Los cuarenta, bromea Niña Pastori, son una edad «fantástica». A María Rosa García, nombre que figura en el DNI de la cantante, cumplir años le aclara las ideas y le da «poderío». Vamos, que ahora se siente requetebién, por lo que, sin duda, es un momento idóneo para presentar en Murcia Bajo tus alas, su último disco. Niña Pastori, la única artista que ha ganado cuatro Grammys cantando en español, defiende que una cantante debe ser transparente y natural y compartir con su público «todo lo bueno y malo» que le pasa. Ella, dice, es «como ustedes ven, sin más».

P He leído que en 'Bajo tus alas' le apetecía divertirse. ¿Lo está consiguiendo?

R Sí, es lo que siempre intento hacer haga lo que haga dentro de mi profesión. Defiendo que si uno no se divierte no tiene sentido lo que hace. La vida está para vivirla y sentirla a tope. De verdad, y no lo digo por decir, pienso que hemos venido aquí para disfrutar de todo y esta profesión, además, te ofrece la posibilidad de disfrutar más que otros muchos trabajos.

P ¿Pero siempre hace lo que le apetece?

R Casi siempre. Mi filosofía de vida es intentar hacer siempre lo que siento y lo que me apetece en cada momento. En el arte hay que ser transparente porque todo se nota y se siente. A veces, aunque el público no sea experto y entienda de música, siente lo que está pasando y sabe si lo que ve o escucha es verdadero o no. Defiendo, porque así lo siento, que hay que ser transparente porque la gente lo percibe.

P Quizás sea esa naturalidad y transparencia la que le hacer estar tan conectada a la gente.

R Yo soy así, no me escondo detrás de ninguna máscara. Para mí la naturalidad es fundamental porque si no nada tiene sentido. Uno debe ser honesto con lo que está sintiendo y con lo que le apetece en cada momento porque al final la gente lo agradece.

P ¿Siempre ha cantado lo que ha querido o alguna discográfica ha intentado presionarla para cambiar su camino?

R Siempre hay momentos en los que las cosas se complican. Una carrera larga como la mía da para muchos momentos y para vivir muchas cositas. Desde que empecé he estado con la misma discográfica, Sony, y he tenido mis momentos. Siempre hemos hablado y hemos logrado un entendimiento. Yo tampoco soy de las que dice se hace esto y se hace, sino que escucho a los demás y me dejo aconsejar. En muchas cosas dudo, pero sí tengo claro qué debo hacer cuando siento algo de verdad. Chavela dice una frase que me encanta y es: «Tu corazón, tu maestro», y yo eso lo aplico mucho porque te puedes equivocar, pero si es lo que realmente sientes... Si actúas así no te vas arrepentir, porque arrepentirte es duro, muy duro...

P Dicen que los cuarenta son los mejores años para una mujer. ¿Siente que está en su mejor momento?

R Sí, sin duda. Los cuarenta son una edad fantástica. Yo llevo como tres o cuatro años en los que me noto diferente; no sé, como con más fuerza. Mi madre dice que es porque la edad te aclara las ideas. Creo que ahora tengo claras mis prioridades y sé lo que realmente me compensa. Cuando era más joven quería abarcar mucho y a veces la presión me superaba. Pero bueno, no me quiero desviar, que sí, que es una edad fantástica. Vamos, que creo que tengo más poderío que nunca.

P Ha demostrado que el flamenco no es intocable y con ello ha acercado este arte a mucha gente.

R Y eso me da mucha satisfacción y me llena de orgullo. Cuando voy a un sitio y alguien me dice que le gusta el flamenco o que va a los tablaos por mí, siento algo...

P Pero una vez más, este disco tiene de todo menos flamenco.

R Sí, mi voz es flamenca pero la mayoría de mis discos son así porque lo que yo canto, con esos arreglos, lo puede cantar cualquier otro cantante de fuera del flamenco.

P Dice el refrán que quien tiene un amigo tiene un tesoro. ¡Usted debe de ser multimillonaria con los amigos que tiene!

R ¡Cómo lo sabes! Pues sí, tengo la suerte de tener gente buena que me quiere mucho. Gracias a Dios, en este camino, he coincidido con muchísimas personas y muchos de ellos muy buenos. He vivido momentos superbonitos. Sé que tengo a mucha gente conmigo, no sé si será para toda la vida, pero ojalá sí para muchos años.

P De entre todos, ¿por qué Pablo Alborán, Manuel Carrasco, Vanesa Martín y Guaco para que cantaran en este disco?

R Siempre es difícil elegir porque ya lo dice la palabra... Al elegir siempre te quedas con el «podríamos hacer, podríamos hacer», pero ya se hará. Me he quedado con cosillas pendientes y, como no están en este disco, estarán en otro, seguro.

"María desconecta perfectamente de Niña Pastori"

P ¿Niña Pastori es el personaje de María Rosa García?

R Bueno... [Largo silencio], somos muy parecidas, pero al final somos dos personas. Niña Pastori es la que trabaja y actúa, y María, es la de andar por casa. No sé si a veces se confunden, pero tengo la ventaja, desde la perspectiva de Niña o María, de que soy de las que desconecta perfectamente.

P ¿Pero cuál de las dos es más espontánea o natural? ¿El personaje o María?

R Quizás Niña Pastori sea más verdadera. No sé cómo decirte. A ver, es que en mi vida personal me cuesta tomar decisiones y pienso más las cosas; le doy vueltas a qué hago con esto o con lo otro, qué me apetece, qué sería mejor... Pero cuando estoy metida en la profesión y en el arte, vamos, cuando ejerzo de Niña Pastori, no lo pienso y soy de las de «eso es lo que hay que hacer».

P ¿Cómo se le quedó el cuerpo al escuchar cantar a su pequeña de nueve años la frase «la verdad es que no te veo y te echo de menos»?

R Es dura, es una frase fuerte y de las que duelen [Silencio]. Es una cosa... Pastora tiene una sensibilidad y un gusto exquisito..., y es tan bonita... No es porque sea mi niña ,pero es que...

P Dime qué siente al cantar.

R Depende, porque se canta y siente diferente según el estado de ánimo. Cuando tengo una pena, el cante es diferente a cuando estoy contenta o feliz.

P ¿Cuántas veces ha subido al escenario y ha sentido, entre canción y canción, ganas de desahogarse ante su público?

R Muchísimas, y lo hago muchas veces. Yo siempre he contado mi momento y lo he expresado. A veces uno está mal y si no se lo cuentas a la gente, ésta se puede llevar una mala impresión contigo y pensar: «Qué rara ha estado», o «Ha estado fría, qué distante, qué poco simpática»... Y es que a veces una está mal y le coincide con ese momento. Yo, si estoy mal, lo cuento en mis conciertos porque así la gente comprende mi estado. El público, sobre todo el que te quiere y sigue, que es la gente que va a verte, es supercomprensivo y de eso doy fe. He tenido momentos duros en mi vida, los he contando y la gente se ha puesto en pie y me ha aplaudido comprendiendo mi momento; si tú no eres sincero con el público y no cuentas lo que te pasa, la gente se va a ir con una mala impresión porque una no puede estar siempre feliz porque es imposible. Ojalá firmáramos todos sobre un papel ser felices de por vida.