Un padre y un hijo eran las dos caras más reconocibles del cortometraje Esencia, rodado para elegir la banda sonora ganadora del Concurso Internacional Bodegas Juan Gil. Pero no eran un padre y un hijo cualesquiera. Imanol Arias, uno de los actores españoles más reconocidos, pone el broche de oro a este cortometraje. A sus 62 años, va camino de cumplir dos décadas como protagonista de Cuéntame como pasó, pero su actividad le lleva a involucrarse en un sinfín de proyectos. «La serie siempre nos ha ocupado siete u ocho meses al año. Al principio me resistía a hacer otras cosas para no mezclar. Hasta que hace nueve años empecé a encontrar oportunidades en el hueco. Eso se fue multiplicando hasta que en los últimos dos años, las primeras vacaciones como tal, las he tenido hace una semana, porque se iban encadenando películas, la serie, el teatro? En realidad he hecho lo de siempre pero trabajo un poco más», comenta Imanol en su visita a la capital murciana, una tierra que conoce de primera mano. «En mi caso no es venir, es volver. Estoy muy asentado en Murcia, a través del maravilloso vino que hace Juan Gil. Estábamos elaborando algo que tiene mucho que ver con la dimensión que quiere adquirir Jumilla en el mundo del vino, y que es la base de imágenes al premio de bandas sonoras más importante del mundo», comenta el actor.

Su hijo Jon interpreta a un antepasado de los hermanos Juan Gil, «un picapedrero que decidió invertir en el vino». Durante el rodaje, estuvo incluso cavando en la finca de la bodega, realizando «un esfuerzo físico brutal». «El poder remontarme a los orígenes y estar actuando y conectando con el lugar donde toda esta historia sucedió en la vida real, es una cosa que cualquier actor agradece. Quedaba todo aquí en casa, muy en familia».

Tras una etapa ligado al mundo de la música, Jon ha enfocado su carrera hacia la interpretación, aunque siempre ha tratado de hacer una carrera independiente a la de su padre. Esta vez coinciden en un proyecto, en el que lo interesante, según Imanol, «es ver el trabajo del otro en la misma obra, colocados en diferentes sitios». «El rodaje de esta película yo lo viví con una enorme tensión, porque teníamos muy poco tiempo. Jon venía, se pasaba todo el día rodando y se largaba otra vez. Era una prueba de disposición y de tomar este oficio por la parte dura, no por la parte más cómoda, y Jon en eso es un atleta», comenta el padre respecto a la labor de su hijo en un proyecto en el que creen que tiene sentido aparecer juntos por su «carácter familiar»

El personaje de Antonio Alcántara ha calado tanto en la sociedad española, con las 19 temporadas de emisión de Cuéntame como pasó, que la cara Imanol Arias evoca en la conciencia general a la figura paterna. «La mayoría de la gente me dice que le recuerdo a su padre. Supongo que entonces no se había iniciado la revolución alimenticia y eran todos amojamados y con bigote», bromea el actor. Pero no solo en su papel de Antonio Alcántara hace de padre, sino también en un sinfín de sus apariciones en cine y televisión. «El otro día hacía una lista de actores que han hecho de mis hijos, y es enorme», apunta.

En el plano personal, siente que «un artista tiene muchas dudas de qué tipo de padre ha sido», porque su actividad como actor le impide pasar más tiempo con sus hijos. Desde la otra perspectiva, Jon Arias opina que «es brutal que un trabajo que hagas cale tanto en la gente», y añade otra curiosidad: «En el personaje de Antonio Alcántara veo a mi abuelo, que era el padre de todos en su pueblo. No me extraña que si hay algo de aura, que tenga esa especie de popularidad a la hora de ver rasgos que conectan con algo muy universal de los padres», señala el joven actor, que prepara el estreno de la serie Instinto, protagonizada por Mario Casas.

Desde mediados de los sesenta hasta finales de los ochenta, Imanol Arias ha recorrido esa parte de la historia de España. Alguna vez ha mencionado que 1992 sería un buen final para la serie, «porque es un momento en el que España toca por primera vez a la puerta de algo grande». «Toda una generación estaba en la edad potente de hacer cosas. Incluso políticamente fue una etapa de muchos cambios. Decían que a España no la iba a conocer ni la madre que la parió. No sé si no la conoció la madre que la parió, desde luego desde entonces está irreconocible. Ese sería un buen final, lo cual no quiere decir que no haya otro», señala.