Siguiendo la línea de autoficción en la cual el dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco viene incursionando desde hace ya algunos años, su último texto teatral, El bramido de Düsseldorf, es una pieza que relata la agonía y la muerte del padre del autor en una clínica de la ciudad alemana. La obra llega esta noche al Teatro Circo de Murcia.

A medida que la pieza va avanzando, se irán entrecruzando en un vertiginoso juego teatral las tres posibles hipótesis por las cuales el dramaturgo se encuentra en Düsseldorf y que oscilan entre: la asistencia a la inauguración de una exposición sobre Peter Kürten ('El vampiro de Düsseldorf'); la firma de un contrato como guionista de películas pornográficas y/o la asistencia para proceder a su conversión al judaísmo.