Pablo Und Destruktion es una rara avis. En Predación (Sonido Muchacho, 17), su cuarto álbum, arranca con los primeros versículos de la Epístola de San Pablo a los Corintios. El músico asturiano (Pablo García) sitúa al oyente de manera inequívoca, porque el amor es el eje en torno al que giran estas canciones, con las que pone punto y final a una etapa vistiendo de rock turbulento su particular epifanía místico-sentimental. Pablo Und Destruktion se ha acercado a la canción astur y folk de autor con una cadencia misteriosa y psicodélica. Si su anterior disco, Vigorexia emocional (Marxophone, 2015), resultó más histriónico, parece que haya querido volver a las criptas -imagen del éxtasis de Santa Teresa en portada incluida- en Predación. Lo cierto es que esa relación entre espiritualidad, fantasmas y oscuridad le viene de maravilla.

En alguna ocasión has confesado que no querías convertirte en el «maldito oficial» del panorama musical, que pretendías huir de ese malditismo. ¿Hasta qué punto un personaje público corre el riesgo de ser absorbido por el mito que se crea a su alrededor?

Cualquier persona puede ser absorbida por infinidad de espíritus del averno. Si es ´conocidilla´, más, porque saben dónde encontrarlo. Hay que darles esquinazo€ Y si no funciona, hay que saber decir: «Vade retro».

Predación es un disco con un fuerte componente espiritual y son frecuentes las referencias al cristianismo. ¿En qué medida te interesa lo religioso? ¿Tiene cabida esa espiritualidad en una sociedad en la que impera otro tipo de actitudes más materialistas?

Es mi principal interés. Y además Cristo vuelve. El de verdad, no el club de fans. Vuelve el individuo contra la turba borrega y sedienta de sangre. El anarquista que nos enseñó a amar y a superarnos. Esta vez volverá sin cuerpo. Ya hay suficientes cuerpos en el mundo. Volverá en espíritu.

La versión de Predación que ha llegado al público no es la original. Cuando se realiza un trabajo tan personal como el tuyo, ¿es necesario tomar perspectiva para saber qué es lo que realmente se quiere mostrar?

Sí. Hay que hilar muy fino. Yo prefiero hacer una canción mala que una canción sacrílega.

La reivindicación del medio rural posee un papel relevante en tu carrera. ¿A qué se debe?

A que en el medio rural me he encontrado a los mejores locos y santos del mundo. Los aldeanos asturianos que he conocido han sido, sin excepción, bellísimas personas. Por algo será. Eso es lo que trato de averiguar.

¿Cómo crees que se manifiesta el peso de la tradición y el folklore en tus canciones?

Como él quiera. Trato de no forzarlo y de no hacer bandera de la tradición. Para eso ya están los subvencionados.

¿Crees que se te ha malinterpretado a menudo?

Es muy probable. Pero lo sorprendente es que alguna persona me ha entendido. Desde aquí les mando un beso. Ellas saben quiénes son.

¿A quién representa, a quién da voz la música de Pablo Und Destruktion? ¿Cuál es tu posición?

Da voz a mis humildes invocaciones, que os desean a todos lo mejor. Aunque a veces eso pinche.

En El enemigo está dentro hay una sucesión de imágenes muy provocativas en el contexto actual. «Que reviente Occidente», «Por fin llega un nuevo dios», «Larga es la espada del sur»€ ¿Recuerdas la polémica del libro de Houellebecq, cuando explicaba que Francia estaba condenada por la espiritualidad musulmana y que debía reaccionar o desaparecer? ¿Hay alguna relación o es puramente casual? ¿Puedes explicarnos en qué consiste tu teoría de la guerra de religiones y de qué forma está presente en el disco?

Houellebecq no descubrió la pólvora, solo se atrevió a usarla. Yo acabo de sacar una novela de 250 páginas que explica mi punto de vista sobre la gran apostasía e idolatría en la que vivimos. Se llama La Bestia Colmena. Sintetizarlo me llevaría un buen rato, pero bueno€ Básicamente consiste en que, con la excusa de querer acabar con los curas pederastas, han acabado con nuestro Dios (el verdadero), y con la excusa de querer acabar con el ´amor romántico´, han acabado con el amor. Menos mal que son fuerzas eternas y ancestrales, y se vengarán de sus tramposos infieles. Por lo demás, celebro con todo mi corazón que nuestros viejos conocidos mahometanos vengan a recordarnos que no todo en la vida es comer, viajar y follar€, y no parar de hablar. Los adversarios ideológicos o religiosos están para eso, para hacernos espabilar. Hay que cuidarlos y hacerles caso, nunca tomarlos por locos.

¿No debemos tomarte en serio cuando dices que España es «un país de puticlubs, farlopa y jubilados»?

Debéis hacer lo que os salga del pínfano (actuando de forma consciente y tras el pertinente examen de conciencia).

¿Cómo has solventado el conflicto de todo artista con el compromiso social?

Dándome cuenta del sinfín de trampas que se esconden dentro del compromiso social, y llevándome mis deseos de revolución social y de amor a un lugar donde no me los puedan llenar de mierda.

El álbum arranca con los primeros versículos de la Epístola de San Pablo a los Corintios, la que se lee en las bodas católicas. ¿Dónde tratas de situar al oyente? Llama la atención un verso de Predación que dice: «Quitadme el ocio y dadme una familia». ¿Tiene alguna relación con el discurso neocatecumenal?

Todo el disco habla del poder del amor armado, y ese texto me pareció perfecto. Lo de «quitadme el ocio y dadme una familia» no tiene que ver con ningún discurso, es simplemente mi más profundo deseo.

¿Cómo se subsiste en esta época en la que está tan infravalorada la cultura?

Trabajando, siendo austero, teniendo una fe inquebrantable y tomándome la pobreza un poco a broma.

¿Con Predación se acaba una etapa? ¿Hacia dónde apunta?

Hacia volver a ser puro y ligero. Ese es mi objetivo para la siguiente etapa.

En esta nueva visita vuelves a contar con la colaboración de Alfonso Alfonso. ¿Qué os une? ¿cuál es vuestra relación?

Ha estado presente en casi toda la gira de este disco€ Y, bueno, me saca 18 años y yo le llamo pater por algo. Respeto sus galones, y además somos muy amigos. Nuestra relación no es estrictamente musical, además compartimos las mismas inquietudes vitales€, aunque desde lugares opuestos. Donde él ve a Satán yo veo al ´Antisatán´. Esas pequeñas diferencias convierten nuestra relación en una delicia.