Que los melómanos se preparen porque Il Grosso Mogul, el segundo disco que la violinista Lina Tur Bonet dedica a inéditos de Antonio Vivaldi, suena a «rock del bueno». El mismo «espíritu» y «la fuerza» que transmite este género musical impregna el nuevo trabajo de la artista cartagenera, que al hablar del compositor veneciano irradia también la energía y la pasión que promete este CD, grabado con su grupo MUSIca ALcheMIca y la compañía discográfica Pan Classics.

La intérprete, nacida en la ciudad portuaria, aunque de origen ibicenco, está entusiasmada con el estreno internacional de Il Grosso Mogul, que tuvo lugar el pasado 7 de septiembre; y no es para menos. Con este disco completa el trabajo que inició hace cuatro años, cuando presentó Vivaldi Premieres, la primera grabación mundial de tres conciertos y dos sonatas de Vivaldi que Tur Bonet rescató del olvido.

«Vivaldi es uno de esos compositores que cuanto más lo conoces más te das cuenta de la maestría que tenía», sostiene la violinista. «Es increíble que todavía queden obras de él inéditas, éstas deben de ser las últimas, yo creo que hemos llegado al fondo del cofre», comenta.

«El mejor Vivaldi»

Tur Bonet asegura que Il Grosso Mogul es el disco del que se siente más orgullosa. «Es energía pura y también tiene muchísima dulzura», añade. Hay movimientos, incluso, que la violinista no puede escuchar sin emocionarse. «Es el mejor Vivaldi que conozco», afirma rotunda.

El nuevo disco está compuesto por las grabaciones de tres conciertos y tres sonatas, que eran las que «habían quedado en barbecho» del ciclo de cinco composiciones inéditas que Tur Bonet había descubierto hace unos años gracias al musicólogo francés Olivier Fourès. Es él quien la asesoró tanto en el primer trabajo como en este segundo proyecto. «Es uno de los mayores expertos que hay de Vivaldi en el mundo, conoce toda la obra de él que no se había grabado hasta ahora», comenta la violinista, directora e intérprete. Fourès ha participado además en Il Grosso Mogul como violinista.

El nuevo CD incluye también una pequeña obra de un alumno de Vivaldi, Johann Georg Pisendel, que «era un gran compositor alemán». «Encontramos un manuscrito en el que Pisendel había escrito un movimiento y Vivaldi le había hecho correcciones y decidimos añadirlo como un bonus track», explica Tur Bonet.

«Un reto muy grande»

Entre las piezas que este proyecto ha recuperado de un silencio de tres siglos está el concierto que da el nombre al disco, Il Grosso Mogul. Ya hay muchas grabaciones de este trabajo, pero «ésta es la versión original inédita, antes de ser revisada por el propio Vivaldi», apunta.

Es seguramente el concierto más virtuoso del compositor veneciano, «el más difícil y el más espectacular», añade Tur Bonet. Para ella y su grupo era «un reto muy grande» grabar un concierto del que ya existen tantas versiones, pero eso no les echó para atrás.

Otra de las joyas curiosas que contiene Il Grosso Mogul es uno de los tres conciertos especiales que Vivaldi escribió para violín in tromba marina. La tromba marina era un instrumento medieval que, aunque sonaba como una trompeta, era de cuerda. En este caso, para reproducir este sonido tan particular, explica Tur Bonet, colocaron un artilugio en el puente del violín. El resultado del experimento la violinista lo compara con Cyrano de Bergerac: «Es como un hombre muy feo que dice cosas muy bonitas».

Vivaldi creó todas estas obras a principios y a mediados del siglo XVIII, en una época en la que todavía era «un rock star» en una Venecia que, según la intérprete, se asemeja a la Ibiza actual, «por el lujo, la fiesta, la excentricidad, la creatividad y la libertad que se vivía». «Se parecía mucho, pero con la música de Vivaldi», apostilla.

A lo largo de su vida, el autor de Las cuatro estaciones escribió cientos de conciertos y también sonatas, que, aún siendo menos conocidas, «son también muy virtuosas». A pesar de que en los últimos años de su vida cayó en desgracia, Lina Tur Bonet explica que «Vivaldi nunca dejó de ser conocido». De hecho, detalla, fue de la música de este compositor y violinista veneciano «de la que más aprendió Johann Sebastian Bach, al que todos consideramos lo máximo, el extraterrestre de la música».

Conciertos en Londres y Venecia

El pasado 6 de septiembre Lina Tur Bonet y su grupo MUSIca ALcheMIca ofrecieron el primer concierto oficial del disco en Logroño. También están previstas actuaciones en Madrid y Venecia. No obstante, buena parte de las composiciones de Il Grosso Mogul ya se pudieron escuchar en abril en un concierto que ofreció en el Auditorio Regional Víctor Villegas de Murcia.

«Para mí es un orgullo y un honor poder presentarme mundialmente con este trabajo», señala la violinista. Ella, que ha estudiado en Alemania y Austria, sabe lo difícil que los españoles lo han tenido para abrirse paso «en un mundo que es tan centroeuropeo».

Para Tur Bonet no fue fácil llegar a este momento, en el que es considerada una de las violinistas más destacadas del panorama musical mundial. Trabajó muy duro y tuvo que «demostrar tres veces más que otros», confiesa. Apostó, a pesar de la dificultad, por compatibilizar violín moderno y barroco. Este gran esfuerzo ha tenido su recompensa.

En Alemania y Austria la requieren muy a menudo como solista y discos suyos han recibido el reconocimiento, entre otros medios, de la BBC radio y de la revista Gramophone. Cabe citar, por ejemplo, Mystery Sonatas, su grabación de las Sonatas del Rosario de Biber junto con su formación MUSIca ALcheMIca. Este CD fue incluido entre los mejores de música clásica de 2015 en publicaciones de referencia como la citada Gramophone, BBC Music Magazine o Diapason.

«Ahora estoy recogiendo los frutos», afirma emocionada la intérprete, que no se identifica con el perfil típico del violinista sino con el del «artista plástico». Asegura que no le interesa nada la competitividad y que dedicar su vida al violín le parece «un milagro y un regalo».

«Siento que la música es una fuente de riqueza para quien la escucha, para quien la toca y para quien la investiga, es uno de los grandes bienes que tenemos», concluye con un entusiasmo por este arte que contagia a todo el que la escucha.