Incluso en el Olimpo hay un trono que se eleva por encima del resto. Rodeado de deidades, Zeus se alza como el rey, soberano de los cielos y el trueno. Del mismo modo, Dylan reina sobre las letras y la música. Como él, pocos, muy pocos en la historia conocida. Es un genio, un mito que cabalga de la mano de un hombre que ha logrado eso que tantos ansían y que realmente muy pocos consiguen: hacer, realmente, lo que le da la gana; atender a sus pasiones y no rendir cuentas ante nadie, ni siquiera ante su público. Ni Blowin' in the wind, ni Like a rolling stone ni Hurricane; nada está asegurado en sus directos. Bueno, una cosa sí: saber que uno se encuentra en presencia de una leyenda a la altura de Lennon, de Cohen..., en realidad, de cualquiera.

Por eso que visite Murcia, como ayer anunció durante la confirmación de su gira por España para 2019, es un acontecimiento; una de las bombas culturales de un año que ya languidece. La guinda del pastel. Y esta solo es la noticia en frío: Bob Dylan actuará en la Plaza de Toros de La Condomina el próximo 5 de mayo; el de Minnesota ni siquiera ha pisado todavía la Región y la expectación ya es máxima. No obstante, habrá que esperar hasta el próximo 28 de diciembre -a partir de las 11.00 horas, en www.riffmusic.es- para poder comprar las entradas.

Será la séptima fecha de un tour que tendrá ocho paradas y en el que no ha incluido ni a Madrid ni a Barcelona: Pamplona (25 de abril), Bilbao (26 de abril), Gijón (28 de abril), Santiago de Compostela (29 de abril), Sevilla (3 de mayo), Fuengirola (4 de mayo), Murcia (5 de mayo, un día después del Warm Up) y Valencia (7 de mayo). Bueno, más que tour, apéndice; el enésimo. Y es que las actuaciones están englobadas en su gira internacional Neverending Tour, que arrancó en 1988 y desde entonces no se ha detenido, con cerca de cien actuaciones por año.

Y es que Dylan, de 77 años, vive por y para la carretera, variando las actuaciones según sus propias inquietudes artísticas. En el último cuarto de siglo, su música ha nacido de rastrear la memoria musical norteamericana: blues pantanoso, blues eléctrico de Chicago, folk, tex-mex, 'murder ballads' o swingson algunos de los géneros que ha ido empastando y dando forma durante todo este tiempo.

Pero ahora el genio está obsesionado con el conocido como 'Great American Songbook' (Gran Cancionero Norteamericano), que bucea en el jazz y el rhythm and blues clásicos, previos a la eclosión del rock and roll, al que Dylan dio tanto dotándole de intelecto e impacto social. Conocidos como 'american standards', las composiciones de este rico catálogo en blanco y negro fueron cantadas en los años treinta y cuarenta del siglo pasado por legendarios artistas como Frank Sinatra, Louis Armstrong, Bing Crosby, Billie Holiday, Glen Miller, Sarah Vaughan, Judy Garland o Dinah Washington. Así, «los conciertos de Dylan que se podrán disfrutar en 2019 suponen una melancólica reivindicación de un tiempo perdido, que coincide con el de su infancia, tal vez con el de sus nostalgias no vividas», apuntan desde la promotora del Nobel de Literatura, que aunque aún no ha concretado el precio de las entradas, éstas podrían estar entre los 55 y los 120 euros, según ubicación.

Con más de medio siglo de actividad artística y con su característica forma de combatir su propio mito atendiendo solo a sus obsesiones personales, Dylan sigue siendo un icono cultural extraordinario, y sus contadas visitas a la Región todavía son recordadas. La última fue hace más de una década, concretamente el 4 de julio de 2008, en el marco del ya desaparecido festival Espirelia de Lorca, compartiendo cartel con otros 'dioses' como Chick Corea y Willy Deville. Unas 6.000 personas disfrutaron de Robert Zimmerman (su nombre real) en la Plaza de Toros de la Ciudad del Sol; igual que lo hizo el público de Cartagena el 20 de julio de 1995 en la explanada del puerto, junto al monumento a los Héroes de Cavite. Ahora, la oportunidad le llega a Murcia.