de terror elevado es absurdo. Lo que sí ocurre en el terror, y en todo, es que de repente aparecen películas que son diferentes y no repiten el esquema de siempre, y eso es interesante. Cuando nos encontramos con una película como Hereditary, que no se sustenta en los cánones del cine de terror, pensamos que es 'elevado', pero no es elevado, es nuevo. Cuando hicimos REC, era una película arriesgada y novedosa; aunque no tanto, porque teníamos muchas referencias como Holocausto caníbal o El proyecto de la bruja de Blair..., pero sí estaba hecha en tiempo real, y eso era novedoso. En dos años acabó por convertirse en algo hasta caduco.

¿Se peca de falta de originalidad en el cine de terror?

Sí, hay falta de originalidad en el cine de terror, pero ¿a quién hay que culpar? Es muy fácil decir que los nuevos creadores no son innovadores, pero eso ocurre porque las compañías son las que quieren hacer dinero; a veces lo artístico no es tan importante... Eso no quita que a veces vengan cosas originales que estallen, pero ese es un equilibrio que siempre ha existido.

Entonces, ¿éste no es un mal actual, viene de lejos?

Hay muchas más secuelas y remakes ahora, pero yo creo que eso también tiene que ver con lo frágil de la exhibición cinematográfica actual por la amenaza de los DVD, las plataformas o el descenso de la taquilla. Ante esta incertidumbre, las compañías quieren asegurarse de que aquello que van a producir para salas tenga una respuesta más o menos asegurada.

La búsqueda del máximo beneficio... Pero, a nivel de crítica y público, ¿cree que el cine de terror está bien considerado?

Mi primera película, Los sin nombre, era una thriller de terror que podría considerarse como una representación clara del género y tuvo muy buena repercusión, buenas críticas y se pudo ver fuera [de España]. Si me preguntas sobre los Goya y reconocimientos más institucionales, es verdad que las películas de terror parece que tienen menos acceso..., pero creo que en España el género ha sido valorado. Tengamos en cuenta que en nuestro país el terror en el cine convencional es bastante nuevo, que comenzó con El día de la Bestia (1995). De pronto, Álex de la Iglesia dijo que quería hacer una película de miedo, con humor, demonios y curas, y la convirtió en un éxito de taquilla. Y, de pronto, el cine español comenzó a ser muy visible a nivel internacional con De la Iglesia y Amenábar; por eso creo que en España, quizá, no está tan denostado.

¿Y fuera de España?

Bueno, recientemente Déjame Salir ha estado nominada a Mejor Película en los Oscar, y Mad Max también, que es una película de puro género. No soy analista, pero algo está pasando.

Algo que llama mucho la atención en el cine de terror es la representación femenina. En concreto, en su cine tenemos a Manuela Velasco, Calista Flockhart o Anna Paquin. ¿Cree que este género mantiene una mejor representación femenina?

Depende. También se podría decir que es el que más ha cosificado a la mujer como víctima que chilla, la llamada scream queen. Pero todos los héroes que he escogido han sido mujeres porque es una perspectiva que me interesa.

Por cierto, se cumplen diez años de su última colaboración con Paco Plaza, ¿cree que harán algo pronto?

¿Diez años ya? Madre mía? Tenemos tantos proyectos y tantas cosas que es difícil, pero lo volveremos a hacer, aunque sea por lo bien que lo pasamos haciendo las de REC.

En abril comienza su próximo rodaje, Way down , muy alejado del terror sobrenatural, ¿es un cambio de aires?

No necesitaba un cambio, pero es un proyecto que me ofrecieron hace muchos años y me gustó el concepto. Se fue posponiendo, pero ha llegado el momento y la verdad es que me gusta mucho. Se trata de un equipo de personas que viene a Madrid a robar algo en el Banco de España el día de la final del mundial de 2010.