Julia Navarro vuelve al siglo XX. Es un periodo «apasionante», dice. En esta ocasión lo hace para contar la historia de Fernando, Catalina y Eugenio, tres jóvenes del barrio de los Austrias que se ven obligados a emprender el camino del exilio. Sin embargo, la posguerra, el franquismo, solo son una excusa para hablar del viaje interior que emprende cada uno en busca de su destino, y que transita por los lugares más recónditos del alma, allá donde habitan los «claroscuros» del hombre. Ese, asegura, es el leitmotiv de su bibliografía, que desde hace unas semanas tiene nueva referencia: Tú no mataras (Plaza & Janés). La escritora estará esta semana en Murcia haciendo promoción en diversos medios.

De nuevo se acerca a las mil páginas; no apta para lectores impacientes. ¿Escribe sin miedo hasta que la historia le marca el final?

Por supuesto. Yo creo que hay que escribir con libertad, y cada historia debe tener el espacio que necesita para ser contada. No me censuro a mí misma preocupándome por el espacio... Además, nunca pagino cuando escribo, con lo cual no sé si la novela va a ser larga o corta hasta que la termino.

Hábleme de Tu no matarás ; preséntemela.

Tú no matarás es un homenaje a la literatura; un homenaje a los editores, a los libreros y, sobre todo, a los lectores, que al final son los últimos destinatarios. Es un libro repleto de referencias, de guiños...; desde la primera página, que comienza con un poema de Cavafis. Además, los personajes que aparecen en él son también editores, escritores, libreros... Un libro absolutamente literario.

Un libro dividido en tres.

Sí. Comienza a finales de 1940, principios del '41, un momento especialmente trágico para España ya que, aunque la guerra ha terminado, continúan los fusilamientos, las encarcelaciones... La novela se centra en tres jóvenes del madrileño barrio de los Austrias, un sitio que conozco bien porque es ahí donde pasé mi infancia. Dos de ellos pertenecen al bando perdedor -son de familia republicana-, y la tercera persona, Catalina, pertenece al bando, digamos, ganador. Sin embargo, los tres, por motivos personales diferentes -además de políticos-, inician el camino del exilio; de ahí el poema de Cavafis: ellos buscan su destino, pero a veces al destino no llegas nunca y lo único que puedes hacer es seguir el camino. Ellos jamás logran cerrar el círculo, no llegan a su 'final', y su vida se convierte en un largo exilio.

Y llegan a Alejandría, que sería el 'segundo libro'.

Exacto. Llegan a una ciudad apasionante, cosmopolita, con gente de todas partes del mundo; una ciudad llena de espías, comerciantes, aventureros, periodistas... Y estos tres jóvenes ven cómo sus vidas les han llevado a vivir acontecimientos que no podían imaginar, viéndose envueltos incluso en el final de la Segunda Guerra Mundial.

Vaya cambio: de un Madrid gris a la Alejandría más luminosa.

Escribiendo la primera parte me sentía angustiada... ¡Todo lo veía en blanco y negro! Trasladarme a esa España de los años cuarenta fue muy costoso para mí desde el punto de vista emocional, e incluso estuve a punto de no publicar esta novela. La guardé en un cajón y, la verdad, no sabía qué hacer con ella. En 2016 la retomé y terminé.

Y el 'tercer libro', París, pero eso ya para el que lo lea... Bueno, me ha contado la trama, pero ¿de qué trata realmente Tú no matarás ?

Trata sobre ese viaje a lo largo de la vida en el que no necesariamente se llega al final, y también sobre el peso de la conciencia. Cada personaje tiene un secreto, un motivo por el que marcharse. El caso más claro es el de Fernando: su lucha contra su propia conciencia hace el camino de su vida. Es una novela de personajes, un viaje a esa parte recóndita del ser humano.

Le preguntaba esto porque sus personajes se enfrentan a un país que les rechaza, pero, sobre todo se enfrentan a ellos mismos.

Sí. Es un viaje interior y exterior; es un viaje que inician escapándose de ellos mismos. Por eso te hablaba de Ítaca, del poema de Cavafis, en el que dice que aunque nunca llegues a tu destino no tienes más remedio que emprender el camino. Es una huida de esa España gris y terrible, sí, pero también de ellos mismos.

Vamos, que su objetivo tampoco era escribir sobre la posguerra.

Yo hago novelas de personajes. A mí me interesa viajar a esas partes recónditas del ser humano en las que habitan nuestros claroscuros. Digamos que ese es el leitmotiv de mis libros. Y para que los personajes sean entendibles hay que retratar el tiempo en el que les toca vivir, en este caso los años cuarenta y buena parte de la segunda mitad del siglo XX.

¿Y por qué se sigue volviendo a aquellos años?

Porque el siglo XX es apasionante, porque es nuestro siglo. Y a veces para explicarnos el porqué de las cosas que suceden no tenemos más remedio que contarnos lo que ocurrió, no una, sino muchas veces.

De nuevo, es inevitable la comparación con aquella Alejandría de mediados del siglo pasado. Pero, en la actualidad, ¿España sigue acusando aquella etapa?

España afortunadamente ha superado todo eso. La Transición puso punto y final a los 40 años de negrura del franquismo y la Guerra Civil. Hoy es un país exactamente igual que el resto de países de Europa, con un régimen democrático en el que vivimos en libertad. Otra cosa es que debamos conocer nuestro pasado, y creo que la única manera de entendernos a nosotros mismos es saber de dónde venimos; pero eso no significa que estemos anclados en el pasado. Yo creo que en la España de hoy los españoles tienen los problemas y preocupaciones del siglo XXI, no los de cuando se murió Franco.