Los bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND) tienen la potestad de actuar donde quieran y cuando quieran siempre que tengan permiso y soliciten la compatibilidad, pero si alguno de esos trámites «se ha hecho mal» su director, el cartagenero José Carlos Martínez, asumirá «la responsabilidad que haya que asumir».

Lo dice porque, tal y como se informaba hace unos días, el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) ha abierto, «ante posibles irregularidades», un expediente informativo a diez bailarines de la compañía y a su director por su participación, «a título privado», en el '30 Sapporo Art Park Ballet Seminar' (Japón) el pasado 2 de febrero. Sin embargo, Martínez asegura que él estaba expresamente invitado para ver los espectáculos conmemorativos del aniversario de la compañía nipona, con la que tienen una estrecha relación porque colabora desde 1992 con su seminario de danza. Además, explica, hace un año le pidieron nombres de bailarines para participar en la gala, y él les sugirió de distintas compañías del mundo, incluida la CND; un listado sobre el que ya ellos eligieron a quién invitar.

«Firmaron con cada uno un contrato individual, no con la compañía. No era una gala de la CND ni una gira. No ha sido -subraya- un espectáculo nuestro. No acabo de entender que alguien piense que nos interesa hacer que la compañía gire y ocultarlo. No tiene sentido», apunta el coreógrafo de la ciudad portuaria, cuyo expediente también abordará «la utilización del nombre de la compañía».

El director se reunió este martes con el Inaem para darles toda la información pertinente: «Les estuve contando cómo hacemos las cosas, cómo es el sistema de permisos internos de la compañía. Ahora tendrán que decidir si se archiva el expediente o hay responsabilidad, y si la hay la asumiré. Estoy tranquilo porque lo he hecho todo con buena voluntad, pero asumo los errores de mi equipo», dice.

Ni en ese caso, ni en otros anteriores, recalca Martínez, se trataba de una gira de la compañía, como sostienen «inexactamente» los sindicatos: «Los bailarines generan un montón de días libres por las giras en las que actúan y pueden hacer lo que quieran, incluida otra actividad artística, aunque tienen que pedir la compatibilidad». Como responsable artístico de la CND, Martínez autoriza las libranzas o permisos que necesitan para no acudir esos días a la compañía, pero fuera de ahí no interviene en lo que hacen, sea esto una actuación o dar clases, detalla.

Martínez (Cartagena, Murcia, 1969), que acaba su actual contrato el 31 de agosto tras ocho años al frente de la compañía, preferiría que se estuviera hablando de la gira que tienen en Lyon (Francia), donde desde mañana, y durante seis días, interpretarán, con todas las entradas agotadas desde hace un mes, Don Quijote. Y es que el coreógrafo recuerda que la CND «ha llegado muy lejos», que el trabajo que hacen se reconoce dentro y fuera de nuestro país -«De ahí también las muchas invitaciones para los bailarines», apunta-, y que para este año tienen programados 85 espectáculos: «Solo nos frena que no tenemos más presupuesto», asegura.