El escritor valenciano Santiago Posteguillo, ganador del Premio Planeta con la novela histórica Yo, Julia, ha querido subsanar la tendencia de la historia, «siempre narrada por hombres», de olvidar el protagonismo de las mujeres, pues «hay muchos personajes femeninos que no se han contado».

Por eso la obra que este lunes le valió uno de los máximos galardones de la literatura en castellano narra la historia de Julia Domna, esposa del emperador romano Septimio Severo, que, según llegó a decir su biógrafa, «inexplicablemente no tenía ni una novela ni una película». Estas palabras, aseguró ayer el escritor valenciano, le llevaron a investigar sobre «una mujer que consiguió instaurar toda una dinastía imperial, algo que tenía que ser contado».

Y es que, a su juicio, «no se trata de inventar a mujeres de relevancia donde no las hubiere, sino que se trata de revisar si las había y no han sido contadas». Así, el ganador del Planeta relata que «de las 100 emperatrices que pudo tener Roma, Julia fue la más poderosa, la que más títulos y dignidades recibió y que llegó a ser considerada 'madre de los césares, de los ejércitos, de la patria'».

El inicio de la novela se sitúa a finales del reinado de Cómodo, «emperador lunático, cruel y sanguinario», y para aclarar a los lectores pocos avezados en la antigua Roma, la acción comienza en el final de la película Gladiator, aunque «Cómodo no tuvo el final épico que le conceden los norteamericanos en el filme». Tras su desaparición, varios hombres se posicionan para hacerse con el poder y todos están pensando en cuándo empezará la partida, pero no entienden que para Julia la partida ya ha empezado.

La novela está esencialmente escrita en tercera persona, pero «con el juego de algunos momentos en que está narrada en primera persona» y con un narrador de excepción, el médico de los emperadores, Galeno, que había comenzado siendo el médico de los gladiadores. Destinado a cambiar la medicina para siempre, ve cómo Julia cambia de una dinastía a otra dinastía y, aunque centrado exclusivamente en su trabajo, «con Julia hace una excepción y decide contar su historia».

A la caída de Cómodo se inician una serie de guerras civiles en las que hasta cinco hombres se van a declarar emperadores. Uno de ellos es el marido de Julia, Septimio Severo, a quien ayudará para que caigan sus rivales políticos. «Todos estos hombres preparados para ser el próximo emperador no calibran lo que se juega en esa partida, creen que van a luchar por el imperio, mientras que Julia juega a forjar una dinastía imperial», apunta el autor valenciano.

Inexperto en narrar relatos, Galeno recurre a las palabras de Aristóteles, quien pensaba que a los poderosos no se les podía retratar a partir de sus amigos, pues siempre se les acerca gente por interés. «Así, llega a la conclusión de que son los enemigos los que definen a un poderoso y en este caso los enemigos de Julia son cinco emperadores, que ya da una idea de la envergadura de Julia: Cómodo, Juliano, Albino, Nigro y Pertinax; y la novela está organizado en cinco secciones o libros, cada una dedicado a uno de ellos».

Yo, Julia, agrega Posteguillo, es también «una trepidante y apasionada historia de amor», pues «ella y su marido es el primer matrimonio imperial enamorado en doscientos años: se quieren, se aman, se desean, se enfadan, sienten celos, se reconcilian, y eso les da una fuerza vital suplementaria».

Sólo hay una cosa que Julia no puede controlar, advierte el escritor, que «en ese ascenso a la cima del poder se puede perder todo, incluso a quien más quiere, y la novela pretende dar respuesta a si merece la pena jugar la partida».

Sobre el hecho de haber narrado una voz femenina, Posteguillo remarca que «un escritor debe tener la capacidad de la empatía, para ponerse en el lugar de cualquier personaje»: «Quiero pensar que Agatha Christie no mató a tanta gente y sin embargo relataba los crímenes como nadie».

Posteguillo, que no quiso aclarar en la entrevista si se enfrenta a una nueva trilogía después de las de Escipión el Africano y Trajano, asegura que se trata de una novela sobre el ascenso vertiginoso de una mujer al poder de Roma, que era de origen sirio y que por ello fue considerada extranjera, y tuvo que esforzarse para combatir esa xenofobia. Eso sí, «Julia da para mucho más», asegura en tono enigmático.