Reniega de la etiqueta de 'hip-hop culto´, aunque cite en sus textos versos de Machado y alusiones al cine de Sorrentino. Se trata de Sharif, el rapero «existencialista», creador de cuatro discos en solitario -además de infinidad de maquetas con Tr3s Monos y los míticos Fuck tha posse- y filólogo autor de dos poemarios (Lo vívido vividio y Canciones de amor y de amor), aunque también decline llamarse poeta.

«Esa palabra se usa con mucha ligereza. Rap y poesía no son lo mismo, aunque sean parientes. De hecho, no todos los raperos tienen la sensibilidad para escribir poemas, aunque puedan escribir sobre lo que quieran», declara el músico aragonés.

Sea como sea, su afán lírico ha vuelto a quedar patente en su último trabajo discográfico, Acariciado mundo (2017), que presentará este sábado en Cieza en el marco del Ribera del Segura Festival; y lo hace desde su título, prestado de un poema de Ángel González, hasta su libreto, donde ha incluido algunos textos sin música de fondo. «El artista es un hombre huraño que persigue el incendio y no la lumbre», escribe en uno de ellos, palabras que encuentran réplica en el repertorio del álbum cuando rapea: «No es el ego lo que me impulsa a escribir, sino el miedo a morir sin haber dicho nunca nada».

Para Sharif Fernández (Zaragoza, 1980) «en toda creación hay cierta destrucción». Constituye, añade, un paso necesario para ofrecer un producto con criterio.

«No todo tiene que ser un sesudo ensayo, pero hay una responsabilidad con el oyente; hay que ser consciente de la repercusión que tiene el arte en la gente que lo consume», subraya tras hablar de «respeto» y cierto contenido, algo que en su opinión no abunda en el género en el que se mueve.

Para él, «siempre ha habido mucha pose en el hip-hop», fruto de ese «feroz capitalismo neoliberal» importado de Estados Unidos, y lamenta que el repunte de la música urbana venga acompañado de un discurso vacío basado en «lo que soy, lo que tengo, lo que gano y lo que me mide la polla». «Me da miedo que la juventud se confunda», insiste Fernández, que rememora sus propios inicios como artista a través de una entrevista rapeada y repartida a lo largo de un álbum que toma el relevo a Bajo el rayo que no cesa (2015).

En esos extractos pone de manifiesto por ejemplo la importancia de su ciudad, «donde las flores tiritan de frío», como germen de sus inquietudes. «La importancia de Zaragoza es mayúscula por la idiosincrasia del maño, por la base americana que tuvo y por su tamaño, ya que me permitió estar muy cerca de mis referentes como rapero y hacerlo desde una perspectiva positiva», explica.

Admirador de Kendrick Lamar, pero también de Camarón y de Junco, en sus bases musicales cobra especial presencia el flamenco, que es «el soul de los españoles en cuanto a música del dolor, del quejío». Para este disco ha logrado la participación de dos artistas experimentados en ese cruce de caminos, Maka y Miguel Campello (ElBicho). «Le pasé tres canciones a su mujer para ayudarme a convencerlo y a los 15 minutos nos comunicamos por teléfono. Esta vez era él quien hablaba. Me dijo que había flipado y que estaba deseando trabajar conmigo. Creo que sentí una erección», bromea sobre esta colaboración, que se suma a las de Natos, Suite Soprano, Jor.G, Bombony Montana y Aldo.

El resultado, presume, es un álbum que temáticamente abunda en el existencialismo, en el hedonismo y en la dicotomía amor-desamor y que, parafraseando al también rapero Dellafuente -que actúa mañana en la capital regional en el marco del Murcia Trap Fest-, describe como «música folclórica atemporal». «Ya decía Machado: 'Procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar, aunque dejen de ser tuyas para ser de los demás'», señala Fernández, que aspira a llevar su nuevo disco por toda España y Latinoamérica, de Argentina a su amado México. No obstante, a corto plazo al menos, tendrá que conformarse con el Ribera del Segura Festival, donde compartirá cartel con artistas de la talla de Juanito Makandé, Varry Brava, Carlos Sadness y -junto a sus compatriotas de Violadores del Verso- los grandes referentes del rap nacional:?los sevillanos SFDK.