La lectura es uno de los hábitos más beneficiosos que recomiendan mantener en las tareas diarias. Al igual que ocurre con la alimentación, una buena dieta basada en libros y novelas es algo de lo más saludable para el cerebro. Los expertos afirman que el hábito de leer favorece la capacidad de concentración, ayuda a liberar el estrés y mejora la empatía, entre otras muchas cosas.

A pesar de sus reconocidos beneficios, mucha gente no consigue aficionarse a la lectura y no logra instalar un tiempo de lectura diaria. Aquí se recogen varios consejos para aficionarse a los libros.

No te obligues a leer aquello que no te gusta

Uno de los errores más comunes es el de obligarse a leer obras que no son del gusto del lector, simplemente porque la crítica los señala como muy buenos. Si se comienza a leer una obra de gran reputación o reconocida como uno de esos grandes clásicos de la literatura, pero resulta tediosa o no acaba de apasionar al lector, no debe dar vergüenza admitirlo. Si se tiene claro que no es del gusto del lector, la mejor opción es dejarlo. Tampoco tiene que ser un argumento para continuar forzosamente con la lectura el hecho de haber gastado dinero en la compra del libro.

Organiza un horario de lectura

Una buena opción para organizarse y dedicar un tiempo diario a la lectura es estimar un horario concreto del día para adentrarse en las asombrosas historias de los libros. Por ejemplo, una opción muy común, es leer antes de ir a la cama, camino de la escuela o el trabajo o después de la cena. Suele ser positivo escribir la tarea en la agenda para otorgarle importancia y cumplir con ello. Una nota recordatoria en la mesilla de noche puede ser una aliada para recordar el momento de lectura.

Varios libros a la vez

Aunque no parezca una idea recomendable o se piense que se pueden entremezclar las diferentes historias, esto rara vez suele ocurrir. No se trata de una tarea solo al alcance de los mayores genios. Cualquiera puede embarcarse en la lectura de varios ejemplares a la vez. Del mismo modo que se siguen varias series de televisión al mismo tiempo, lo mismo ocurre con los libros. Gracias a este método, se puede leer uno u otro ejemplar dependiendo el estado anímico en el que se encuentre la persona.

Dedícale un tiempo aunque sea mínimo

Lo más importante para comenzar a leer es mismamente empezar a leer. Sin importar demasiado el tiempo que se pueda dedicar. Siempre será mejor dedicar diez minutos a la lectura que no empezar. Tan solo con abrir el libro diariamente en un horario determinado se va generando un hábito. Por lo que, si se quiere empezar a leer, la falta de tiempo no debe ser una excusa.

Monitorea tus resultados

Observar los avances siempre suele resultar motivador, por lo que puede ser de utilidad apuntar los libros que hemos ido leyendo. Así, al cabo del tiempo se observará el progreso.

Adéntrate en la lectura digital

Si se disfruta del tacto del papel al pasar las páginas o de oler el aroma de las hojas, quizá leer en formato físico sea más recomendable. Sin embargo, una parte importante de los lectores, ya han dado el salto a la lectura digital, que tiene también sus beneficios. Los e-books son una gran manera de disfrutar de un buen ejemplar. Sus pantallas no son como la de los ordenadores y no cansan la vista. Además, son muy ligeros y cómodos para leer en cualquier lugar y casi en cualquier postura. Sobre la cama, muchas veces son una gran opción.