La magia de Pupaclown llega mañana al Auditorio Municipal de Calasparra con la obra El ladrón de peluches, dirigida por Luisma Soriano. El precio de la entrada es de siete euros y la función comenzará a las doce y media del mediodía. Hablamos con Alfonso López, uno de los intérpretes, para conocer algo más sobre esta pieza.

En primer lugar, cuéntenos qué nos vamos a encontrar el domingo en Calasparra. La obra habla de cuatro amigos que han dejado de jugar con sus peluches...

Nosotros hasta ahora habíamos realizado una revisión de los cuentos clásicos manteniendo un poco su esencia. Así hemos puesto en escena Los tres cerditos, Los siete cabritillos o Pulgarcito. En esta ocasión, por primera vez, nos hemos decidido a realizar un espectáculo de creación propia, de una idea que surgió de la compañía, bajo el guión y la dirección comercial de Luisma Soriano. Se trata de un texto original donde cuatro niños dejan de jugar con los peluches porque ya se consideran mayores y en un momento determinado vuelven a ellos. En concreto, es una noche después de una pesadilla. A partir de ahí, los peluches empiezan a desaparecer de sus vidas, alguien los roba y así comienza esta historia y la aventura de esta obra.

Una obra destinada al público infantil pero que al final disfrutan grandes y pequeños.

Está pensada para un público familiar, porque al teatro los niños van acompañados de los papás o de los abuelos, y nosotros hacemos guiños también para que disfruten los adultos. Pero digamos que el grueso es para los niños de entre 3 y 6 años.

¿Crear una pieza para niños es más complicado que hacerlo para adultos? Imagino que hacer que los pequeños no pierdan la atención es un reto...

Intentamos tomárnoslo de la misma manera, sea un público u otro. Se habla del público infantil como el 'público del futuro', pero nosotros no estamos del todo de acuerdo con esa percepción... Consideramos que pueden ser futuros espectadores, pero en ese momento son el público presente; están viendo y disfrutando este montaje ahora, por lo que les debemos todo el respeto. En cualquier caso, solemos hacer montajes que no pasen de una hora porque consideramos que es el tiempo que se adapta a la atención de los niños. Para un espectáculo de adultos te puedes ir a hora y media o dos horas, pero en este caso tenemos medidos unos parámetros que sabemos que funcionan.

Además de la compañía, en Pupaclown tienen el Centro Escénico de integración social (en Murcia) y la Fundación Payasos de Hospital. ¿Por dónde pasa ahora mismo el trabajo?

Este proyecto tiene su origen en el Hospital Virgen de la Arrixaca con los payasos de hospital, y luego en el 2010 se crea el Centro Escénico y ya aparece la compañía de teatro. Ahora el proyecto tiene dos ramas: por un lado la parte hospitalaria con los pupaclowns y, por otro, el Centro Escénico con la compañía, donde hacemos los espectáculos familiares. También, en la medida de lo posible, la compañía gira a nivel nacional en los circuitos de teatro familiar.

Una labor que llevan a cabo desde 1998 que ha valido el premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2017. Un revulsivo para seguir en la brecha.

Estamos muy contentos. Este reconocimiento visibiliza nuestro trabajo a nivel nacional, nos abre otras puertas y es un premio al trabajo de mucha gente que ha pasado, a lo largo de estos 20 años, por Pupaclown. Lo hemos cogido con mucho agrado. También tiene una pequeña dotación económica que siempre viene bien.

¿ Próximos proyectos?

Ahora mismo estamos empezando la temporada. Este fin de semana salimos a Cuenca, el domingo estaremos en Calasparra y en breve estrenaremos la nueva coproducción que hemos realizado con el Teatro Circo y el Teatro Romea, una versión de Romeo y Julieta para niños que se estrenará el próximo 13 de octubre en el TCM.