« Macbeth es el Otelo de los barítonos», comenta Plácido Domingo mientras le quitan el maquillaje en el camerino de la Staatsoper berlinesa. El mundo de Verdi no tiene ya ningún secreto para nuestro cantante, que ha interpretado a todos los grandes personajes de ese italiano enamorado de Shakespeare.

En la capital alemana, Domingo y la gran soprano rusa Anna Netrebko, en el papel de lady Macbeth, han llenado tres tardes casi seguidas el teatro. Y con ese cartel de lujo -completado por Daniel Barenboim al frente de la Staatskapelle- fue tan enorme la demanda que la Staatsoper anunció haber incrementado el precio de las entradas.

La prensa germana ha sido unánime en reconocer tanto la perfección y potencia de voz de la Netrebko como la ductilidad y maestría de Domingo, con su actual timbre de barítono no exento de bellos reflejos tenorales.

Domingo ha interpretado a los más famosos personajes de Verdi, tanto los compuestos para tenor como los de barítono, repertorio que parece hecho a su medida. Siempre le han fascinado esos personajes maduros, de padre, ideales para un barítono, de los que está lleno el mundo verdiano. En el caso de la ópera Macbeth, sin embargo, Domingo dice no haber interpretado nunca a Macduff, la voz para tenor al que en Berlín ha puesto cuerpo y bellísima voz el italiano Fabio Sartori. Eso sí, además de interpretar a sus héroes, Domingo ha dirigido también esas dos obras maestras de Verdi: Macbeth y Otelo.

Reconoce el español que los cantantes actuales tienen que demostrar también su condición de actores, y más aún desde que todo se graba para el cine, la TV o en DVD. «Es una presión tremenda, un gran esfuerzo. Pero es un riesgo que hay que asumir», explica Domingo, que en este Macbeth berlinés, bajo la dirección de Harry Kupfer, demuestra con creces su categoría de actor. Para todo ello es preciso cuidarse, dice, y «yo aunque he trabajado mucho, siempre me he cuidado».

A sus 77 años, Plácido Domingo no descansa: esta misma semana estará en Bayreuth ensayando, esta vez como director, los distintos actos de La Valkiria, de Richard Wagner. Más tarde cantará a Zurga, el jefe de los pescadores de perlas, en la ópera homónima de Bizet, y más adelante interpretará en Los Ángeles El Gato Montés, aunque esta vez, dice, «haré de bandolero y no de torero». Que la divinidad o la naturaleza conserven su voz y su talento todavía muchos años.