Andy & Lucas llegan esta noche a la feria de Calasparra con su octavo álbum de estudio debajo del brazo, Nueva vida, una colección de canciones que invitan al baile con esas características melodías del sur.

Andrés Morales y Lucas González se criaron en el barrio de La Laguna, en Cádiz, y estudiaron juntos en el mismo colegio antes de dedicarse a la música. En 2003 editaron su primer álbum, Andy & Lucas, con trece canciones y un sencillo, Son de amores, que se convirtió en el éxito del verano. De aquel trabajo vendieron más de 500.000 copias.

En 2017, después de una carrera rutilante, deciden unirse con la editorial Círculo Rojo para publicar una biografía en la que narran cómo fue su carrera musical y sus momentos. Más de 15 años en los que han sumado más de un millón de copias vendidas, once discos de platino y más de 750 conciertos. Sin embargo, los gaditanos todavía no han puesto el punto final a su trayectoria, y esta noche en Calasparra quieren demostrar que están más vivos que nunca. Hablamos con Lucas.

Vuelven con Nueva vida , ¿qué nos encontramos en este trabajo?

Es nuestro octavo álbum de estudio. Lo presentamos hace unos meses y la verdad es que ha tenido muy buena acogida por parte del público. Tenemos la fortuna de volver a estar en un momento muy dulce. El primer single de este disco, Para que bailes conmigo, lleva muchísimas descargas y el video tiene casi catorce millones de reproducciones. En general, el disco se está vendiendo de maravilla y la afluencia de público en los conciertos también está siendo muy buena. Siempre hemos trabajado bien, pero este año se nos ha ido de las manos.

Una primera canción que se presentó con un video muy movido, ¿qué tal fue la grabación?

Quitando los aviones pasando por encima -que por poco nos da una rueda en la cabeza-, todo bien [Risas]. Fue algo diferente. Nos arriesgamos a hacer algo más movido y más actual, pero que sigue sonando a Andy & Lucas.

Un disco que publican con su propio sello. ¿Era el momento de buscar nuevas motivaciones?

La verdad es que esa es la idea, 'nuevas motivaciones'. Llegó un punto en el que pensábamos que con la discográfica en la que estábamos -de la que no tenemos ninguna mala palabra, ya que estamos aquí gracias a ellos- nos habíamos quedado un poco estancados, y creímos que si lo llevábamos nosotros podíamos hacer un proyecto muy interesante. Así que se acabó el contrato y ya teníamos una marca creada con un público detrás, por lo que decidimos hacer el sello. Nos la hemos jugado a una carta, le hemos dado la vuelta y nos ha salido bien.

Recientemente conversamos con El Kanka y nos contaba que -sin renunciar nunca a tener discográfica- tener tu propio sello hacía que todas las decisiones importantes tuvieran una impronta más propia, ¿eso le está pasando también a ustedes?

Lo que sucede ahora es que todos los gastos los asumes tú, pero también los beneficios son para ti, no tienes que compartir con nadie. En el videoclip hay menos gente opinando, en las canciones también hay menos gente opinando y, en definitiva, hay menos debate. Creo que ahora hay más felicidad a la hora de hacer el trabajo y menos prisas.

Hemos visto distintos registros a lo largo de su carrera, pero la esencia de Andy & Lucas sigue estando ahí, ¿cómo se consigue?

Con mucho sacrificio y naturalidad. Andy y yo conectamos desde muy pequeños -nosotros nos conocimos en parvulitos-, hemos conseguido crear nuestro propio estilo y eso ha perdurado a lo largo de los años. Estoy convencido de que lo que no tenemos que hacer es irnos hacía otro estilo que pueda confundir a la gente. A lo largo de la carrera hemos conseguido acercarnos a otros géneros, pero en el fondo sigue sonando a Andy & Lucas.

Once discos de platino y más de 750 conciertos en su carrera, ¿da vértigo cuando uno echa la vista atrás?

Más que vértigo es mucha alegría y felicidad; no todo el mundo puede decir eso. Es más una sensación de agradecimiento hacía nuestro público, sin ellos, sin los que llenan los conciertos, los que compran tus discos y los que están ahí día tras día, lógicamente nosotros no estaríamos donde estamos. Siempre que damos un concierto nos gusta agradecérselo a nuestro público, porque a fin de cuentas son los que te ponen ahí.

Desde aquel Son de amores , ¿cómo ha visto la evolución de su carrera?

De aquella grabación ya ha llovido bastante... ¡Apenas teníamos 18 años! Hemos ido madurando, aprendiendo y conociendo mundo; ahora mismo ya somos hasta padres. Poder seguir viviendo de la música, y más en los tiempos que corren, es un lujo. Ahora mismo, discos se venden muy pocos, esa es la realidad. Ahora más que ventas de discos hablamos de descargas de canciones. Ahora vivimos de los conciertos y de hacer directos, porque ahora mismo las plataformas de Internet no dejan tanto dinero como la gente se cree.

¿Cómo está yendo la gira?

Este año hemos tenido la fortuna de hacer más de ochenta conciertos; hacía mucho tiempo que no teníamos un verano con tanto trabajo. Creo que hemos sido uno de los grupos que más hemos actuado esta temporada. La gira seguirá en septiembre por México, y durante noviembre haremos una gira por Chile y Perú.