¿Qué tiene la novela negra para haber llegado hasta el favoritismo de los lectores?

Que es divertida. Los lectores se lo pasan muy bien leyéndola. Además nos habla de personajes en situaciones límite, hace crítica social y explora la condición humana. Es una de las formas más inteligentes que existen de pasar un buen rato. Como decían Borges y Bioy Casares, «ciertos críticos niegan al género policial la jerarquía que le corresponde solamente porque le falta el prestigio del tedio». Amén.

¿No correremos el riesgo de saturarnos todos y agotar el género?

Es que no creo que exista esa saturación. Lo explica muy bien el escritor Paco Bescós. Los autores de novela negra no venden ahora más libros. Lo que pasa es que por esta supuesta moda de lo negro, los autores que venden más libros ahora escriben novela negra. Cuando esta moda pase, los primeros seguirán vendiendo pocas novelas negras y los segundos seguirán vendiendo mucho de otra cosa diferente. Además, mientras existan autores con imaginación, el género seguirá vivo. Llevo escuchando desde hace décadas que las novelas negras son todas iguales. Y yo no dejo de sorprenderme cada año con obras que rompen con todo lo establecido en el género.

¿Usted se sintió desde siempre atraído por este género?

Desde que leí Jazz Blanco, de James Ellroy, en la universidad. Fue como una epifanía. Descubrí que eso era exactamente lo que estaba buscando. Desde entonces no he parado de leer novela negra.

Ahora que han pasado algunas décadas de expansión, ¿se atrevería a valorar la evolución que ha tenido el género en España?

No, no me atrevería.

Elija a un personaje y a un autor del género a quienes les hubiese gustado conocer.

Me hubiera gustado conocer a Parker y a Edward Bunker.

¿Y qué le ha traído a participar en estas jornadas, qué espera de Cartagena Negra?

Vengo a tomarme unos asiáticos y a aportar lo que pueda para que el género negro siga creciendo y ocupando el lugar que le corresponde dentro de la literatura. Festivales como Cartagena Negra son fundamentales para acercar a escritores y lectores, para que se lea más y, sobre todo, mejor.

¿Cuáles son sus armas y métodos preferidos a la hora de matar?

Cuchillo y revólver. Old School. Y de frente. Que la sonrisa del asesino sea lo último que se lleven al más allá.

Ahora una complicada: elija algún personaje real para quitar de en medio y justifique el crimen, claro.

A Luis Alfredo Garavito. Los derechos humanos, para los seres humanos.

¿Cómo podemos valorar el papel de la mujer en la novela negra actual?

Que me planteen esta pregunta ya dice mucho del papel de la mujer en el género negro durante los últimos años. Afortunadamente las mujeres, poco a poco, están ocupando el espacio que merecen dentro del género. Hay estupendas escritoras como Susana Martín Gijón, Laura Gomara o Susana Hernández (cito a tres de las que más me gustan, pero hay muchas más) que han sido finalistas en premios y participan activamente en festivales. Los lectores de novela negra son en su mayoría mujeres, un gran número de editoriales están dirigidas por mujeres. Creo que la situación está encaminada a normalizarse y dentro de unos años ya no habrá necesidad de plantear una pregunta como esta. Lo único que nos preocupará es si el libro es bueno, no el sexo del autor.

Ya no quedan junglas a donde regresar ha copado numerosos premios del género, ¿qué se siente al ver semejante acogida?

Al principio, mucha sorpresa. Y agradecimiento. No esperaba que el libro gustase a tanta gente y mucho menos que ganara estos premios. Ahora, responsabilidad para la siguiente novela, si es que la hay.

Suponemos que sabe que rompió algunos moldes al elegir a un personaje como El Gentleman.

Fue algo hecho conscientemente. Me apetecía escribir una novela en la que el protagonista principal rompiera con los clichés establecidos en el género. Y un anciano de 72 años me pareció perfecto para contar la historia. Aportaba muchos más registros que un policía, un periodista o un detective.

¿Cree que la depredación sexual de la realidad está superando a cualquier ficción?

La realidad siempre supera a la ficción. Si lo puedes imaginar es que alguien ya lo ha hecho. Lo que es difícil de superar es la impunidad con la que se venían y se vienen saldando este tipo de delitos. Espero que casos como el de La Manada, por poner el ejemplo más mediático, hagan que se castiguen estos actos con mucho más rigor. Y que el código penal sea mucho más claro a la hora de determinar lo que es una violación. Porque parece que todos lo tenemos claro menos nuestros legisladores.

Ofrézcale algún consejo al lector de novela negra.

Déjese aconsejar por los libreros, compre libros de editoriales independientes, descubra autores españoles. Si no lo hace se estará perdiendo lo mejor del género negro actual.