Con motivo del quince aniversario de la publicación de Paradÿsso -álbum con el que Sôber obtuvo su mayor éxito, llegando a ser disco de platino-, Carlos Escobedo y los suyos andan presentando en este 2018 una edición muy especial de tan aclamado disco: La Sinfonía del Paradÿsso, una cuidada revisión sinfónica que descubre lo bien que han pasado los años por este trabajo, sumándole el aliciente de la Orquesta de Cámara de Siero, junto a tres bonus tracks de renombre. Un repaso histórico de un disco que rompió moldes, toda vez que supuso un punto de inflexión en la carrera de la banda, que llega hoy a la Fnac de Nueva Condomina dentro de una mini gira de showcases de presentación de tan ambicioso proyecto. Y es que éste es solo el comienzo, ya que el cuarteto madrileño recorrerá toda la geografía nacional, dentro de teatros y auditorios, así como en festivales, donde la puesta en escena de un disco de rock con más de cuarenta músicos de orquesta es algo insólito en nuestro país. El guitarrista Antonio Bernardini al aparato.

P Paradÿsso es un disco histórico que rompió moldes y supuso un punto de inflexión. ¿Qué ha significado para vosotros?

R En su día fue un cambio a mejor. Veníamos de una escena underground en la que ya estábamos trabajando muy a gusto con Synthesis, con Morfología, tocando en grandes festivales como el Festimad y muchos de esa época, pero de repente el fichaje por una compañía como Muxxic y el hecho de sacar Paradÿsso nos abrió todas las puertas. Llegó a disco de platino, estábamos sonando en todas las radiofórmulas y sí, fue un punto de inflexión para poder dedicarnos totalmente al grupo y hasta el día de hoy poder seguir viviendo de esto. No podemos estar más agradecidos.

P De hecho, celebráis el quince aniversario con esta reedición en clave sinfónica. ¿Cómo se os ocurrió conjugarlo con una orquesta como la de Cámara de Siero?

R Le queríamos dar un homenaje, queríamos regrabarlo, hacer algo especial con él... Todo fueron factores que se fueron juntando. Y nos presentaron a Manuel Paz, el director de la orquesta. Él ha trabajado mucho fuera del ámbito sinfónico también con otros artistas, con gente del hip-hop, sobre todo. Cuando empezaron a llegar los arreglos y ver cómo se amoldaban a las canciones, pensamos que era el mejor homenaje que le podíamos dar al disco.

P ¿Por qué escogisteis precisamente este director y esta orquesta de cámara?

R Fue un poco casualidad. Nos lo presentó un conocido nuestro y nos dijo que era uno de los directores que más se prestaban a ese tipo de cosas. La sintonía con él fue enseguida súper buena. Desde 2016 llevamos trabajando en este disco, y ha sido fluido; no podemos estar más contentos con el resultado. Eso sí, hemos tenido que regrabarlo todo y ha sido un trabajo muy duro; muy satisfechos con el resultado, pero han sido dos años de ir haciendo cosas… El resultado ahí está, y los fans nos han estado siguiendo con mucha alegría y creo que se han quedado muy sorprendidos con el resultado.

P Es curioso que Sôber, que bebisteis del stoner rock o del metal más noventero, con esas líneas temáticas oscuras -cuando precisamente vosotros, por el contrario, hacéis una música más optimista-, hayáis sacado este disco ahora. ¿En qué estado anímico ha sido concebido este nuevo disco?

R Pues estamos muy bien después del parón de 2010. Volvimos con mucha fuerza, energías renovadas y las cabezas más asentadas. El grupo cuenta ahora con mejor salud que antes, sobre todo psíquica. Aunque somos más mayores, estamos muy bien, con mucha ilusión. Es un disco que nos cambió la vida, y queríamos mimarlo todo lo posible.

P En el Paradÿsso original ya habíais trabajado con cuerdas.

R Sí, hubo dos canciones, la que da título al disco y Hemoglobina, en las que tocábamos con un cuarteto. Siempre nos han gustado esos guiños. Pero aquí, trabajando con cuarenta, cincuenta músicos, todo fue un poco más grandilocuente, y muchas veces se nos ponía la piel de gallina viendo grabar a la orquesta allá en Oviedo. Es alucinante. Hay un documental que la gente que ha hecho la reserva puede ver de todo el proceso de grabación desde el 2016 hasta ahora.

P Se ve todo eso, y también una entrevista e imágenes exclusivas.

R Sí, imágenes de las mezclas en Los Ángeles, de cuando nos fuimos de viaje a Estados Unidos a mezclar el disco, incluso la grabación de Paradÿsso en su época, una entrevista exclusiva… La gente se esperaba un concierto en directo, aparte de lo que estuvimos grabando el 24 de febrero aquí en Madrid, pero queríamos dar información, que creemos que es lo que a los fans también les gusta.

P ¿Qué es lo más difícil de fusionar de la música de Sôber con una orquesta?

R Lo más difícil ha sido a la hora de mezclar el disco: el hecho de hacer convivir los instrumentos, porque se pisan frecuencias muchas veces en grabación, y han sido 160 pistas de media por canción y tres semanas de mezclas. Nuestro ingeniero se las ha visto muy duras para poder sacarlo, pero al final lo hemos hecho, y el resultado es increíble.

P ¿Tuvisteis presente algún disco como referencia en esta grabación?

R Lo teníamos complicado, porque en estudio no teníamos ninguno que se hubiera hecho con sinfónica y grupo de metal o de rock. Eran todos de directo: el de Metallica, Within Temptation, Kiss..., toda esta gente. Por eso nos costó un poquito más, pero siempre teníamos de referencia este tipo de grabaciones. Hay que decir que también hay muchas bandas sonoras de cine -que esas sí están en estudio- que han incorporado elementos como alguna guitarra de rock, y también nos hemos fijado en ellas. Esas son innumerables, pero no grupos de rock al uso. Hemos tenido que readaptar los sonidos desde el bombo hasta las guitarras, todo, para que no se pisen con los oboes, con los cellos…, con todo lo que había.

P ¿Qué trata de poner al descubierto este disco? ¿Que vuestras canciones crecen aún más con orquesta sinfónica, por ejemplo?

R Pues en algunas como Paradÿsso ya teníamos un ramalazo de cómo iba a quedar, pero con otras que están más olvidadas -incluso que hacía tiempo y años que no las escuchábamos ni tocábamos, porque se fueron del repertorio muy rápido con el paso de los años- nos hemos dado cuenta de que han sobrevivido muy bien y de que, algunas como Reencuentro o Animales, que son las canciones más duras del disco, han ganado en arreglos, en contundencia e incluso en armonías. Se han abierto todas, pero esas en concreto han sido una sorpresa, de esto de decir: «¡Coño, qué bien ha pasado el tiempo por ellas!».

P Dedicarse al rock suele decirse que es una cuestión de actitud, ¿pero qué es lo que hace de Sôber un grupo diferente?

R Pues no lo sé, pero nosotros siempre nos hemos mantenido muy coherentes en lo que hemos hecho. Ya en la primera canción que la gente puede escuchar se puede discernir lo que es Sober y lo que es ahora. No hay una diferencia muy notable en cuanto a sonido, composición o letras, y lo llevamos diciendo muchos años: la coherencia en un grupo es lo más importante. La clave es mantenerte fiel a tu estilo y no dejarte llevar por las modas del momento y por lo que tú crees que es lo que más vende en ese momento.

P Con La Sinfonía del Paradÿsso vais a recorrer todo el país en una gira de teatros, auditorios e incluso festivales. La puesta en escena contará con 40 músicos, algo insólito en nuestro país para un grupo de rock, aunque ya lo han hecho otros -hay precedentes en Extremoduro y algunos más-. ¿Esto también tiene que ver con que tengáis un público de más edad?

R Sí, la verdad es que este disco, con el carácter que tiene, es más íntimo, hay que disfrutarlo desde otro punto de vista, no es un concierto de rock al uso. En unos auditorios podemos llevar 30, en otros 60..., depende, pero la gente lo podrá ver y disfrutar como hizo en Madrid, que fue el más grande que hemos hecho hasta ahora en ese formato, pero lo vamos a llevar por toda España a los sitios que podamos y que nos dejen. Festivales, por ahora, ya hemos cerrado algunos. El Rock Fest en Santa Coloma, por ejemplo, donde compartiremos escenario con Kiss, Megadeth, Scorpions… Y si lo podemos hacer ahí, en un festival con ese tipo de grupos, con unas estructuras y escenografías gigantes, pues podemos hacerlo en cualquier lado [Risas]. Es una prueba de fuego.

P A ver si Scorpions va a contratar a vuestra orquesta...

R A ver si nos la quitan... [Risas].