"Hoy el niño está contento, Murcia, muy contento". Fueron las primeras palabras de Pablo López presentándose ante las miles de personas que abarrotaron la Plaza de Toros de Murcia para disfrutar del concierto del artista malagueño. Como él mismo dijo, volvía a Murcia para presentar su último disco, 'Camino, fuego y libertad', y para cerrar así un círculo después de los 'sold out' que cosechó en el mes de marzo en El Batel de Cartagena y en abril en el Víctor Villegas de Murcia.

El esperado concierto, que comenzó con media hora de retraso debido a unos problemas técnicos, tal y como confesó el artista, se inició a lo grande con 'El camino', que dio paso a 'El niño' para continuar con 'Vi', el tema con el que hace cinco años Pablo López comenzaba a labrarse un camino de éxitos en el panorama musical español.

Como novedad respecto a las visitas anteriores, López incorporó en este concierto hasta tres pantallas gigantes para que los espectadores no se perdieran detalle de cada gesto y acorde que el artista marcaba en el piano, así como una sección de más de una decena de músicos de cuerda que hicieron las delicias en temas como 'La mejor noche de mi vida' o 'Dos palabras'.

Pablo López no quiso dejar pasar la oportunidad de contar lo que para él significa la Región de Murcia, ya que "hace muchos años toqué en un pequeño garito situado en esta misma plaza (la actual Sala Musik) ante 60 personas y hoy estoy aquí. Hemos tocado en el Teatro Circo, Romea, Parque Fofó, Víctor Villegas y la gente siempre ha respondido. Murcia fue el sitio donde por primera vez colgué un 'No hay entradas', y estar en esta tierra es como estar en casa".

Por supuesto, uno de los temas más esperados fue 'El patio', su "canción sin techo" con el que López comenzó a guiar a los espectadores hacia la libertad, su 'Santa libertad'. El malagueño también se permitió la licencia de bromear e incluso interactuar con la gente del público entre las canciones 'El teléfono', 'Lo imposible' y 'Te espero aquí'.

Transcurrido el ecuador del espectáculo, el cantautor comenzó a subir los decibelios de la plaza con sus grandes éxitos de trabajos anteriores, como 'Hijos del verbo amar' o 'El mundo', y que dieron paso a 'El gato', su emotiva canción dedicada a su felino y que hizo que toda la plaza se quedase muda y sólo pudiese responder con sonoros aplausos.

"No quiero que llegue el final, podría estar aquí tocando canciones de otros artistas, como de Alejandro Sanz o de Queen, y que pasaran las horas", lamentaba López antes de introducir sus temas con más fuerza y ritmo en esta gira: 'La dobleuve', 'Suplicando', 'El futuro' y 'La libertad', canción con la que el artista hacía el amago de despedirse.

Tras varios minutos con el escenario sin músicos, a oscuras, y con el público coreando el nombre del malagueño y haciendo palmas, volvió a aparecer para cantarle al amor con 'Lo saben mis zapatos', el momento álgido de la noche, ya que López pidió ser alumbrado sólo con las linternas de los móviles de los espectadores, e incluso se atrevió a cantar a capella el final de la canción y que hizo resonar a toda la emblemática plaza murciana. El público lo reconoció con la ovación más larga y cerrada de la noche.

Pablo López terminó el concierto cantándole de nuevo a la libertad, pero en esta ocasion a la acoger y abrazar al prójimo con uno de sus temas más aclamados: 'Tu enemigo'.

La pasión derrochada en las más de dos horas de concierto fue el auténtico éxito del malagueño, que supo transmitir y hacer sentir a todos los presentes las propias emociones que el artista plasma en sus letras y en su música, sus historias, como él las llama. No dejar de transmitir con intensidad lo que se siente, ese es el verdadero triunfo de Pablo López.