Comenzó su formación a los ocho años en el Conservatorio Profesional de Danza de Murcia. A los quince entró en la escuela de Víctor Ullate y después regresó a la Región para acabar el Conservatorio. Fue a los 17 años cuando Mar Hernández llegó a la escuela de Ballet del Hamburgo, donde se graduó. Hizo entonces la audición para el Bundesjugendballett (BJB), el Joven Ballet Nacional de Alemania, una compañía ubicada en Hamburgo que termina de formar a los bailarines tras su graduación en otras escuelas, bajo el amparo del propio estado alemán, que subvenciona esta iniciativa. Fue entonces cuando marcó su trayectoria al convertirse en la primera española en ingresar en este centro. Ahora, Mar Hernández vuelve a conseguir un logro más en su carrera, ganando el Premio Best Female Dancer al que estaba nominada en Croacia.

Bueno, lo primero, cuénteme más sobre este premio, ¿quién lo entrega?

Lo entrega el Teatro Nacional de Croacia. Es el premio del público de la temporada anterior, que fue mi primera ahí.

¿Qué supone este premio para usted?

Sobre todo un reconocimiento a mi trabajo.

¿Qué puertas le abre?

De forma directa, creo que ninguna. Quizás que alguien por ahí diga: ''Ah, ella es la que ganó el premio''. Se verá en el futuro. En todo caso, lo agradezco.

¿Por qué se encuentra en Croacia? ¿Hay más oportunidades en el mundo de la danza?

Posiblemente en Croacia hay más oportunidades que en España, seguro, porque en España casi no hay. Aquí por lo menos está el Teatro Nacional, que está dividido en tres sedes (Split, Rijeka y Zagreb), y hay muchos proyectos y freelance, sobre todo en la zona de Zagreb, y también en Rijeka. ¿Por qué Croacia? Por Masa Kolar, la directora del Ballet, que ya la conocía en Hamburgo cuando formé parte del BundesJugendballett (Joven Ballet Nacional de Alemania) y ella hizo tres coreografías allí para nosotros. Cuando la nombraron directora aquí me ofreció venir. Digamos que en Croacia hay más interés por la cultura, especialmente ahora en Rijeka porque va a ser Capital Europea de la Cultura 2020.

Cuénteme un poco más sobre usted. ¿Qué formación tiene? ¿Qué estilos de danza desarrolla?

Estudié danza en el Conservatorio de Murcia con profesoras como Carmen Paris, Elvira Santamaría y Fuensanta Zomeño, y también en la escuela de Víctor Ullate. Luego me gradué también en la Escuela del Ballet de Hamburgo. Hasta entonces yo era bastante más de danza clásica y ballet, y al entrar en el Bundesjugendballett de John Neumeier empecé a hacer otras cosas diferentes que me llamaron la atención, y quise irme más por ese camino. Por ejemplo, algo de lo diferente fue de Masa, mi actual directora. Antes de Croacia estuve también en Suiza, en el Ballet de Basel hasta que me rompí el metatarso de un pie.

¿Cuál ha sido el mayor desafío que ha encontrado en su carrera hasta ahora? ¿Y la mayor oportunidad?

El mayor desafío, cuando decidí dejar de bailar para descubrir otras cosas que dedicándome a la danza no era sencillo, y cuando volví a empezar a bailar. La mayor oportunidad, cuando en Hamburgo entré en el Bundesjugendballett y todo lo que aprendí (sobre todo con Kevin Haigen) y viví allí, y luego que Masa contara conmigo para el Ballet Nacional de Croacia cuando había dejado de bailar.

¿Futuros proyectos?

De momento disfrutar aquí en Croacia esta temporada. A más largo plazo, si tiene que ver con la danza, algo que sea bastante social, que envuelva a gente a la que quizá no le llegaría la danza, o que ni siquiera pensaría en ella. Me encantaría trabajar con niños y personas mayores con discapacidades, con personas que no tengan las posibilidades económicas o sociales y, a través del movimiento, darles a conocer más de sí mismos y de todo lo que les rodea. No sé. La danza con fines sociales, terapéuticos e integradores. Algo que tenga que ver con el movimiento, la música, los ritmos? Pero antes de eso quiero aprender yo más. Tengo que viajar y descubrir. Tengo curiosidad.

¿Animaría a los amantes de la danza a probar suerte a hacer carrera en este mundillo?

Animaría a todo el mundo a bailar. Dedicarse a la danza digamos que sería una consecuencia de ello, para nada diría a nadie que no lo intente si es lo que quiere. Pero siempre de manera sana y positiva, con buen entendimiento y respeto. Todo el mundo puede bailar. Obviamente, hay que ir a por lo que uno quiere y le gusta. Si no, ¿qué?