El murciano -de Guadalupe- Gabriel Gómez, más conocido como Soge Culebra, con tan solo 18 años ha dado el salto desde YouTube y hoy publica su primer disco, Mar de cristal (Warner), que estará firmando a partir de las seis de esta tarde en la Fnac de Nueva Condomina.

Se dio a conocer gracias a los vídeos que fue colgando en la plataforma de streaming, donde ahora mismo cuenta con más de medio millón de suscriptores y acumula a día de hoy más de 126 millones de visualizaciones. Su voz característica, su ritmo y estilo, causan furor entre el público joven, que ya ha tenido oportunidad de verle en grandes festivales como el Weekend Beach o el Viña Rock, y además fue candidato a varias nominaciones en los Premios de la Música Independiente (MIN) 2017. Su mestizaje urbano está abierto al rap, el reggae, el 'ar-and-bí' o el pop, aunque Soge prefiere que se piense en él más como un cantautor que como un rapero, o eso dice él mismo en la bio de su cuenta oficial de Twitter. Con un mensaje visceral, lejos de los insultos y del estilo callejero, pretende airear el hip-hop en castellano -que está evolucionando en los últimos años a marchas forzadas- como uno de los artistas adelantados de la new generation.

Cuentas con más de medio millón de suscriptores -y más de 126 millones de visualizaciones, muchas de ellas gracias a Cachos de mi alma - en tu canal de YouTube. ¿Cómo empezó esta vorágine?

Con constancia y esfuerzo; trabajando, trabajando duro, sabiendo posicionarme, sabiendo a dónde ir. Y la canción fue un boom, a la gente le gustó. Yo fui listo, seguí trabajando, seguí con música, seguí haciendo canciones, y me salió bien, y aquí estoy a día de hoy.

¿Cómo estás viviendo este ascenso? ¿Te paras a pensar en ello?

Lo tengo un poco controlado dentro de lo que cabe, porque cuando empecé a ser consciente de que la gente me seguía, de que me subían los seguidores, yo ya sabía que tenía que tener los pies en el suelo. Todo el mundo tiene alguna época de crecerse un poco más, aunque eso se te pasa... Pero sí que es verdad que a veces intento no pensar en ello, porque para mí la música no solo se refleja en los números, sino también en la diversión y en pasártelo bien componiendo y haciendo lo que realmente te gusta. Así que prefiero no pensar en ello y seguir haciendo mi música. Si le gusta a la gente, bien, y si no, pues también.

Ahora presentas tu primer disco. ¿Cómo es Mar de cristal , qué contiene y a qué suena ? ¿Qué has querido transmitir?

A mí personalmente me encanta. Contiene una gran diversidad de canciones, mezclando también géneros musicales y haciendo mestizaje. A mí me suena muy bien [Risas]; suena fresco a la par que sincero, y yo creo que la gente lo va a sentir y le puede molar. He querido transmitir varios tipos de emociones, pero sobre todo de angustia y confusión, y luego también superación y alegría en dos canciones: Suena y Mi isla.

En cuanto a la producción y grabación del disco, ¿dónde se ha forjado y quién ha participado?

Empecé a escribirlo yo solo en casa. Mi productor, Saunah The Beat Boy, me enviaba distintos tipos de instrumentales, de música, pero me sentía raro porque no tenía ese apoyo de que alguien profesional estuviese a mi lado y me ayudase un poco -musicalmente, no a la hora de composición letrística-. Entonces decidí irme a Pamplona porque lo íbamos a grabar en los estudios de Leiva, y cuando llegué allí solo tenía dos canciones. Pero, cuando nos juntamos, con Saunah The Beat Boy presente, hice 14 más, y ahí es cuando grabé el disco. Luego también colaboró mi tío Pedro, que tiene su estudio (Soni2Pozo), y Kaze, Ambkor, Beret, Taste the Floor al completo (Carlos, Santi, Buri, Unai?), y Warner Music, Warner Chapel? Ha colaborado muchísima gente, y a todos les estoy muy agradecido.

¿Y cuál es el mensaje que en líneas generales vamos a encontrar a lo largo de este disco?

El sentimiento que yo quiero transmitir, y el que he sentido a la hora de escribir, es el sufrimiento por hacer sufrir a otras personas, pero sabiendo que se puede cambiar; todas las personas pueden cambiar, superarse a sí mismas y mejorar.

Tus letras siempre han sido muy profundas y sentimentales, pero parece que en este disco has dado un paso más. ¿Lo has buscado así?

Tampoco es que lo haya buscado así. Cada persona escribe de una manera u otra dependiendo de cómo esté en ese momento. Cuando grabé Mar de cristal me inspiré mucho en cómo lo pasé meses anteriores, y así salió. No siempre tengo un patrón para escribir de tristeza y de soledad. Si un día estoy muy alegre y me apetece escribir, voy a escribir de alegría; si un día estoy triste, de tristeza.

¿Cómo ha sido lo de fichar por Warner? ¿Qué significa para ti?

Significa mucho para mí, porque es gente muy grande, que sabe trabajar, y que sabe sobre todo familiarizarse con el artista, y yo estoy muy, pero que muy a gusto. Es para mí un paso más en mi carrera musical.

El nombre de Soge Culebra no es muy común?

A mí de pequeño me gustaban mucho los nombres artísticos compuestos, y solo tenía Soge; me lo puse yo de chiquitín porque me molaba, no tiene sentido ninguno. Lo de 'Culebra' me lo llamaban unos colegas, aunque en mi familia de pequeño me decían 'Culebrilla'.

¿Consideras que estás haciendo algo innovador dentro del rap?

He evolucionado, porque antes, hace unos años, hacía más rap, era todo mucho mas rapeado. Ahora no me considero dentro del círculo del rap. Es verdad que es una fusión; también meto esos toquecillos de rap, pero yo me considero más un cantante de R&B y de pop-rap -por llamarlo de alguna forma- que de rap a secas. Sí que es verdad que es una innovación al fin y al cabo, pero no me gusta encasillarlo.

Hay algunos invitados en el disco. ¿Qué papel juegan?

Las personas colaboradoras a la hora de cantar, de voz, reflejan la amistad, porque son las personas con las que yo más tengo confianza dentro del panorama musical, y con Kaze, en la canción Lo que vendrá, que es la 13ª del disco, hablamos de la felicidad y de cosas que nos han pasado. También tiene que ver con el ejemplo de superación? Es lo que hemos vivido. La canción con Beret es un palo que siempre hemos tocado él y yo: el tema del amor, de las distancias, la soledad, los desamores? A él se le da muy bien, y a mí también. Y la canción que tengo con Ankor es muy especial también para mí, porque él me ha ayudado mucho musicalmente, y yo me siento súper orgulloso de poder trabajar con él. La canción muestra esa agresividad y esa oscuridad de un desamor.

En Invisible de Muerdo colaboraste. ¿Os conocíais o fue la compañía la que os puso en contacto? ¿No ha podido devolverte el favor?

Yo a Muerdo sí que lo conocía de antes; me lo habían enseñado unos amigos, y a mí me gustaba mucho. A la hora de colaborar nos puso en contacto la compañía, pero tampoco me gusta decirlo así... Es que ese feeling ya estaba ahí de antes, ¿sabes? No era algo 'seco', por decirlo de alguna manera. Y yo no le he hecho ningún favor. Es algo que hacemos los dos por amor al arte y que siempre vamos a llevar en el corazón.

¿Qué tal ha sido la experiencia de actuar en un festival grande como el Viña Rock?

Pues muy buena, la verdad. Yo tenía muchas ganas de tocar allí, todo el mundo hablaba súper bien de él: «¡Madre mía el Viña!» [Risas]. Y encima del escenario me lo pasé muy bien, con la gente muy entregada. Espero poder seguir yendo.

En tu cuenta de twitter te defines como cantautor. ¿Cantautor o rapero? ¿Lo tuyo cómo se llama? ¿La autenticidad es tu gran reclamo?

No me considero rapero, como he dicho antes, pero cantautor sí que soy, porque canto y escribo mis propias letras. ¿Autenticidad? Cada persona es auténtica haciendo lo suyo si lo hace bien, y dándole su toque, su esencia. Yo siempre intento conservar esa esencia. Me considero más cantautor que rapero.

¿Cuáles han sido tus referentes?

Mis referentes en la escuela del rap en Murcia han sido mi hermano Kaze, mi hermano Beto y mi hermano Piezas; antes de que me escuchase la gente, antes de que me conociese nadie. Yo a esas tres personas las escuchaba muchísimo, y siempre me han encantado.

Dicen las cifras que el rap está en un momento dulce. ¿Qué ha propiciado este auge? ¿Qué opinión tienes del nivel del rap español actualmente?

Para mí el rap español es una bestialidad. Sinceramente, me encanta. Y el americano también, pero al de aquí le tengo un aprecio increíble. Es con el que yo me he criado, es el que entiendo. Pero el rap -y esta es solo mi teoría-, nace, muere, nace, muere, renace? El rap es así. No es una moda pasajera, pero ese 30% de personas que escuchan rap de verdad es el que siempre se queda, y por eso el rap siempre está ahí. Para ellos nunca va a morir.

¿Qué canción o qué hecho ha supuesto tu despegue definitivo?

Mi canción más famosa es Cachos de mi alma, que creo que está con 35 millones de visitas. Y, bueno, cantar en festivales como el Viña o el hecho de hacer mi primera gira también han ayudado a darme a conocer.

¿Crees que el rap está tan perseguido por determinados estamentos? ¿Qué opinión te merece el caso Valtonyc?

Yo creo que no, más que nada porque ya no se hacen batallas de gallos o conciertos clandestinamente. Ahora muchas veces se cuenta incluso con la autorización de los propios Ayuntamientos. Y prefiero no hablar de Valtonyc.

¿Estás comprometido políticamente, o no quieres tocar esta temática en tus letras?

La verdad es que los temas de política solo me gusta hablarlos con gente de confianza, ya sea mi familia, amigos o pareja. No me gusta que la gente sepa mi ideología.

Se te considera uno de los referentes de la nueva generación del rap. ¿Crees que realmente ha habido un cambio generacional, una ruptura con lo anterior?

Agradezco el cumplido, pero pienso que no ha habido ningún cambio ni ruptura. Lo que ha habido es una evolución, pero como ocurre con todo. Ruptura ninguna, macho.