El popular y querido actor, showman y locutor de radio murciano Juan Bastida falleció ayer a los 64 años. Natural de la pedanía murciana de Beniaján, el artista logró varios premios importantes en el mundo de la interpretación, como el certamen teatral de la Región 'Romea 1985'.

Bastida, que padecía de hepatitis, problemas del corazón y estomacales, estaba en una residencia de Lorca, donde ya comenzó el viernes a sentirse mal. Finalmente fallecía a las doce y media de la mañana de ayer en el hospital de Lorca.

El sepelio tuvo lugar en la tarde de ayer, mientras que su entierro será esta tarde en la iglesia San Juan Bautista de Beniaján, a las cinco y media de la tarde.

Amante de la huerta murciana, nació y se crió en ella. Bastida, que concedió a LA OPINIÓN una entrevista hace menos de un año, estudió en el Real Conservatorio Superior de Murcia 6 años de piano, acompañamiento, conjunto coral, canto, historia del arte y la cultura, así como la carrera de Arte Dramático en la escuela de Arte Dramático de Murcia. Además, como presentador de radio alcanzó gran popularidad gracias al programa La Gramola, de Onda Regional, que presentó durante muchos años y donde continuó colaborando en el programa Gaceta Radio de Radio Inter y otras emisoras.

Jovial y trabajador

Jovial y trabajador«Soy fácil de conocer por fuera. Por dentro, soy otra cosa», decía Bastida, un hombre de carácter jovial que mantuvo las ganas de vivir y trabajar hasta el final, a pesar de sus problemas de salud que le llevaron incluso a caer en coma durante 19 días.

Pero ningún análisis médico le impidió vivir intensamente su vida: «He llevado una vida despendolada. Me he pegado fiestas por un tubo, he salido con muchísima gente. En mi vida ha habido muchas luces, pero cuando la luz se apaga...», decía a esta Redacción en noviembre de 2017, donde confensó que no se arrepentía de nada: «Soy feliz con la profesión que elegí. He vuelto a la vida desde el coma, y volvería a hacer lo mismo». Bastida mantuvo siempre la ilusión y las ganas de vivir y trabajar como el primer día que pisó un escenario o un locutorio de radio.