Uno no aprende a ser artista; nace -o no- siéndolo. Es la lotería de la vida: unos lo tienen y otros no. Y dentro de los que sí, están los que descubren y cultivan su vocación y los que obvian aquello que llevan dentro y que lucha por salir. En Murcia, para los primeros hay un lugar: la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia, un centro en el que, como dice Mariano Flores, su decano, no te enseñan a ser artista pero sí a formarte como tal.

Si no me equivoco, lleva ya casi cuatro años como decano de la Facultad.

Sí, en septiembre termina el mandato.

¿Y tiene intención de seguir al frente de Bellas Artes?

La cosa está así, así. Si hay algún equipo dispuesto seguramente le dé el relevo y yo me dedicaré a la parte digital.

Aun así, cuatro años es un mundo. ¿Cómo ha evolucionado la Facultad en este tiempo?

Bueno, yo creo que bien. Hemos conseguido acreditar el máster y, después, el Grado [de Bellas Artes] ante la Aneca (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación). Además, ahora estamos creando un grado propio de Modelado de Animación y estamos en fase de modificar y adecuar el título a las nuevas tecnologías. En definitiva, crecer un poco, mejorar y adaptarnos a las exigencias de nuestro tiempo.

Además de un centro educativo, en los últimos años da la sensación de que ha aumentado mucho el número de muestras y exposiciones que se realizan en la Facultad. ¿Hay una voluntad de acercar el arte, de mano de los propios artistas, a los alumnos?

Sí, y también de crear un espacio de mayor discusión. Estamos cada vez más presentes en los diferentes eventos culturales que se realizan en la ciudad -estuvimos en la Semana de la Ciencia, por ejemplo-, también en las distintas salas de exposiciones y galerías, intentando que los alumnos expongan para darle mayor visibilidad a su trabajo y que la sociedad vea lo que hacemos y que tenemos una buena Facultad de Bellas Artes; que se den cuenta de que los futuros artistas se fabrican aquí o, más bien, se forman aquí. La creatividad la tiene uno dentro, eso no se enseña, pero nosotros les ayudamos a conocer nuevas técnicas y procedimientos para que ellos puedan transmitir aquello que tienen dentro.

Y que se enfrenten al público por primera vez, ¿no?

Sí. Intentamos que, más que en la Facultad, expongan fuera y así reciban las críticas de la gente y aprendan a aceptarlas y a sacar de ellas lo bueno para mejorar en su trabajo; que lo vean como algo positivo, en lugar de como algo destructivo. En ese sentido, este tipo de actividades les ayudan a cultivar esa parte de la personalidad de un artista.

Usted que tiene un contacto directo y diario con ellos: ¿Qué tal es la cantera de artistas que tenemos en la Región? ¿Hay nivel?

Sí. Hay nivel y, de hecho, muchos de nuestros alumnos están haciendo trabajos en el mundo laboral, salen fuera, ganan becas... Y luego en los concursos se quedan en buenos puestos. Así que sí, creo que hay buena cantera de artistas.

¿Mejor o peor que cuando entró?

Yo puedo hablar de lo que he visto en los últimos cuatro años, y en ese tiempo estamos en más concursos, participamos más en actuaciones culturales... Por supuesto, hemos tenido nuestros más y nuestros menos y hay cosas que mejorar, pero nuestros alumnos, a día de hoy, cuando salen de la facultad son capaces de enfrentarse a los retos del mundo que hay más allá de las puertas de la Universidad; organizan actividades, se crean grupos, se van defendiendo y van sacando sus proyectos.

¿Y, en general, como valora la salud de las artes plásticas en la Región?

Tenemos un buen nivel. Cuando sales fuera te das cuenta de que hay profesores respetados a nivel mundial y lo mismo ocurre con los propios artistas. Creo que tenemos muy buena plantilla. Igual con la crisis económica esta imagen se vio afectada -la cultura siempre es lo primero que cae de los presupuestos cuando hay problemas-, pero creo que ya estamos volviendo a la situación de antes.

¿Qué opina de jornadas como la Noche de los Museos? ¿Cree que es una buena oportunidad para acercar o animar a la gente a acudir a las galerías?

Desde luego. Es una gran oportunidad para presentar nuevas formas de ver las cosas. Hay que innovar. En un museo los cuadros están ahí, colgados, y ya está, y hay que darle cierto dinamismo al asunto. Nuestros alumnos, por ejemplo, pintan en directo, hay representaciones... Ese tipo de actividades acercan el arte a la sociedad de manera muy interesante.

Pero hay gente que dice que el arte ha perdido fuelle entre los jóvenes y que da igual qué hacer... ¿Está de acuerdo?

Yo pienso que hay que renovarse. La gente tiene un nuevo escaparate que son los móviles, las redes sociales, y hay que intentar atraer a los jóvenes a los museos por ahí. La realidad aumentada, por ejemplo: con este tipo de iniciativas los cuadros te ofrecen más información y lo hacen a través de esa pantalla. Pienso que este tipo de cosas ayudarían a atraer a los jóvenes.

Por cierto, ¿qué tal la experiencia de los alumnos con este periódico ilustrado de LA OPINIÓN? También es una forma de acercar el arte, ¿no? No todo tienen que ser lienzos...

Están muy ilusionados, estan dedicándole bastante tiempo y creo que los trabajos están muy bien. Se ha apuntado un grupo bastante numeroso y con talento. Ahora [por el pasado martes] afrontamos la última semana y hay que correr, pero bueno, también les sirve como experiencia para ir haciéndose a la idea de esa rapidez que exige el mundo de la empresa privada en cuestiones de diseño; desde luego, este proyecto rompe la monotonía y la tranquilidad habitual del artista.

Hablando de formas de acercar el arte a los jóvenes, una iniciativa que ha tenido mucho éxito en los últimos meses ha sido este repentino interés que ha surgido en Murcia por el arte urbano. ¿Que opinión tiene del grafiti?

Cuando está bien hecho creo que es interesante y aporta riqueza y diversidad. Pero, claro, yo distingo entre dos tipos de grafiti: el que da valor añadido y el que es vandalismo, que a veces estropea más que otra cosa... De todas formas, aquí estamos apostando por esa vía. El año pasado estuvimos inmersos en un proyecto en el que cada facultad hacía un mural, y este año repetiremos; aprovecharemos también para que venga alguien del mundo del grafiti, haremos alguna conferencia y, claro, decoraremos otro espacio. Creo que es una rama del arte que está en auge porque cada vez las obras tienen mayor calidad.

Por último, ¿qué le diría a aquellos padres que todavía ven las carreras de Bellas Artes, o incluso el bachiller de Artes, como estudios menores?

Que no son estudios menores. Si el chico tiene esa inquietud artística, esa necesidad de transmitir, lo que tenemos que hacer es valorarla como cualquier trabajo; porque todos los trabajos son igual de dignos. Luego la gente quiere tener arte en casa y quiere disfrutar de una buena exposición, y eso generalmente lo hacen quienes han estudiado esta carrera. Creo que esta idea es algo que está en la conciencia social, pero todas las profesiones son necesarias: el artista, al igual que otros, cumple una labor dentro de la sociedad, que es hacernos mas felices.